10 de octubre de 2010

La paz fundada en el paradigma del cuidado

«Para tener una cultura de la paz duradera necesitamos instituciones justas, pero el funcionamiento de éstas no puede ser formal ni burocrático sino humano, cuidadoso y sensible a los contextos de las personas y de sus situaciones. Más que nada, debemos alimentar una cultura generalizada de cuidado para con la Tierra, y las personas, especialmente las más vulnerables.»

Por Leonardo Boff, téologo y escritor

La voluntad de poder de un país sobre otro, el patriarcalismo cultural que todavía margina a la mujer y la explotación de la naturaleza para conseguir beneficios materiales son factores de violencia e impedimentos para la paz. El patriarcalismo debilitó la dimensión de lo femenino, que nos hace más sensibles a todos, y rebajó la inteligencia emocional, nicho del cuidado y de la experiencia ética y espiritual.

Esta parcialidad, negando la dimensión anima (lo femenino), no ha dejado de afectar fuertemente a la ética. El núcleo de la moralidad clásica heredada de los griegos y perfeccionada por Kant, Habermas y Rorty tiene como base inconsciente la experiencia del animus (lo masculino). Por eso se funda sobre dos pilastras básicas: la justicia, que se expresa en los derechos y en los deberes de los hombres (dejando invisibles a las mujeres), y la autonomía del individuo, en la idea de que solamente un ser libre puede ser un ser ético.

Pero esta visión es parcial pues deja fuera dimensiones fundamentales, propias mas no exclusivas de lo femenino (anima), como son las relaciones afectivas que se dan en la familia, con los otros, con la naturaleza y con todos los que nos sentimos relacionados. Sin tales relaciones, la sociedad pierde su rostro humano. Aquí más que justicia se necesita la categoría mayor, que es la del cuidado. El cuidado es un paradigma que se opone al de la dominación. Es aquella relación que se preocupa y se responsabiliza por el otro, que se envuelve y se deja envolver con la vida en sus muchas formas, que muestra solidaridad y compasión, cura heridas pasadas y previene heridas futuras.

La base empírica es la experiencia –tan finamente analizada por el psicoanalista inglés D. Winnicott– de que todos necesitamos ser cuidados, acogidos, valorizados y amados, y deseamos cuidar, acoger, valorar y amar. Portadoras privilegiadas, mas no exclusivas, de esta experiencia son las mujeres. Ellas están ligadas directamente a la vida que necesita cuidado, como la maternidad, la alimentación, el desvelo en la enfermedad, el acompañamiento de la educación. Estas características son propias del principio femenino (anima) que se encuentra también en el hombre y que las realiza a su manera.

En el trasfondo de esta ética del cuidado hay una antropología más fecunda que aquella tradicional, base de la ética dominante: parte del carácter relacional del ser humano. Él es fundamentalmente un ser de afecto, portador de pathos, de capacidad de sentir y de afectar y ser afectado. Además de la razón intelectual (logos) está dotado de la razón emocional, sensible y de la razón espiritual. Es un ser-con-los-otros y para-los-otros en el mundo. No existe aislado en su espléndida autonomía, vive siempre dentro de redes de relaciones concretas y se encuentra permanentemente conectado. No necesita un contrato social para poder vivir junto a otros. Su naturaleza consiste en vivir comunitariamente.

Sin duda, para tener una cultura de la paz duradera necesitamos instituciones justas, pero el funcionamiento de éstas no puede ser formal ni burocrático sino humano, cuidadoso y sensible a los contextos de las personas y de sus situaciones. Más que nada, debemos alimentar una cultura generalizada de cuidado para con la Tierra, y las personas, especialmente las más vulnerables, y de atención a las relaciones entre los pueblos para evitar la guerra.

En vez del gana-pierde pasa a funcionar el gana-gana. Con esta estrategia se disminuyen los factores de tensión y de conflicto. Para llegar a la paz son relevantes las virtudes asumidas conscientemente, como la transparencia, la disposición al diálogo y a la escucha, la acogida cálida del otro. Lo enfatizó el presidente Lula al abordar la cuestión de Irán bajo la amenaza de la truculencia estadounidense y sus aliados por causa del enriquecimiento de uranio para fines pacíficos (pretexto para controlar el petróleo y el gas).

Pero hay una dimensión subjetiva y espiritual que refuerza la búsqueda de la paz. Es la capacidad de perdón y de olvido de viejas disputas y conflictos. Hoy que las culturas se encuentran, hacen patentes las tensiones históricas que separan a los pueblos. Hay que mirar siempre hacia delante en la construcción de una nueva relación fundada en una alianza de cuidado entre todos.

Vivir este tipo de humanismo necesario está dentro de las posibilidades de nuestro ser. Es la condición de la paz duradera, considerada ya por Kant como el fundamento de la República mundial.

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Leonardo Boff es uno de los padres de la Teología de la Liberación, "castigado" en varias ocasiones por la cúpula vaticana. Sus columnas semanales pueden leerse aquí. 'Anima' y 'Animus' son conceptos junguianos. Las negritas son mías.

5 comentarios:

  1. Ahí está, nadie queda excluído de esta revolución del cuidado, de la generosidad, del amor, de la cooperación.
    Ni ateos, ni cristianos, ni musulmanes ni wiccanos.... Si algo puede unir a gente de todas las culturas, creencias y tradiciones es la firme voluntad de encauzar los errores del pasado, tan bien expresados por la palabra "patriarcado". Porque en realidad, todas esas etiquetas sólo son puntos de partida; el punto de llegada las incluye y supera todas. :)
    Un abrazo,
    J.

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  2. Eso mismo pensé, Jordi, y quiero escribir con calma un post sobre eso: "el cuidado" puede unirnos a todos.

    A todas las religiones, y a todas las ideologías, y a las feministas y a las no feministas... Porque todos los seres humanos necesitamos lo mismo: que nos cuiden, que nos quieran, que nos atiendan...

    Hans Kung (otro gran sacerdote anti-vaticano) también habla de la necesidad de encontrar una ética universal, basada en la Regla de Oro: No hagas a otro lo que no deseas que te hagan a ti.

    Esa ética de la relación, del cuidado, del amor, será la que tenga que sustituir a la ética de la justicia, porque va más allá de ella y llega a los orígenes.

    Gracias, un abrazo!!!

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  3. Nuevamente, a través de tu blog, conozco un autor fundamental a tener en cuenta. Gracias!.
    En una exposición llamada "Atalantar, de la cultura rural al desarrollo sotenible", Joaquín Araujo definía la palabra "atalantar". Desde ese día la hice mía, supongo que mi nueva condición de madre me hizo receptiva al término. Traté de buscar, posteriormente, la decripción de este naturalista pero no lo he conseguido. Es una palabra hermosa e imprescindible que debemos recuperar y poner en práctica cuanto podamos. En esa búsqueda di con una página para apadrinar palabras en extinción y es curioso y triste que "atalantar" sea una de ellas, porque si se está perdiendo, la magia que encierra, también desaparece con ella y eso dice muy poco a favor de la época que estamos viviendo.
    Es una palabra antigua, usada por gente de entornos rurales. Significa algo así como cuidar con amor, en todos los sentidos, de los tuyos, de tu hogar, de tu entorno. También aliviar, curar, calentar, acurrucar...
    Significados que encontré en la página dados por personas de distintas comunidades:
    JOSE LUIS DE CASTRO PAZ (ESPAÑA)
    Sus razones son: Aunque en el diccionario aparece como agradar, convenir solamente, me trae recuerdos de mi infancia, en Avila, dónde significa cuidar cariñosamente, proteger, etc. Es una palabra con un significado completo, peocuparse de alguien en todos los sentidos.


    Aniana Quirós (España)
    Sus razones son: Hace 30 años que, orgullosa, hablo de mi pueblo. Sin embargo es cuando salgo fuera, y hago un comentario (para mí habitual) cuando, al observar la cara de la gente que me rodea, descubro que existen determinadas palabras en vías de extinción. Para mi, atalantar es una palabra \"comodín\". Que sirve tanto para hablar de tranquilizar o calmar a un bebé (\"le cuesta atalantarse\"), como de recoger o adecentar la casa (tengo que atalantar el salón). ¡¡Me encantan esas cosas que nos hacen únicos!!


    Isaac García (España)
    Sus razones son: Me parece que es estupenda y resume varias acciones en lo que hoy denominamos servicios. Cuando antes preguntabas por un sitio de hospedaje o comidas te decian \" ahí te atalantan bien \", o cuando tenias que cuidar del campo o animales decias \"lo tengo bien atalantao\".


    Guillermo Díez Celaya (España)
    Sus razones son: Es una hermoso verbo lleno de aes que me sugiere la rotundidad, el esfuerzo, y la eficacia de las labores cotidianas de la casa. ATALANTAR lo usa aún la madre de mi mujer, madrileña y castellana, para indicar el trabajo de acondicionar la casa o la cocina, de dejarla lista para su uso, preparada y arreglada. Presentable. También en lo relativo al aseo personal decía de algún nieto: ¡ya está atalantado!


    Gloria Hernandez (España)
    Sus razones son: Verbo que hace muchos años que no escucho, y que era muy utlizado por mi abuela materna. Significa "atender", "cuidar", "mimar".



    Que atalantes y te atalanten,
    Marta

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  4. Hola, llevo un tiempito leyéndote, pero este tema, me ha llamado muchísimo la atención. Justamente porque pienso lo mismo, sin heberlo podido expresar tan claramente. En mi blog, http://criandonos.wordpress.com, ya he comentado varias veces sobre el poder femenino, pero esto lo deja muy claro. No es un poder "feminista", sino el poder "de lo femenino" que hay en tod@s. Ya lo vimos con el caso de Habiba. Muchas, muchísimas personas nos unimos para dar apoyo a esta mujer, a la que ni siquiera conocemos, pero se nos despertó el instinto de "cuidar y proteger", no sólo a las que somos madres. Sino a toda clase de personas, en todo el mundo. Esa es la muestra patente de que debemos cambiar el paradigma, y construir una nueva sociedad, desde lo inclusivo.

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  5. @libélula: Gracias por descubrirme esa palabra!!! Investigaré y le dedicaré una entrada. Hasta cierto punto lógico que se extinga, como también ha estado a punto de extinguirse la acción que define. Pero lo vamos a recuperar!!! ;-)

    @Katrina: Es exactamente así como dices. Yo en otras ocasiones también lo he explicado en este blog: se trata de "feminizar" la sociedad entendiendo por "femenino" lo YIN: cuidado, protección, amor, ternura, mimo, receptividad, empatía, intuición, emoción... esté donde esté, en el hombre y en las mujeres.

    Gracias a todas, entre todas se va tejiendo una nueva red para atalantar esta sociedad falta de amor primario!!!

    Un abrazo!!!

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