31 de agosto de 2010

Nos necesitamos unas a otras

Por Ileana Medina Hernández

He estado releyendo la historia de lactancia prolongada que publiqué en el post anterior, y luego he descubierto la que sobre los inicios de su lactancia cuenta Cristina Pemán, en su blog Madres Rebeldes.

Mientras más conozco historias de este tipo, más me pregunto cómo es que, finalmente, muchas madres logramos amamantar en un entorno cómo este. No me curo de espanto, no dejo de asombrarme. No deja de ser un milagro que existan lactancias, largas o cortas, dadas las circunstancias.

Basta con leer la historia de Cristina, para saber por qué triunfa la industria del sucedáneo.  No es culpa de las madres, claro está. Si la realidad fuera la que describe Irene en su post, no necesitaríamos ser heroínas ni sabias ni sacrificadas, solamente necesitaríamos dejarnos llevar por la naturaleza y el instinto.

Cristina da un consejo aragonés: No reblar, no retroceder, no cejar en el empeño. Pero es que no cejar ante tamaños obstáculos, a veces puede ser sencillamente imposible.

Te encuentras con la cesárea, con la separación en el hospital, con las pezoneras, con los sacaleches, con los comentarios de todo tipo... No cejas. Sigues insistiendo. Pasa una semana, aparecen las grietas, las mastitis (¡el único especialista español en mastitis es un veterinario!)... Pasan dos semanas, vas al pediatra y te dice que tu hijo no ha subido de peso, y que hay que dar un "refuerzo". Logras hacer oídos sordos a la recomendación del pediatra y a la de todo quisqui que te dice que no sigas... Pero tú, no reblas. Pasa el primer mes, y al fin, sientes que tu pecho ya no te duele. Estás agotada, no duermes ni dos horas seguidas, tu marido ha vuelto a trabajar y te pasas todo el día en casa sola con el niño, sin peinarte y sin vestirte, sin poder soltar al niño porque llora, sin poder ni hacerte de comer, con vecinas que te "aconsejan" que lo dejes llorar pero que no te acercan un plato de sopa... Pasan dos meses, y al fin, tu oferta de leche se regula a la demanda del niño, y ya no chorreas leche por doquier, ni necesitas discos de algodón. Empìezas a respirar.

Llega el cuarto mes, y al fin, sientes que la lactancia puede ser un placer. Que ha valido la pena llegar hasta aquí. Has aprendido a conocer a tu bebé, ya está más "durito" y ríe a carcajadas, y quizás hasta aguanta tres horas entre toma y toma. Comienzas a disfrutar de la maternidad, y entonces, tachán tachán, toca volver al trabajo. La separación por la mañana te deja una angustia en la boca del estómago que no se te quita en todo el día. Te sientes como una piltrafa.  Tienes que ir a sacarte leche al baño de la oficina. Ese puto sacaleches no va contigo. Por la noche, no vales para nada. Necesitas descansar, porque tienes que levantarte a las 7 de la mañana para irte al trabajo. Imposible. ¡Con lo fácil que es darle un biberón repleto de leche con cereales a ver "si aguanta más"!

Lactancia concluida, me rindo. No puedo más. Que no me pida nadie más, por favor. El bebé se enferma: somatiza las largas horas de separación, acusa la falta de defensas de la leche materna, no sale de una otitis para entrar en una bronquitis... tengo que faltar al trabajo, el jefe me va a echar.

O no, tengo suerte y apoyo, y descubro que es posible trabajar y seguir amamantando, que la lactancia es un placer mucho más allá del alimento, que es un modo excelente de resarcirnos por las largas horas de separación, que quiero amamantar hasta que a los dos nos dé la gana, que lo protejo de las enfermedades de guardería, que estamos disfrutando: y entonces todos los aguafiestas de turno te dicen que hasta cuándo, que si no te da vergüenza, que va a mamar hasta que vaya a la universidad, que traerá problemas en el futuro, que lo estás "malcriando"....

Algo está mal en todo esto. Y no es dentro de nosotras las madres. Es desde luego el sistema. Y es el sistema el que hay que cambiar. Insisto, insisto, insisto a lo largo de todos los artículos que he escrito en este blog: las mujeres teníamos que llegar al sistema laboral para cambiarlo.

Las mujeres teníamos que acceder al conocimiento (más importante el derecho a saber que el derecho al trabajo, que al fin y al cabo no es más que el derecho a que se nos explote como mano de obra), acceder a la cultura, al conocimiento -hasta ahora bien oculto- sobre cómo funcionan nuestros propios cuerpos y cómo funcionan los bebés humanos para cambiar el sistema laboral, productivo y social y hacerlo más humano, compatible con la crianza y el bienestar de los bebés y los niños pequeños.

En eso, deberíamos estar todas de acuerdo. Dejar de "sentirnos atacadas", dejar de criticarnos unas a otras, dejar las batallitas entre las "que dan biberón" y "las que damos pecho", entre las "orgullosas profesionales" y las "talibanas de la teta", y trabajar todas juntas para transformar el sistema productivo-laboral.

Nos necesitamos unas a otras: necesitamos a las mujeres que están en los puestos directivos, a las que tienen influencia política, a las que dirigen empresas, a las intelectuales, a las periodistas, a las juezas, a las investigadoras científicas, a las maestras, a las profesoras universitarias, a las pediatras, a las matronas y a las psicólogas, a las obreras y a las limpiadoras, a todas las que trabajan largas jornadas y saben bien que el precio de no estar con sus hijos es demasiado alto: ¡las necesitamos para mejorar el sistema!

Necesitamos a las otras: a las que interrumpen sus carreras y se quedan en casa varios años cuidando a sus hijos, a las que amamantan durante 5 ó 6 años, a las que hacen pasteles y eligen cada día la mejor comida sana para sus hijos, a las que se atreven a educar a sus hijos en casa, a las que tejen primorosas mantas, a las que cultivan una huerta ecológica, a las que comparten la cama con sus hijos, a las que esperan con la comida tibia y el abrazo disponible, a las que después de hacer carreras con sobresaliente cum laude mandan todo a la mierda y se van a un pueblo a plantar tomates y cuidar de su familia, a las que aceptan trabajos muy por debajo de sus capacidades para poder cuidar de sus hijos; a las "talibanas" de la teta, el colecho, el apego, el porteo y la "maternidad perfecta"; a las "espirituales" que nos muestran hasta dónde podemos llegar si nos lo permitimos y creemos en nosotras mismas; a las "sacerdotisas" que nos enseñan los secretos ocultos de la femineidad y la maternidad, las honduras que desconocemos de nosotras mismas; a las amas de casa sencillas que se quedan en casa haciendo malabares para llegar a fin de mes...¡las necesitamos para cambiar el sistema!

Necesitamos también a los hombres: a los amantes, a los amigos, a los padres de nuestras criaturas, a los que se quedan cambiando pañales, y a los que curran 15 horas al día para que no "nos falte de nada". A los sensibles, a los que quieren crecer, a los que quieren un mundo más amable. (Y ya no sigo, que sino esto va a parecer un anuncio de Coca Cola).

Necesitamos equilibrar la balanza. Lo que no es posible ni humano es que todos, hombres y mujeres, trabajemos de sol a sol como mano de obra esclava, mientras nuestros hijos se crían solos, tragamos comida basura, no tenemos tiempo ni para respirar, carecemos de vida íntima y nadie calienta el fuego del hogar.

Nuestros hijos necesitan y merecen compañía, familia, afecto, comunicación, alegría, comida saludable. Nuestros hijos merecen un hogar donde nutrirse física y emocionalmente, donde ser respetados y queridos, donde no se hable de rendimiento ni de competitividad, sino de amor y libertad.

El futuro lo merece. Trabajemos todos, juntos, para ello.

30 comentarios:

  1. Ileana, fantástico artículo. Yo lo he vivido en propia carne. Mi pareja ha dado el pecho a ambos niños, pero no sin dificultades, como las que explicas en tu blog.
    Damos gracias a que nuestro pediatra nos aconsejó bien: leche materna a demanda, sin horarios estrictos.

    Mi excuñada, enfermera, nos decía que la leche materna no era buena para nuestro niño, porque estaba más flaco que el resto de bebés. Un día nos llamó diciendo que... podía morir. Llegó a decirme que éramos unos padres irresponsables. ¡Incluso insinuó que nuestro pediatra estaba equivocado!

    Yo le dije que ella se equivocaba (catástrofe familiar al canto), con educación, por supuesto, pero sin ceder un ápice en lo que el pediatra nos había aconsejado. No se lo tomó bien,... y mi hermano tampoco.

    Mi hermano y yo dejamos de hablarnos por culpa del tema durante diez días. Finalmente, resolvimos el conflicto.

    Enfrentarse a la propia familia es triste, lo pasamos fatal. Pero no me arrepiento, ahora tenemos unos niños hermosos y felices.

    Yo no le falté nunca al respeto a nadie. Mi papel como padre: apoyar a mi pareja en todo lo que pude, sabiendo que nuestros niños recibían el cuidado correcto.

    El artículo es muy acertado, las mujeres debéis uniros. Y los hombres debemos unirnos a vuestra voluntad de cambio.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Que bueno, que bueno y que bueno..... justo ayer leía yo un post de una de tantas que sólo quiere atacar, insultar, despreciar (http://molinos1282.blogspot.com/2010/08/maternity-lvi-natural-ii.html)..... y seguro que es una persona inteligente y mucho mejor de lo que parece en su blog (algunos post son hasta divertidos pero cuando toca este tema desde luego ya no me lo parece.... . Me quedé triste..... con la sensación de que somos una pequeña islita en un mar de... ¿de que? de convencionalismo? ignorancia? testarudez?.......
    Con este post tuyo me has devuelto la alegría.... y la esperanza!!!! :o) Gracias guapa!!!

    ResponderEliminar
  3. Yo quiero...
    Me sumo.
    Aporto.
    Creo que se puede.
    Tiene sentido.
    Hermoso y muy cierto.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Sumercé si es pero... ¡Una nota! Qué don de palabra que tienes...

    Para mí este post es algo así como "todo lo que ha pensado y no ha podido decir" Me identifico con cada palabra. Si me das permiso lo copio tal cual en mi blog. Está de enmarcar.

    ResponderEliminar
  5. Claro que puedes compartirlo, Zinnia!!!

    Difundamoslo, tendamos puentes con quienes nos atacan, mostremos y de-mostremos que no estamos criticando la libertad de nadie sobre cómo criar, solo luchando por que también sea posible criar de otra manera, sólo aprendiendo sobre cómo funcionan las criaturas humanas y cuáles son sus verdaderas necesidades; aprendiendo sobre cómo criar personas más felices y generosas.

    Un abrazo a todos, gracias!!!

    ResponderEliminar
  6. Te vas a aburrir de mis comentarios, Ile... pero es que no se me ocurre más que decirte que está genial, sencillamente genial. Manos a la obra, todos juntos por un mundo mejor...

    Un abrazo!

    Louma

    ResponderEliminar
  7. Gracias por esta publicación, ya la publiqué en mi muro... hay que hacer conciencia, hay que cambiar el sistema. En Chile, estamos pelando por un postnatal de 6 meses!!!
    Hay un gran libro, se llama "las hijas del hirkani" ....muchos muros debemos saltar! para poder criar con afecto...qué curioso!
    un abrazo
    leslie power
    psicóloga y mamá
    www.espaciocrianza.cl

    ResponderEliminar
  8. Qué curioso yo suelo utilizar conmigo misma un término que has empleado en el artículo: talibana de la teta. Pensé que era la única que lo usaba, pero veo que no...
    Además, como alguien se meta con el tema teta, suelto una perorata terrible, que acalla todas las bocas, porque dejo sin palabra a quien me increpa.
    Y yo me pregunto, alguna sabe por qué molesta tanto que sigamos con la teta??. Lo pregunto realmente en serio. Es envidia por el poder que tenemos, por la sabiduría que nos confiere. Qué le ocurre a esta sociedad que nos estigmatiza. Bueno a ver si pones una encuesta Ile.
    Por lo demás hagamos una gran red de mujeres que apuesten por una sociedad mejor, porque precisamente la teta es lo que va a conseguir.
    Gracias Ileana

    ResponderEliminar
  9. Acabo de escribirte pero no sé si el comentario ha quedado registrado.... ante la duda.... deja que me repita:

    Impresionante artículo.

    ResponderEliminar
  10. Gracias, esto nos ayuda a seguir ..

    ResponderEliminar
  11. Estupendo artículo, como siempre, y toda la razón en cuanto a los problemas que puede haber al inicio de la lactancia. Sólo me gustaría añadir una cosita, aunque tal vez no vaya del todo con el tema del artículo.
    Cuando estaba embarazada (ahora mi niña tiene ya 11 meses) leí mucho sobre la lactancia, me informé todo lo que pude. Casi siempre leía lo complicado que era, todas las dificultades que podían surgir y todos los problemas que tenían las mamás, así que tenía la sensación de que, sí o sí, la lactancia SIEMPRE era dificultosa.
    Desde aquí, si Ileana me lo permite, quiero decirle a las futuras mamás que puedan leer esto, que NO SIEMPRE es así. Mi caso concreto es un ejemplo de ello; una lactancia SIN PROBLEMAS desde el principo. Tengo que decir que ni niña nació en casa y siempre tuve la tranquilidad y el apoyo de mi marido y mi familia, lo cual ayuda mucha, pero también conozco amigas con buenos partos hospitalarios que han tenido una LACTANCIA GOZOSA desde el principio.
    En resumen, que los problemas pueden aparecer, pero no tienen porque hacerla obligatoriamente... sólo quería aportar un puntito de optimismo y de tranquilidad, en especial a las futuras mamás.

    ResponderEliminar
  12. Creo que el comentario se borró, te lo pongo de nuevo :)
    Gracias por este artículo, hacen falta muchos, miles de artículos en los que se ponga de relieve el papel de la mujer, de la madre, en el que se nos devuelva la confianza que nos dejamos arrebatar. Cada miércoles, cuando vuelvo a casa después de la reunión del grupo de lactancia siento la energía, la fuerza que se ha creado entre todas, cada día que miro artículos en blogs de mujeres, en el facebook, siento de nuevo ese poder que desprendemos. Sé que podemos, no sólo un poco, podemos conseguir TODO lo que nos propongamos, unidas, juntas, dejando de lado egos estúpidos, y malos rollos tontos. Somos la sal de la vida, la tierra que da fruto una y otra vez, si tenemos el poder de la vida, cómo no vamos a poder conseguir un cambio social, si nosotras creamos, creemos un nuevo mundo en el que TODOS estemos integrados.

    ResponderEliminar
  13. Muy bueno el artículo. En esta página tb dan muy buenos consejos para nuestros pequeños. Por si os interesa, dejo aquí el enlace. Saludos¡¡¡
    http://bit.ly/NuevoOpelMeriva_Blog_Maternidad_

    ResponderEliminar
  14. Hola,
    Pues me uno a la secta de la teta y el colecho y todo lo del aunucio de cocacola!!
    Nosotras desde nuestro blog intentamos hacer una pequeñica labor, pero lo intentamos!!
    Muchas gracias por tus palabras!!

    ResponderEliminar
  15. Ileana, qué pasada de post,cuánta razón junta. Te sigo fielmente(me he suscrito) y alucino con tanta verdad junta. Lo malo es que son cosas que me gustaría que se me ocurrieran a mí. Muchísimas gracias por estos posts(dé dónde sacas el tiempo chiquilla?). Te reenvío, eres una inspiración para mí.

    ResponderEliminar
  16. Brava! Artículos como éste sacan de nosotras esa alma guerrillera y nos impulsan a HACER algo!! No estamos solas, cada gesto cuenta!!

    ResponderEliminar
  17. MUCHAS GRACIAS POR DECIR TAN BIEN LAS COSAS QUE MUCHAS PENSAMOS.
    ¿Cómo cambiar el mundo sin cambiar la crianza que nos ha llevado a tener este?

    ResponderEliminar
  18. Aignoa, tienes muchísima razón. Yo tuve un parto hospitalario e intervenido, aunque natural y me pusieron la niña encima nada más nacer, y tampoco tuve nunca problemas con la lactancia.
    De hecho hay muchísimos casos en que es suficiente con INFORMARSE y querer de verdad hacerlo, para que la lactancia salga adelante sin mayores problemas. Gracias por tu aportación, es muy importante.

    Noemi, TeoyLeo es un gran punto en esta gran red que empodera y hace crecer. Gracias por estar.

    J, ¿por qué no me contactas por FB? Me gustaría "conocerte".

    Gracias a los varios anónimos que han dejado los comentarios. Me hace ilusión que quizás entre ellos pueda haber alguien de los que normalmente se "sienten atacados" por las campañas pro-lactancia.

    Gracias a todos!!! Un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  19. Te sigo , aunque no tengo mucho tiempo de hacer comentarios, pero tu blog es sobresaliente. Como madre que estoy haciendo una larguísima lactancia, miembro de un grupo de apoyo y enfermera que trabaja en pro de la lactancia no tengo más que quitarme el sombrero ante tus reflexiones.
    Te confieso que utilizo el título de tu blog para mis charlas en Centros de Salud, palabras textuales: "señoras y señores, las mujeres tenemos tetas y son para amamantar y no para esto" y entonces muestro una diapositiva con varias portadas de INTERVIU, arranco unas risas ( muy necesarias) pero invito a la reflexión.Enlazo algún artículo tuyo en el Facebook de LACTAMOR ( nuestro grupo de apoyo en el occidente de Asturias) y te invito a unirte.
    Mil gracias de nuevo.
    Gea

    ResponderEliminar
  20. Caramba, Gea, me has emocionado!!!

    Muchisimas gracias por tus palabras!!! Si lo que escribo en este blog sirve para que aunque sea una sola madre se sienta apoyada y estimulada en su maternidad, la misión está cumplida.

    Si lo utilizas en tus charlas para embarazadas, ya es lo máximo!!!

    Un abrazo muy grande! Te busco en FB.

    ResponderEliminar
  21. Hola Ilena,

    Tu artículo me ha gustado mucho y así lo he expresado en mi blog https://dcarballo.wordpress.com/2010/09/04/la-falta-de-apoyo-entre-mujeres/

    Aprovecho para comentarte un horroroso artículo que ha publicado Edurne Uriarte en la revista "Mujer de Hoy" titulado "Mamíferas" que va a dar mucho que hablar. Aún no está en versión web pero lo tengo escaneado por si te interesa leerlo. Creo que harías una buenísima segunda parte de tu artículo con él.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  22. Muchas gracias, Delia!!!
    Tienes mi email en mi perfil de usuario, te agradecería que me lo mandaras,
    un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  23. Muchas gracias por citarme, Ileana.
    Tu artículo es realmente emocionante y no puedo coincidir más contigo. Qué pena que no vivamos en la misma ciudad, porque creo que nos llevaríamos muy bien.
    Está claro que hace falta una revolución, poner todo el sistema patas arriba para construir un mundo en el que los hijos no sean un lujo ni una carga.
    No sé si sabes que soy delegada sindical en mi empresa, en una televisión autonómica. Cuando Leo era más pequeño me lo llevaba a las reuniones del Comité, y algunos de mis compañeros me miraban regular. Me daba lo mismo. Ójala fuera libre para llevármelo también a currar. Mis compañeras en edad fértil (casi todas posponiendo maternidad por carrera) me piden siempre que luche por una guardería en la tele, y yo les digo que no pelearé por eso. Que es mejor reducirse la jornada. Ellas me miran raro.
    A veces pienso que esto es como Matrix: sólo unas cuantas hemos abierto los ojos y vemos las cosas como son. Lo difícil es convencer al resto.
    Pero aunque seamos pocas, me emociona ver que somos todas mujeres de bandera.
    Las "madres blogueras" tenemos el coraje que hace falta para emprender esta revolución.

    ResponderEliminar
  24. Excelente nota! también comparto tus palabras, a la maternidad hay que transformarla, y todas nos necesitamos a todas y también los necesitamos a ellos! inicié mi blog en parte con esta idea, por eso el nombre de "maternarte" (mujeres madres por y para mujeres madres), y comparto esta idea que las mujeres ingresamos al mundo laboral tan "yan" (energía masculina) competitivo, rígido, y la idea no es acoplarnos a él sino transformarlo, con nuestro "ying" (energía femenina), y que los padres puedan también participar en la crianza de los hijos, porque aunque les cueste y les falte, en el fondo lo desean, aunque a veces no saben cómo

    ResponderEliminar
  25. Hermosa nota querida, me sumo, hay que unirse, mi blog esta a disposición para acompañar y colaborar...muchos cariños!!!
    Emy

    ResponderEliminar
  26. Espectacular Ile!!! Sencillamente espectacular! Te pido permiso para publicarlo en mi blog. avisame si puedo. un beso grande!

    ResponderEliminar
  27. Claro que puedes reproducirlo en tu blog, Brenda.

    Como puedes ver a la derecha este blog está bajo una licencia Creative Commons, los artículos son libres siempre que se cite la autoría y se enlace a la fuente original.

    Gracias, un abrazo!!!

    ResponderEliminar