23 de septiembre de 2010

Dar

Por Ileana Medina Hernández

La red maternal, la tribu 2.0, me provee todos los días de pequeñas y grandes y preciosas satisfacciones.

Muchas lectoras del blog me contactan por Facebook, y allí voy sumando amigas virtuales de gran belleza, interior y exterior, que comparten cada día artículos, imágenes, frases... que me hacen sonreír, reflexionar, aprender...

Una de ellas, sin apenas conocerla, me ha sorprendido con un gesto de valor incalculable: me ha pedido que la ponga en contacto con alguna familia cubana, con alguna mami a la que ella pueda ayudar con algún regalito o alguna pequeña cantidad de dinero de vez en cuando. De más valor, cuanto ella sólo vive ahora de su salario de 600 euros de mamá a tiempo completo (en Francia).

Me ha emocionado y conmovido su gesto, y ya nos pusimos a buscar, entre mis amigos cubanos en el exterior y yo, a cuál de nuestras amigas en Cuba puede hacerle más falta esa ayuda inestimable, que para ellos puede ser como tocarle la lotería.

Solidaridad femenina, maternal, internacional, en su estado más puro.

Entre risas y lágrimas, me he puesto un poco cursi y he pensado que  no hay nada que pueda hacer más feliz a uno que dar, que compartir....Compartir lo que se tenga: dinero, o amor, o conocimientos, o un trocito de tu tiempo, o un abrazo, o un plato de sopa, o un mensaje, o una canción, o un consejo, o un hombro donde llorar, o una oreja que escuche, o lo que sea...

Cada uno da lo que tiene. De eso se trata.

Quizás si supiéramos apreciar lo que cada uno tiene para DAR, en lugar de mirar lo que le falta o lo que nos falta, viéramos cuán ricos somos, y cuanto más felices pudiéramos llegar a ser.

Si apreciáramos lo que nuestra pareja, por ejemplo, tiene para darnos, en lugar de fijarnos en sus defectos o en  lo que quisiéramos que llenara de nuestros propios agujeros.

Si apreciáramos lo que cada uno de nuestros amigos puede regalarnos, cada uno en su línea, en su tónica, en su personalidad, en su talento específico.

Si aprendiéramos a tomar de cada una de las personas que nos tropezamos en nuestro camino lo que esa persona puede enseñarnos o aportarnos: ¡seríamos tan ricos!

Y crearíamos una cadena social a partir de lo que cada uno tiene para dar. Y no a partir de lo que a cada uno nos falta. A la vez, podemos ser felices dando lo que tenemos, sabiendo que todos tenemos algo diferente y valioso que aportar.

Trastocar la lógica: no pidiendo, ni exigiendo, ni comprando. Sino dando. Dando lo que tenemos, y dando también lo que queremos recibir: tiempo, escucha, disponibilidad. Estar. Veremos cómo dando, al poco recibimos también lo que necesitamos.

Y ésa es además, creo, justamente la esencia de la maternidad: dar, darse, darnos. Dar lo que tenemos. Nutrirnos para a su vez poder dar. Sin más.

12 comentarios:

  1. me encanta e concepto de tribu 2.0 Ileana :)
    Felicitaciones por esa comunidad que crece detrás del blog!!
    Un beso grande!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ileana, por abrirme los ojos hoy...

    Muackkk!

    ResponderEliminar
  3. Ya perteneces, Liliana!!! Aquí estamos!!!
    Luisina, el concepto de Tribu 2.0 se lo robé a Louma, de Amor Maternal. Es muy bueno!!!
    Gracias a todas, que dan y regalan tantas cosas buenas cada día!!!

    ResponderEliminar
  4. Hola Ileana,
    Como siempre un placer leerte, ultimamente le he dedicado poco tiempo a la Tribu virtual para poder dedicarle a otros temas, pero debes en cuando paso un poco a las corridas por tu blog, que es alimento para mi alma y me quedo con las ganas de dejar algun comentario...como esta vez se trata de dar no podia irme sin dejarte un fuerte abrazo y agradecerte por lo que compartis en este espacio!!!
    Maria

    ResponderEliminar
  5. Me gusta mucho tu reflexión. Es cierto que estamos más preocupados en el que tenemos y lo que queremos que no nos paramos a ofrecer algo de nosotros a los demás.
    en cuanto a lo de la maternidad... yo digo que es una labor del todo altruista porque el "yo" no existe.

    ResponderEliminar
  6. Gracias, María, te devuelvo el abrazo bien fuerte!!!
    Gracias, Rebe. Besos a todas!!!

    ResponderEliminar
  7. Bellísimo...gracias por recordármelo.

    un abrazo,

    ResponderEliminar
  8. Qué verdad que muchas veces DANDO somos realmente felices. La felicidad que siento después de una donación de sangre no es descriptible, siento que a algún desconocido le he hecho el mejor regalo que le podía dar, y el que más va a valorar él en esos momentos, porque he regalado vida. Y de verdad, espero que nunca nunca nos gratifiquen con dinero porque se perdería la verdadera esencia.

    besos

    ResponderEliminar
  9. 3:20 am: Insomnio. En el contexto de un problema laboral que no hubiera ocurrido de hacerle caso a mi voz interna que desde hace tres años me dice que lo que quiero es dedicarme a lo que no genera dinero ni reconocimiento en mi mundo de economistas e intelectuales, pero sí responde a lo verdaderamente importante. Enciendo la computadora, para facebookear un poco o para buscar aleatoriamente en el google una respuesta, una lectura, una vivencia que me ayude a pasar este nuevo momento de crisis. Encuentro tu blog.

    Cuatro años cumplió Marco este 13 de septiembre. La maternidad ha sido, ciertamente, el punto de inflexión de mi existencia relativamente tranquila. Los cuestionamientos han sido muchos: con respecto a mi capacidad de ser madre (luego de haber mandado al cajón más remoto de mi ser aquellas herramientas que nos fueron dadas pero que hemos menospreciado so valoración de la razón y la lógica), con respecto a la experiencia con mi madre (con quien he mantenido un conflicto no resuelto desde tiempos inmemorables y que no terminaba de entender las causas), con respecto a mi pareja (que a su vez arrastra en su propia experiencia los conflictos de su padre con su abuela). Cuestionamientos con lo que realmente quisiera y el choque que tiene con la programación que he tenido, la incompatibilidad aparente con la imagen que alimenté por años de mí misma. Cuestionamientos con respecto al sistema, a lo que creí y profesé, con respecto a todo.

    Compaginar esta experiencia con los conflictos no resueltos de nuestra infancia (los propios y los de mi pareja) no ha facilitado lo que creí sería fácil; pero sin duda alguna, nos ha dado la oportunidad de avanzar.

    Dejamos de escuchar nuestro interior, y la maternidad lo demanda.

    La maternidad me ha ayudado a regresar a preguntas profundas sobre mi propia existencia.
    Además, nos permite reconocer el amor en su más pura expresión: no solo veo en sus ojos el amor profundo de él hacia mí, sino veo en él reflejo de esta fuente de amor infinito que tenemos dentro. Mientras te esctibo estas palabras, me pregunto si no es que haberle dado la espalda a la posibilidad de reconocer este amor es lo que nos tiene como nos tiene (con respecto a la humanidad)?

    Por hoy no cuento más (quiero mejor leerte y disfrutar de la hermosa música que nos compartes), pero lo haré. Puedo anticiparte que ha sido la mejor oportunidad para crecer, aunque el crecimiento se de luego de épocas duras. Se que voy por buena senda, y que las preguntas trascendentales seguirán. Lo muy grato es ver que no estoy sola en ello, y el maravilloso mundo del internet nos permite enlazarnos con otros seres que en la búsqueda están.

    Un abrazo desde Guatemala. Creo que llegó el momento de regresar a la cama, y con mayor tranquilidad buscar el sueño reparador.

    Vivian

    ResponderEliminar
  10. Oh, Vivian desde Guatemala!!! Muchísimas gracias por compartir tu insomnio de este modo con nosotros!!!
    Me ha encantado tu reflexión.
    Para mí la maternidad también ha supuesto ese punto de inflexión que me está haciendo re-plantearme todo.
    Y me falta mucho aún. Mucho. Quiero cambiar muchas cosas de mi vida, y sanar otras.
    No tengo prisa, sé que ya estoy en el camino correcto, y que aunque no logre sanar todo lo que necesito, mi hija seguirá el camino. El camino de la vida.
    Un abrazo muy fuerte y muchas gracias por tu aportación!!!

    ResponderEliminar
  11. Puestas a "dar"....quizás no estén en Cuba las mujeres que más solidariedad necesitan.

    ResponderEliminar