26 de marzo de 2010

Nombrar los bebés

Por Ileana Medina Hernández

Dedicado a Renay y Elina,
maravillosos futuros papás.

Me gusta mucho el mundo de los nombres y la onomástica. Tendría muchos hijos sólo por el gusto de elegir nombres para ellos ;-)

Creo que el acto de elegir nombre para el bebé es muy importante. Estoy segura de que los nombres influyen en la vida futura de las personas, no sólo por "magia", sino porque al elegir nombre, los padres revelamos inconscientemente qué esperamos de nuestro bebé y cuál es nuestra actitud ante el mundo, y eso tiene sutiles relaciones con el estilo de entorno y de crianza que le ofreceremos al bebé. (Lo cual no quiere decir que haya un "determinismo onomástico", claro está).

Hay muchos tipos de nombres, que para gustos están los colores: están los nombres de moda, cada 15 ó 20 años una hornada de nombres se instala en las preferencias de la gente. Los padres que eligen estos nombres eligen al seguro, apelativos que a todo el mundo gustan, que se ajustan con la sensibilidad actual. Los nombres más puestos a bebés en la última década en España pueden consultarse aquí, en la página web del Instituto Nacional de Estadística. Danieles, Pablos, Diegos, Lucías, Paulas y Saras son multitud, y en cada clase siempre hay más de un niño o niña que repiten estos nombres. Los nombres de moda hoy en dia son nombres cortos, sonoros, nombres-de-toda-la-vida pero con resonancias modernas, distintos de los Facundos, Eustaquios, Dionisias o Encarnaciones de nuestros abuelos y abuelas (que tocaban por el Santoral).

Hay otros nombres que también están de moda, pero que no lo parecen tanto. Un poquito menos comunes que los anteriores, no llegan a arriesgar del todo, pero tienen cierto toque 'chic'. Los modernos con un toque de distinción ponen a sus hijos Marco (así sin -s-), Mateo, Noelia, Abril o Valeria.

Por supuesto están los nombres de hijos de famosos y de gente con pasta. Los "pijos"  han pasado en los últimos años de llamarse Borja, Francisco, Berta o Cayetana a poner nombres mucho más osados, como Bruna, Teo, Atalanta o Ella... dependiendo del toque bohemio que le quieran dar. El cambio de la clase "yuppie" a la clase "hippija", también se ha notado en los nombres. Se mantienen los deseos de "distinguirse", de demostrar originalidad o status.

Están los nombres extranjerizantes que hicieron ola en los ochentas: Jennifer, Jessica, Cristopher, Kevin, Sheila, Ylenia, Vanessa... Por suerte, estos han disminuido mucho en los últimos años, y hoy toman un cierto aire de mal gusto, un poco "kinki" o "cani" los llaman en los foros por ahí ;-). [El caso de Cuba es paradigmático de esta tendencia. Os invito a que reviséis los nombres de cualquier equipo olímpico cubano: se llaman Yunisleidys, Yoriarkys, Duniesky, Yusimí, Yankiel... El disparate de nombres inventados con Y griega en la Cuba de los ochenta fue total. Comenzaron poniendo nombres rusos (Katia, Tamara, Iván, Yuri, ...), ingleses o de Europa del Este (¿Ileana?) en los años setenta, y se terminaron inventando todo tipos de nombres con Y griega y con K. La bloguera famosa Yoani Sánchez llamó a su blog Generación Y precisamente dedicado a todos sus contempóraneos. Creo que en los últimos años también la tendencia ha revertido, y los niños cubanos que nacen ahora ostentan nombres fuertes del tipo que siempre han utilizado los argentinos: Gabriela, Marcelo o Estefanía.]

Luego están los nombres tomados de la naturaleza, para mí los preferidos. Nombres de tradición pagana, que rinden culto a la madre-tierra. Algunos de esos están de moda, como Luna o Alba, pero la mayoría se escuchan hoy poco. Me parecen hermosísimos los nombres de fenómenos naturales, flores, árboles o piedras: Aurora, Nieves, Azucena, Margarita, Alhelí, Olmo, Roque, Ágata, Jade o Esmeralda.

También me gustan algunos nombres antiguos,  algunos bíblicos, esos supuestamente "feos" que usaban nuestros antepasados, me gustan Jerónimo, Hernán,  Noé  o Isaías...

Luego están los nombres "neutros". Digamos que los nombres españoles eternos: María, Antonio, Manuel, Carmen, Juan... que no pasan de moda ni tienen ninguna connotación especial, o quizás esa, nombres "castizos", que muchas veces se heredan de padres a hijos para mantener la saga familiar.

Al nombrar, honramos a nuestros hijos y a nuestra dinastía. Decidimos si se van a llamar "como todo el mundo" o si se van a distinguir (mucho o poco, para bien o para mal); decidimos si con su nombre van a hacer honor a su árbol genealógico, a una tradición religiosa, a una obra literaria, a un personaje histórico, a la madre naturaleza, o a un valor abstracto que queremos enaltecer y encomiar. En cada nombre está todo el peso de nuestra cultura, de nuestra historia y de nuestros valores. No es una decisión baladí.

¿Y tú, con qué criterios elegiste los nombres de tus hijos?

13 comentarios:

  1. Con el nombre de mi hija Sarah (sí, con hache al final como el nobre bíblico original) quise honrar a mi madre, sobre todo, teniendo en cuenta que ya en Cuba no ponían este nombre a las niñas. Es cierto que es una decisión que no debe tomarse a la ligera porque afecta a una personita que aún no puede decidir lo que le gusta, por supuesto, que siempre podrá cambiarlo cuando sea mayor de edad jajaja. Besos Ileana para ti y tu bella flor Margarita!

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  2. Gracias, Mave!!! Nosotros honramos a la bisabuela, a la abuela de mi marido, la persona más importante de su vida.. y también me gustó que fuera un nombre de flor.

    Un besote!!!!

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  3. Pues yo el tema de los nombres lo he tenido bastante limitado: Quería que fuesen nombres españoles españoles (por esto de que lo lleven grabado) para lo que tenían que ser pronunciables en alemán... Y también quería que no existiesen en Alemán igual, porque siempre se pronuncian de otra manera aquí, así que lo alemanizarían seguro.

    Con el primero acertamos de pleno, no hubo problemas. Pero con el segundo me emocioné y confié demasiado y tiene "j" así que estamos todo el día con el "cómo? repite?" y corrigiendo la entonación. Me parece que no le va a quedar otra que "emigrar" a España jeje ;)

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  4. Pues si supieras que me gustan también los nombres "antiguos" como Amalia o Remedios. Si tuviera una niña, me gustaría ponerle Carmen Lilia, como sus dos abuelas. Eso de los nombres es delicado: le pones un nombre a alguien y es para toda su vida!!!
    Recuerdo más disparates cubanos: Usnavi, Danger y Lenin-Martí. Pobres niños, carajo!
    Nombres suecos hay para quedar perplejo: Gunvord, Ingeborg, Åke, Svea, Gunhild, Inga-Lill, Agda, Kurt, Birger... etc, con sus significados, por supuesto.

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  5. Sé que a lo mejor, esto sólo tiene sentido para mí... pero elegí Mateo (lo elegí yo, y su padre asintió jajajaja) porque me sonaba dulce... me parecía un nombre bonito para susurrarlo (también me gustaba mucho Darío).

    Eso sí, tuvimos que soportar estoicamente todo lo que varios familiares tuvieron a gusto de comentar, como que era horrible y se prestaba a todo tipo de rimas... su propia abuela dijo que era tan feo que le iba a llamar sólo 'niño'... (sin-comentarios). Somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios...

    Para niña me gustan muchos, pero muy especialmente Jara y Catalina.

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  6. Muy bonita tu razón, Caro!!! Luego pensé que también hay nombres que simplemente nos encanta como suenan, su propia sonoridad...

    A mí también me gusta Catalina, pero imagino que todo el mundo me dirá lo qeu a ti tu familia (sin comentarios).

    Un abrazo y gracias a todas!!!

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  7. Por cierto, cuando elegí Margarita también tuve amigas que me dijeron que "no le hiciera eso a la niña", jejeje... pero no les guardo rencor!!!
    ;-)

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  8. Yo quise conseguir que mi marido se implicara dejándole elegir el nombre de sus hijas. Él tenía muy claro que quería un nombre vasco. La mayor se llama Ainara, que quiere decir golondrina. Tanto el sonido como el significado me gustan mucho. Y a la niña, también.

    Con la pequeña quise evitar el "problema" familiar que había sido tener una niña con un nombre de fuera del santoral. La chiquitina se llama Idoia, que en castellano se traduce por laguna con juncos, o sea Juncal. Tiene virgen con ermita y romería en un recóndito lugar de la montaña navarra.

    Todos creemos tener razones profundas para elegir los nombres que elegimos. Aunque a veces los ajenos nos sorprenden mucho. Nosotras solemos cruzarnos en el parque con dos hermanitos ecuatorianos, el niño se llama Trosky y su hermana Maria Antonieta.

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  9. En nuestro caso queríamos un nombre corto, que nos se pudiera hacer un diminutivo, ya que al padre nadie le llama por su nombre de verdad.
    Yo quería algo que sonase redondo, sonoro y cuando el padre propuso NOA, lo tuvimos clarísimo. Ninguno de los dos dudo, tenía que ser ese.

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  10. Creo que tienes razón: cuando decidimos el nombre de nuestros hijos, estamos expresando lo que queremos/esperamos de ellos en el futuro. El nuestro de llama Alex porque yo quería un nombre que fuera corto (a la moda) y que, sobre todo, se pronunciara igual en castellano, en catalán y en inglés. Me gustaría que fuera una persona cosmopolita y viajera, y llamándose Alex casi todo el planeta sabrá escribir y pronunciar su nombre.

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  11. Àfrica, por su naturaleza salvaje e instintiva, para que siempre tenga en cuenta qué es y no se sienta por encima de ninguna otra especie (ni persona, claro)
    Quiere decir tierra cálida.
    Por supuesto con el acento abierto para que no olvide su lengua materna.
    Diferente a lo común pero no demasiado extravagante.
    Sí, creo que con la elección del nombre ya estamos escribiendo parte de su vida, con lo cual es una decisión más que importante.
    Ileana, gracias por tu blog!

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  12. Bonito nombre África!
    GRacias a ti, Ana, bienvenida!
    Abrazos!

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  13. Una amiga está buscando nombre para su hija... tiene mucha presión respecto al tema y para ayudarla comencé a buscar artículos que le dieran la tranquilidad de que el nombre debe ser escgido con toda la calma del mundo, incluso, puede definirlo sólo cuando le vea la carita a su pequeña.
    Con mi hijo fue diferente, pues varios años antes había decidido que si tenía un niño se llamaría Amaro. La primera vez que lo escuché fue en una novela, donde el personaje (un actor muy guapo por lo demás) era un estudiante de arquitectura muy hippie que se enamoraba de su profesora. Ahí sentí todo el estilo del nombre! además que viene de "amar" que es lo único que le deseo en la vida: que ame y sea amado. Por suerte su padre, a quien conocí mucho después de decidir que así llamaría a mi hijo, también le gustó y apenas supimos que nuestro bebé era hombre, no hubo espacio para la duda.
    Si era mujer, habría sido Amanda, nombre que reservo para la hija que espero me regale el universo <3 ahora, si llega otro chico... uf!! ahí se viene una tarea difícil.

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