8 de julio de 2009

Bebés "estresados"


Por Ileana Medina Hernández

Acaba de presentarse un estudio, dirigido por el doctor Francisco Miguel Tobal, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, que revela que un bebé tiene 50 veces más posibilidades de sufrir estrés hoy, que hace tan sólo 15 años.

El estrés, que nos parece hoy en la sociedad postindustrial la única manera de vivir los adultos, y que incluso toma tintes de "prestigio" (asociado al éxito profesional: parece que eres más "importante" mientras más "estresado" vives, ) debería sorprendernos aplicado a los bebés.

La situación de estrés se crea cuando "las demandas del medio son excesivas, intensas y/o prolongadas y superan la capacidad de resistencia y de adaptación del organismo". ¿Qué demandas excesivas, intensas y prolongadas se le pueden plantear a un bebé sano, deseado y que vive con sus padres, podríamos preguntarnos?

El estudio concluye que existen numerosos factores causantes de la ansiedad y el estrés en los bebés, entre los que destacan las enfermedades (cólico del lactante), la falta de cuidados, factores ambientales (ruidos, aislamiento, oscuridad), alimentación insuficiente o inadecuada y el ambiente familiar (falta de cariño, discusiones, incomunicación, etc.).

Según los expertos, la forma más habitual de expresar ese estrés en los bebés es el llanto (y también trastornos de la alimentación y del sueño).

Entre los consejos para prevenirlo, el estudio recomienda la lactancia materna por ser uno "de lo mejores inmunorreguladores" y aconseja una alimentación óptima, que aunque el estudio no lo explicite (fue presentado en un Forum patrocinado por una marca de leche artificial) , también es la leche materna.

La leche materna no sólo es uno de los mejores inmunorreguladores, sino también garantiza el apego corporal que el niño necesita para sentirse seguro y tranquilo, garantiza mejores y más ligeras digestiones, ayuda a conciliar el sueño (los niños que maman puede que se despierten más veces, pero se vuelven a dormir más pronto), y ayuda a establecer un vínculo afectivo más profundo entre la madre y el bebé, que conectan sus ciclos vitales de modo que el bebé se siente más reconfortado y mejor atendido.

También está demostrado que la lactancia materna a demanda reduce los llamados "cólicos del lactante". Algunos autores, como Carlos González, piensan que los "cólicos" (prácticamente desconocidos en las culturas que amamantan y llevan a upa a los bebés) no son más que un síntoma de malestar del bebé, por lo que más bien constituirían una manifestación del estrés y no una causa, como plantea el estudio.

Creo que en muchos casos el estrés de los bebés (en familias que podríamos llamar psicológicamente "sanas") está asociado a un estilo de crianza basado en las prácticas concomitantes de: alimentación con biberón, consuelo con chupetes de plástico, "no coger a los niños en brazos", dejarles solos en corrales y aplicarles métodos conductistas para que aprendan a dormir solos, con lo cual el bebé se siente "desatendido" por sus padres, se pasa demasiadas horas solo en posición horizontal sobre materiales artificiales, y carece del contacto corporal con su madre que tanto necesita en su primer año de vida.

Los llamados "bebés llorones" no nacen así, quizás no haya bebés tranquilos y bebés llorones: hay bebés satisfechos en sus necesidades de afecto, cuerpo, movimiento, compañía y contacto; y bebés cuyas madres no logran conectar con sus necesidades, la madre se estresa también ante el llanto del bebé y reproduce una espiral de nervios, malestar y ansiedad, que transmite al niño y que la lleva a pretender que se tranquilice solo, lo que aumenta todavía más su sensación de incomprensión y desamparo, y así sucesivamente...

La corta duración de la baja maternal remunerada, también influye en la incapacidad de la madre para desconectar de los ritmos de vida laborales, y conectar relajadamente con sus instintos maternales y con las necesidades más profundas del bebé.

Sin contar el gran estrés que para el niño supone la entrada a edades tan tempranas en las escuelas infantiles, la corta baja maternal aumenta también el miedo de la madre al momento en que tenga que dejar a su bebé para reincorporarse al trabajo, de ahí que muchas veces intente que el bebé aprenda a dormirse o a estar solo para que no "se acostumbre", con lo cual el bebé termina estando solo -y estresado- desde casi el mismo momento del nacimiento.

3 comentarios:

  1. Gracias, está muy bueno.
    En mi experiencia personal, muchas veces me decían que no cargara a mi hija porque "se iba a hacer de brazos", peroyo les respondía que solo iba a ser bebé una vez. Disfruté mucho esa etapa, ahora tiene tres años y es super cariñosa y cálida, tiene un hermanito de 1 mes y es muy afectuosa con él, creo que lo que recibes es lo que puedes dar.

    Gracias

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  2. Mí hija fue muy llorona los primeros meses de vida, y eso que siempre trate de darle mí protección y no hacía caso cuando me decían que era porque mucho la andaba en brazos o era muy apegada, le di leche materna. Lo que si me puedo dar cuenta es que yo estaba muy estresada, pues como primeriza me chocó mucho el cambio desde dar a luz cesárea a una bebé con sobrepeso,dolor por la cesárea, heridas en los senos,no había cuando recuperar fuerzas para disfrutar a mí bebé. Pienso que ese estrés se lo transmití a mí hija. Ahora tengo un bebé de mes y medio y es muy tranquilo y pues cuando supe que iba a tener otro angelito pues ya sabía lo que se venía y me dije: estarás más relajada y tranquila y hacer oídos sordos a las críticas y me resultó, obviamente con más experiencia.

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