21 de julio de 2009

La leptina y el amor


Por Ileana Medina Hernández


Una joven investigadora de la Universidad de Islas Baleares ha recibido un premio europeo por su tesis doctoral sobre la enésima ventaja de la lactancia materna: que protege contra la obesidad no solo infantil, sino también contra la obesidad en la edad adulta.

Esta función es posible gracias a que la leptina -una hormona que interviene en la sensación de saciedad- se encuentra en grandes cantidades en la leche materna y se absorbe intacta por el estómago del bebé, influyendo sobre la maduración de los centros cerebrales del apetito y el peso corporal, "programándolos" para la vida adulta.

Al leer la noticia inmediatamente pensé: es cierto, pero seguramente la industria pronto encontrará la forma de añadir leptina a la leche de vaca maternizada. Y efectivamente, confirmado: el equipo investigador mallorquín ya ha patentado la técnica para añadir leptina a las leches artificiales. Y enseguida enfatizan que "tiene un mercado potencial de 15 mil millones de euros en Europa" (como si el principal objetivo de la investigación fuera encontrar a quién venderle la sustancia).

Cualquier investigación bioquímica que demuestre las innumerables ventajas de la composición de la leche materna, permitirá a corto o mediano plazo su utilización por la industria láctea en la mejora de las fórmulas infantiles.

Por eso, además de aplaudir que la ciencia descubra cada día más aspectos positivos sobre la leche materna, es obligatorio que no solo destaquemos sus ventajas nutritivas sino sobre todo, y primordialmente, sus ventajas psicológicas y afectivas para el bebé (y también para la madre). La ciencia y su hermana la industria podrán reproducir cada vez más fielmente la composición bioquímica de la leche materna, pero no podrán reproducir jamás la comunicación y el contacto vital que se produce entre el bebé que mama y su madre.

Es importante hacer hincapié en que la lactancia materna tiene grandes ventajas en la vida psicológica, emocional y afectiva de los bebés, insustituibles por el biberón:

-Su mecanismo de función "continua" (lo que se ha llamado "a demanda", que es el único modo de que "tengamos leche", o sea, de que siempre haya la producción suficiente de leche para el bebé) garantiza a la vez que el bebé reciba mucho más contacto con el cuerpo de la madre, la corporalidad, la mirada, el movimiento, la presencia materna que reproduce su estadío intrauterino y que es la primera necesidad afectiva del bebé. Como he dicho en otros posts, es importante incidir en que para el bebé la única forma de saberse "querido" es en contacto directo con el cuerpo de su madre.

-La succión del pezón materno permite el desarrollo natural de la "fase oral" de la sexualidad del bebé, cuya principal manifestación es la succión y cuyo objeto es el cuerpo materno. Por la lactancia materna comienza el desarrollo sano de la sexualidad del individuo, y privar al bebé de ello, o truncarla tempranamente, deja improntas que afectarán las fases sucesivas de su sexualidad.

-El desarrollo sensorial del bebé: Los bebés tienen el sentido del tacto en la boca. Durante el desarrollo de la fase oral, el principal órgano erógeno y sensorial del bebé es su boca. A través de ella, el bebé se orienta en el mundo y entra en contacto con la realidad, primeramente con el cuerpo de su madre, luego con su propio cuerpo (en torno a los 2 meses comienzan a chuparse las manos) y después con el resto de los objetos. No hace falta un estudio científico para darnos cuenta de que cambiar el olor, el sabor y el tacto del cuerpo, del pecho y la leche maternas, que son vivos y cambian cada día, por biberones y chupetes de plástico inertes y esterilizados, empobrece y perturba el desarrollo de sus sentidos. Los bebés pasan todo el día con un trozo de plástico en la boca, a eso se reduce su sensorialidad. Los niños suficientemente amamantados y abrazados, además, no necesitarán atiborrarse de comida (ni de otras sustancias y objetos) para llenar su vacío emocional y suplir su falta de contacto físico.

Afecto, sexualidad y sensorialidad son tres caras del mismo poliedro del amor, y la base del desarrollo psíquico sano del individuo. Ninguno de las tres cosas se puede incorporar a la leche de fórmula. Solo es posible a través de la relación única que se establece cuando el bebé succiona los pechos de su madre.

1 comentario:

  1. Gracias guapa. Cada vez encuentro más motivos para seguir con mi lactancia, aunque sea a 'monoteta'.
    Un beso.
    Laura, mami de Candela

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