24 de abril de 2009

El miedo a "cuando mamá no esté"

Por Ileana Medina Hernández




Este miedo no es del bebé. El bebé no sabe que mamá no va a estar.

La que tiene miedo es la madre.

La madre que sabe que en poco tiempo va a ausentarse, porque tendrá que reincorporarse al trabajo en 16 semanas.

De la mamá que necesitará salir, al cine, al teatro o a otro lugar donde su bebé no podrá ir con ella... porque siente que se asfixia al perder su "vida social".

El miedo a que el bebé "dependa de mí", hace que muchas madres echen mano del biberón, que lo puede dar cualquiera en su ausencia.

Pero ya sabemos que el mismo biberón atenta contra la producción de leche materna, cuya magia se basa en que se ajusta siempre a la cantidad que el bebé succiona, mientras más mame, más leche tendrás.

Por miedo a que dentro de 3 meses tendré que volver a mis obligaciones laborales o sociales, le voy quitando desde ahora el alimento-contacto materno que mi hijo necesita.

Por miedo a que dentro de 3 meses va a entrar en una "escuela infantil", no lo cojo en brazos, ni lo acompaño a dormir, no sea que se acostumbre y después "lo pase mal" en la guardería.

Por miedo a que dentro de unos meses lo vaya a pasar mal, estoy haciendo que lo pase mal desde ahora.

Hasta hace poco los niños comenzaban el colegio con 6 años. Después con 5, ahora ya con 3, y en guarderías desde bien pequeño. Ahora estamos abogando porque los colegios acojan a niños de 2 años, y de 1, y de 0.

Cada vez es menos el tiempo que le dejamos al niño para ser bebé, para estar en un lugar "calentito", recibiendo simplemente cariño y atención de su familia, para formar su personalidad, sin diluirse en el "colectivo" que cumple al unísono normas y órdenes sociales.

Y encima, por miedo a que pronto irá al cole y allí "tendrá que cumplir normas", le vamos quitando compañía, brazos, afecto, desde que nace... Por miedo a que el bebé no pueda cumplir unas "normas" que tendría que poder cumplir con 5 o 6 años, cuando ya razone y pueda negociar, y entender el sentido de esas normas, se las aplicamos desde que nace, cuando solo necesita la teta y el contacto con su madre.

Por miedo a lo que pueda pasar "cuando mamá no esté", mamá termina "no estando" desde el mismo momento del nacimiento.

6 comentarios:

  1. Madre míal, cuanta razón tienes. A mime asusta sólo en pensar en mandar a mi princesa con 3 años tantas horas al cole. No lo entiendo, no sé para que sirve. Es tan cruel

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  2. Que gusto ver que no estoy sola, que hay otras muchas madres que comparten mis ideas, mis pensamientos, mis intuiciones... Aunque no estén a mi alrededor físicamente siento cerca a una gran comunidad de madres blogueras, que ponemos nuestro granito de arena para intentar que nuestros hijos sean más felices y sanos y para "permitirnos" a nosotras mismas seguir nuestros intintos y, así, ser también más felices...

    Más aventuras y desventuras de una madre primeriza en http://ahoralamadresoyyo.blogspot.com/

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  3. hola, subí un comentario diciendo que estoy totalmente de acuerdo con lo que dices y que comparto el mismo miedo que Paula. Algo hice mal y no lo subí. Begoña para mi es también maravilloso compartir con otras mamás mis pensamientos y sentimientos, además tengo la gran suerte de conocer a un grupo en mi localidad. Las reales y las virtuales me ayudan a seguir haciendo caso de mi instinto y a superar mis pequeñas crisis.
    un beso
    marta
    www.elblogdelateta.com

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  4. Cuánta razón cariño, y cuánto agobio nos genera esta vida moderna que tenemos ahora, que parafraseando a Mafalda, digo que tiene más de moderna, que de vida.
    Laura, mami de Candela.

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  5. Escribiste este texto hace más de 4 años, yo lo leí hace poco más de uno, y siempre vuelvo a él cuando dudo, cuando siento que pierdo fuerzas, cuando siento que tal vez estoy equivocándome... Porque no, no estoy equivocada. No está mal que mi hijo tenga año y medio y siga tomando teta, no está mal que siga "dependiendo" de mi teta para hacer su siesta. Tampoco está mal que me sienta intranquila y por ende, no quiera dejarlo con sus abuelos. Ni está mal que aún no me sienta preparada para volver a trabajar la jornada completa.

    Ileana, yo también tenía esos miedos y casi casi le niego brazos y pecho a mi recién nacido "para que se acostumbre a estar con otras personas", como me recomendó mi abuela. Pero afortunadamente, me encontré con este texto, me llegó al corazón, a la razón, y desde entonces, la historia es otra. Gracias Ileana, porque hace más de un año me hiciste despertar, y hasta el día de hoy me ayuda mucho leerlo.
    Un abrazo,
    Diana

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