5 de octubre de 2010

La lactancia como aliada de las madres trabajadoras

Por Ileana Medina Hernández

Las mujeres que no tenemos más remedio que incorporarnos a trabajar cuando nuestros hijos aún son bebés, necesitamos más -y no menos, como a veces parece- tirar mano de la lactancia materna, del colecho y de los recursos de la crianza "natural" para criar a nuestros hijos.

Está claro que los cachorros humanos necesitan mamar y permanecer junto a su madre los primeros meses de vida, y que mientras más tiempo, brazos y cuerpo podamos dedicarle cuando son bebitos, más seguridad, autoestima e independencia ganarán para el futuro.

Pero si nos vemos obligadas o deseamos incorporarnos al trabajo (por las razones que sean, únicas para cada familia) la teta y el colecho pueden ayudarnos a mantener ese vínculo afectivo especial, a compensar en algo las largas horas de separación, a ofrecer un "premium" de calidad en la crianza, a ofrecer sesiones intensivas de mamá tras el reencuentro.

Creo que precisamente la "vuelta a la teta" y la reivindicación del paradigma de la crianza natural, es consecuencia de la incorporación de las mujeres al trabajo. Somos las mujeres trabajadoras quienes más necesitamos encontrar un estilo de crianza que nos permita mantener y sostener el vínculo afectivo seguro con nuestros bebés, a pesar de la jornada laboral diaria donde ambos permanecemos separados.

Reivindicar UNA BAJA MATERNAL más larga, de al menos seis meses, es imprescindible. Desde mi punto de vista, la medida política más importante que puede tomar cualquier gobierno hoy en día.

Ello nos permitiría, si así lo deseamos, cumplir con la recomendación actual de ofrecer lactancia exclusiva hasta los 6 meses, y además permitiría que nuestros bebés no tengan necesidad de tomar biberones. Como todos sabemos, son los biberones los que se cargan la lactancia. Si podemos permanecer ofreciendo sólo pecho hasta los 6 meses, a esa edad, cuando nos marchemos a trabajar, ya los bebés pueden comer en nuestra ausencia papillas, cereales, verduras,  frutas y otros alimentos con las manos o con cucharilla, sin necesidad de introducir biberones. Luego, cuando nosotras llegamos, se resarcen tomando pecho a demanda todo el resto del día y la noche, lo que quieran. Así, la lactancia puede mantenerse todo lo que el bebé y la madre deseen.

El sacaleches en el lugar de trabajo es una buena solución, sobre todo cuando nos incorporamos antes de los 6 meses, o cuando nuestra jornada laboral es muy extensa. Yo nunca me llevé muy bien con ese aparatejo, porque pude incorporarme cuando ya la bebé tenía 7 meses y eso fue lo que hicimos: tomaba otros alimentos en mi ausencia y el resto del día, teta de mamá. Pero hay mujeres que se convierten en verdaderas expertas en utilizarlo. En este folleto de la asociación Amamantar Asturias, encontrarás algunas pautas útiles para la extracción de leche materna y en general para lograr compatibilizar la lactancia con el trabajo.

Para amamantar por la noche, y a la vez poder descansar para el día siguiente ir a trabajar, el colecho (compartir nuestra cama con el bebé) es una buena solución. Los niños se despiertan mucho menos cuando sienten nuestro cuerpo calentito a su lado, maman y ni nos enteramos, y son horas de "afecto" que ganan, seguridad emocional que invertimos durante toda la noche, y que permite que la separación por el día sea más llevadera para todos.

Si seguimos amamantando, los bebés se enfermarán mucho menos al entrar en guarderías o quedarse con otras personas, les protegemos con nuestros anticuerpos y con nuestra dosis extra de teta, de amor y de cuerpo materno.

Los bebés son esponjas, agujeros negros de amor, recipientes que necesitan llenarse de caricias y de contacto físico para crecer seguros y sanos. Ellos sólo pueden comprender el amor desde nuestra presencia, envueltos en nuestra piel. La mejor inversión que podemos hacer para su futuro es el tiempo y el contacto físico que les dediquemos.

Si por las razones que sean, debemos perdernos parte de ese tiempo, las posibilidades de la crianza corporal son aún más necesarias. Lo mismo sucede con los menores adoptados: con ellos todavía es más necesario invertir corporalidad, compañía nocturna, brazos, abrazos, lactancia materna inducida o espontánea... para recuperar el tiempo que nos hemos perdido y construir el vínculo de apego seguro, que no pudimos construir desde el embarazo y el nacimiento a base de oxitocina y prolactina.

"El trabajo nunca ha sido un problema ni un impedimento para vincularnos con los hijos. Simplemente, para muchas mujeres, el trabajo se ha convertido en un refugio, un lugar donde nos sentimos mejor, porque no nos requiere tanto compromiso emocional. Entonces, colocamos al trabajo como un obstáculo para la crianza amorosa de los niños pequeños", dice Laura Gutman.

La Liga de la Leche ha publicado en pdf un libro precioso, Las Hijas de Hirkani,  que cuenta la historia de muchas mujeres de diferentes países y muy diferentes profesiones que "escalaron montañas para combinar amamantar y trabajar". En realidad, las mujeres hemos trabajado toda la vida, y también lo hacen hoy día en casi todas las culturas, incluidas aquellas que son mucho más respetuosas con la naturaleza que la nuestra:

"Hace millones de años que las mujeres combinamos lactancia materna y trabajo. Cuando uno sale de las grandes ciudades del mundo y vuelve a lo que fue la vida antes, una puede observar: mujeres lavando ropa en los ríos con sus niños amamantados y cerca de ellas; mujeres que cortan leña con un niño en la espalda y quizás otro en el pecho; mujeres que hacen pan o tortillas con los hijos jugando y participando de la vida familiar; mujeres que plantan legumbres en el campo también con sus hijos por ahí… pechos al viento, brazos a la obra. ¿Te suena familiar?

El cambio más grande y profundo es que madres e hijos se separaron. Ahora parece que trabajar y estar con los niños no fueran compatibles. Se produjo una ruptura. Además, como para separar más las relaciones, a muchas madres les dicen que para volver a trabajar tienen que comprar leche no humana y hacer biberones. Esto no es cierto y aquí tendrás muchos testimonios de madres que lograron trabajar fuera del hogar y amamantar a sus hijos.

Para lograr mantener el vínculo madre e hijo se construyó toda una estrategia que permite que las madres sigan proporcionando leche materna. Dejar su leche es como dejar un poco de sí mismas. Esto por supuesto es muy beneficioso para los niños pero también para la madre: le alivia un poco la culpa de alejarse. Y le asegura una manera de reencuentro al final de su jornada de trabajo."

El trabajo no es la causa de nuestras dificultades con la lactancia. Amamantar y trabajar no sólo es posible, sino conveniente, para conciliar tanto los derechos de las mujeres como las necesidades de los bebés.

11 comentarios:

  1. Ya ves, compensar es la clave. Y sin embargo estamos todos metidos en un círculo vicioso en el que para compensar a nuestros hijos de nuestra ausencia les compramos cosas y para comprarles cosas cada vez tenenmos que estar más ausentes.

    Compensar con teta y con presencia y mimos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ileana por este texto, la verdad pura, redondito, perfecto. Sin embargo desde nuestra experiencia en Chile, donde tenemos la promesa presidencial de la extensión del postnatal revoloteando en algunos corazones, en otros corazones asustados, les resuena a discriminación, entonces se quedan encerrados del miedo.
    Gracias, lo comparto.
    Para Irene, hay un artículo muy bueno de Laura Gutman; Comprar en vez de vincularse.
    Un abrazo
    leslie
    www.espaciocrianza.cl
    @powerlesliecl

    ResponderEliminar
  3. Como tuve que reincorporarme al trabajo a los 3 meses y medio de mi bebe me nutro mucho de los momentos que estoy con él. Desde que llego a casa, hasta que me voy es teta a libre demanda y por las noches, el sueño empieza en su cuna, pero cuando se despierta seguimos todos juntos en la cama. De esa forma ambos dormimos mejor y me llena de amor poder compartir tambien ese rato con el. Me despierto y lo primero que veo es su carita. Me hace inmensmente feliz.

    ResponderEliminar
  4. Pensado en frío, es tremendo que las mujeres trabajadoras no tengan derecho a amamantar y a ocuparse en exclusiva de sus cachorros ni seis meses. ¡Ni seis meses! Pero bueno ¡que sin los niños no existiría especie!! ¡Que los niños necesitan estar con su Mamá y no con una cuidadora! ¡Que los niños necesitan las Tetas de su Mamá y no solo para comer, sino para desarrollar su inteligencia, su apego, su Amor, un inmunidad, su salud mental!! Y miles de cosas más.
    A las mujeres nos han engañado todos; los políticos, los machistas, las feministas, los publicistas, las multinacionales, las suegras, las madres, las vacas, las películas, los libros, los creadores de necesidades (necesito más coches, más casas, más ropa, tetas nuevas, nariz nueva), etc.
    Ya es hora de despertar, ver lo ingenuas que hemos sido y pedir unidas nuestros seis meses de baja maternal. Aunque para mi, lo ideal sería por lo menos de dos años. Pero bueno, consigamos primero los seis meses.
    ¿Qué tal una huelga de todas las mujeres? ¿Funcionaría el mundo y la economía si nos ausentáramos todas por un día?

    ResponderEliminar
  5. Elena, tienes tanta razón!!!

    Pero mira, Leslie también es activista en Chile, y se pregunta cómo podemos movilizar a las mujeres por una cosa tan simple como una baja maternal de 6 meses.

    ¿Qué podemos hacer? Me gustaría tener iniciativas y respuestas.

    ResponderEliminar
  6. ¿Qué podemos hacer? Me gustaría tener iniciativas y respuestas.

    Ileana, ante esta noticia http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/05/union_europea/1286299976.html

    un grupo de mamás hemos decidido ponernos en contacto con la diputada española Teresa Jiménez Becerril a través de su formulario de contacto http://www.teresajimenezbecerril.eu/contacte.html para hacerle llegar un texto que habla de la lactancia y las madres trabajadoras y de cómo una baja maternal de 20 semanas es beneficiosa porque:

    * La mujer estará más protegida legalmente si decide cuidar a su hijo (no es lo mismo una excedencia que una baja),
    * Porque el niño estará mejor y disminuirá el gasto sanitario (argumentado con los estudios de la OMS)
    * Porque en Noruega la baja es de 46 semanas y precisamente es un país donde la discriminación de la mujer está muy por debajo de la nuestra.
    * Porque se cubrirán más bajas maternarles (ahora se cubre un mínimo porcentaje porque 16 semanas es muy poco) y se crearía empleo REAL.

    Os invito a todas a que hagáis lo mismo.

    ResponderEliminar
  7. Aignoa, donde estáis? Estáis en Facebook? Quiero firmar yo también esa carta, y colgarla aquí en el blog para todo el que quiera firmarla!!!

    ResponderEliminar
  8. No, somos un grupo de crianza que nos comunicamos a través de un google group. La carta la ha escrito una de las mamás y se la hemos mandado cada una de nosotros de manera individual a la diputada a través de la dirección que he puesto antes. Si quieres copio la carta entera.

    ResponderEliminar
  9. hola lleana,
    me encanta cada cosa que leo de ti, te agradezco que compartas tus pensamientos, pues me has ayudado mucho desde que Anya estaba en mi tripita.
    Me gustaria compartir este artículo en mi blog, poniendo un enlace a tu blog y mencionando que la fuente eres tu, por supuesto. Muchisimas gracias.

    ResponderEliminar
  10. Gracias, Brisa, claro que puedes compartir los artículos que desees!!!
    Un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  11. Por favor Aignoa, yo también quiero firmar esa carta. Incorporada al trabajo con mi nena con 2 meses y medio, no veas lo que hemos sufrido. Eso sí, LME, escaparme de la oficina para extraerme la leche, colecho, teta a demanda tooooda la noche... Contentas al final, pero con mucho sacrificio :)

    ResponderEliminar