
Por Ileana Medina Hernández
La Organización Mundial de la Salud está celebrando del 1 al 7 de agosto la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que ha servido, entre otras cosas, para que la prensa generalista se ocupe, aunque sea minímamente, de este tema tan importante que no tiene el peso que merece en la agenda de la opinión pública.
Las conmemoraciones de estos días han estado dedicadas a destacar la importancia de la lactancia materna sobre todo en casos de emergencias y pandemias, cuando sería una práctica imprescindible para prevenir las infecciones en los bebés.
Todos pensamos en la Gripe A, y de hecho, a quienes seguimos con lupa las noticias sobre lactancia materna, nos sorprendieron gratamente días atrás los titulares de la prensa recomendando la prolongación de la lactancia materna para evitar el contagio de los bebés, que constituyen uno de los principales grupos de riesgo.
Me parece desproporcionada la importancia mediática que se le ha dado a la Gripe A, que al fin y al cabo es muy parecida a cualquier gripe común, pero si la coyuntura sirve para -aprovechando el pánico infundado que nos quieren meter en el cuerpo- estimular la práctica de conductas saludables como la lactancia materna, pues algo bueno quedará.
En estos tiempos de epidemias, se habla pues de la necesidad de que los niños sean amamantados durante más tiempo.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la alimentación exclusiva con leche materna hasta los 6 meses del bebé, y luego que la lactancia permanezca, como mínimo, hasta los 2 años, y en todo caso, hasta que la mujer y el niño lo deseen. No tiene contraindicaciones prolongar la lactancia más allá de los dos años.
El sistema inmunológico del bebé es el pecho materno, ya que su propio sistema inmunitario no estará maduro hasta alrededor de los 6 ó 7 años.
Hoy en día, la práctica hospitalaria es cada vez más favorable a la lactancia, y la mayoría (casi el 90%) de los niños son amamantados al salir del hospital donde nacieron, pero la curva va descendiendo bruscamente, y muy pocos llegan ni siquiera a los 6 meses que se recomiendan sean de lactancia exclusiva, sin introducir ningún otro alimento.
Creo que los mayores enemigos de la baja duración de la lactancia hoy en día en España son dos:
-La corta duración de la licencia remunerada por maternidad
-El "biberón de refuerzo" (la lactancia mixta).
Muchos pediatras, en cuanto el niño no cumple esos famosos percentiles, siguen recomendando el biberón de refuerzo, en lugar de recomendar que el niño sea puesto más al pecho, para que al aumentar la demanda, aumente la producción.
Las abuelas (de la generación del biberón) y el entorno de la madre, presionan para que se les dé leche artificial y el niño "duerma más" y "esté más gordito". Las madres prefieren que el niño "acepte también el biberón" por si acaso, cuando ellas no estén, otra persona pueda dárselo. Incluso hay parejas que ofrecen el biberón a sus hijos, para que el padre también pueda participar en la alimentación del bebé, lo cual es el colmo de la estupidez y de la igualdad mal entendida.
Como ha dicho Carlos González, el peor enemigo de la lactancia materna no es el estrés, ni los problemas de salud de la madre, ni nada por el estilo: lo que se carga la lactancia materna es la incorporación de biberones. Cada biberón que se dé, es leche que la madre no producirá, y un pasito más hacia el destete prematuro.
Muchos niños que son alimentados exclusivamente a pecho hasta los 6 meses rechazan el biberón. No lo desean, ni falta que les hace. El rechazo del biberón por el propio bebé es una señal de lo que quiere y necesita, que las madres muchas veces desoímos, e insistimos e insistimos hasta que el bebé se resigna y chupa de la tetina de plástico. Cuando rechazan el biberón, y no insistimos, la lactancia materna se prolongará, llegando fácilmente hasta los 2 años recomendados por los expertos, pues el bebé no incorporará leche de vaca probablemente tampoco en vaso ni similares.
El otro gran problema es el de la escasísima baja maternal remunerada. Los países desarrollados, pueden y deben darse el "lujo" hoy de aumentar todo lo que puedan este servicio social. Tienen los recursos, falta la conciencia de la importancia que tiene que los niños -todos los niños-, nuestro futuro, sea amamantado, sostenido y acompañado por su madre durante sus primeros años de vida.
Aunque es posible seguir amamantando después de incorporarse al trabajo, los miedos inherentes a si el bebé comerá, lo engorroso del uso del sacaleches, la angustia y el estrés que produce a la madre el tan temprano abandono de su hijo... suele ser el principio del fin de la lactancia materna para muchísimas madres.
A las 16 semanas de vida, el niño debe, según todas las recomendaciones médicas y científicas, seguirse alimentando exclusivamente de leche materna. Que la madre tenga que "ordeñarse" en la oficina (en lugares no preparados para ello) y obligar al niño a aceptar el biberón (aunque sea con su propia leche) hace díficil la vida a la madre y al bebé, disminuye la producción de leche y predispone al uso de la leche de fórmula.
Esas ministras españolas y francesas que se incorporan al trabajo a los 3 días de nacidos sus bebés, mal ejemplo van dando. Se ve que, para merecer el puesto, todavía es necesario demostrar que "la maternidad no cambia nada". Pero la maternidad sí lo cambia todo. Al menos, si queremos satisfacer la necesidad más básica del recién nacido: cuerpo y leche maternos.
La posibilidad de compartir esta ya de por sí escuálida baja maternal con el padre, es algo que puede satisfacer la necesidad de la madre de una pronta incorporación al trabajo, o llenar el hueco de una baja para el padre que debería ser independiente, pero atenta contra el derecho del bebé a ser amamantado y a disponer de la mejor nutrición, la mejor protección inmunológica y el mejor sostén afectivo-emocional que pueda recibir.
Además, estoy segura de que la mayoría de las madres, si pudieran seguir disponiendo del mismo salario, si no vieran en peligro su empleo, si tuvieran la certeza de que su trabajo en la empresa va a seguir estando bien hecho... si, en fin, estuvieran protegidas y apoyadas por la sociedad, y su maternidad no supusiera ningún obstáculo para su desarrollo ni su prestigio profesionales, permanecerían encantadas con sus crías durante por lo menos un año.
Ya todo el mundo está convencido de que la lactancia materna es lo mejor para el bebé y para la madre, falta pensar en todos los factores sociales que, a pesar de ello, están impidiendo su práctica prolongada mientras el bebé lo demande.
Magnifico artículo.
ResponderEliminarTe felicito.
Por suerte mis nietas/os, por suerte fueron criados a pecho.
See sacaban leche y la guardaban, tenían bastante.
Hay lugares de trabajo que dejan traer a los bebés a amamaantar, es algo que las mujeres deben de luchar para lograrlo como algo común.
Cariños
Ufff me has recordado mi incorporación al trabajo, el sacaleches, el estrés de no sacarme suficiente para cubrir las tomas.... de verdad no entiendo cómo es posible que aún no tengamos una baja maternal de, al menos, 6 meses (y como se expone en el artículo que has colgado en el foro, eso es pedir miseria). Ojalá nuestras hijas puedan disfrutar de una baja maternal 'decente'.
ResponderEliminarLo que cuentas de que hay madres que optan por el biberón para darle al padre la oportunidad de participar en la alimentación del bebé es cierto. A mi me lo soltó una 'visita inoportuna' al poco de nacer Candela. Me quedé a cuadros. Me dijo que era egoísta por parte de la madre no renunciar al pecho, porque de esa forma, el padre quedaba excluido y así le costaría mucho más establecer un vínculo con el bebé. En fin, sin comentarios.
Y también recuerdo cuando la ministra de Defensa, Carme Chacón, se incorporó a su puesto de trabajo a los pocos días de dar a luz. Flaco favor nos hizo a las madres, carajo. Por supuesto que TODO cambia con la maternidad, y lo primero que deberían de cambiar son la prioridades, aunque está claro que hay madres tan 'modernas' que han perdido el norte en ese tema.
Un besote corazón.
Hola guapa, me ha encantado el artículo y estoy de acuerdo contigo con todo lo que cuentas.
ResponderEliminarYo fracasé en mi primera lactancia y ahora llevamos casi un añito y estoy feliz! se que le doy lo mejor a mi hija, que pena que mi nene mayor no pueda disfrutar de sus ventajas.
Saludos y gracias por esta hermosa labor que llevas a cabo con tu blog.
Lo de las ministras es hasta cierto punto comprensible.
ResponderEliminarAl fin y al cabo, hace muy poco que hay ministras, y menos ministras que den a luz durante su mandato.
Es algo nuevo.
Y todavía recorre el mundo la imagen de una mujer embarazada pasando revista a un ejército.
Digamos que ese ha sido el granito de arena que ella ha puesto -o el paso de gigante-, y quizás sea injusto pedirle más.
Para llegar a lo otro, a que sea habitual ver ministras pariendo, y a que amamanten y se cojan sus bajas maternales prolongadas, como supongo es en los países nórdicos, para eso todavía nos falta un enjuague, o dos.
Como tú dices, con buena suerte, lo harán nuestras hijas.
Besos a todas y gracias por vuestros comentarios!!!
que afortunadas y que suerte las que pueden dar pecho....
ResponderEliminarlo digo con sana envidia...
Hola! llevo 27 meses de feliz lactancia! sin embargo uno de los obstaculos más grandes que he encontrado es el juicio negativo que va desde el pediatra hasta la familia. Sin embargo he continuando alimentando y consientiendo a mi pequeña con el pecho. Animo, debemos seguir nuestro instinto...
ResponderEliminarlas felicito son muy afortunadasyo tengo 3 hijos a la mayor le di pecho como 20 dias estaba muy joven al segundo q ya habia pasado tiempo de mi otro embarazo y q estaba sola hice todo mal y termino mi lactancia a los dias de nacer el a consecuencia de eso tuve una depresion fuerte q por lo q me doy cuenta ahora yo olvide lo q me paso con mi lactancia por q ahora con mi pequeñita q ademas era doble deseo de esa etapa bonita de amamantar,doble ilusion ya se imaginaran, me fie de comen tarios de familiares q me decian as esto y aquello, mi primer herror,deberia haberme informado muy bien y hoy me arrepiento tanto de no habwerlo hecho, a la hora de ponermela al pecho q no tenia peson me decian q mi bebe sola me lo iba a ser con el hecho de estar succcionando, pero herror lo q en verdad hizo fue trozarme los oesones aunq asi le segui dando por el gran deseo q tenia yo de asi hacerlo, la verdad tenia tanta leche q me sentia la mujer mas realizada sobre la tierra pero se van a reir de esto q les voy a decir lo q hice y es por lo q ahora me doy cuenta q estubo mal hecho, nada mas me sacaba la leche para darle serian 3 onzas de lech como me hiba a basear los pechos si yo no queria tirar esa leche si era de mi bebe, le segui dando puro pecho logico se fue disminuyendo la produccion ya no habia esas subidas de leche como al principio yo me senti fatal horrible no creia lo que miraban mis ojos entre en una terrible dep'resion que no se q hacer siento q me consume dia a dia no lo voy a superar nunca me da mucho coraje con migo e llegado ha hacerme daño yo misma yo se q estoy muy mal pero no se q hacer mis hermas y la pediatra de mi bebe no me conprenden, ella me dijo ten te voy a dar este bote de leche no te preocupes por eso las leches de hoy estan tan maternizadas, yo le dije q si me podia ayudar q quueria relactar y me vio con cara de bicho raro y eso q no me oyo. perdonen por soltarme con este rollo pero no hayo q aser y yo a mis hijos los adoro y a mi bebe le pido perdon constantemenbte por no haber sabido cuidar su leche q la hiba a proteger de tantas enfermedades.
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