31 de marzo de 2011

Prejuicios y mitos sobre el destete

Por Laura Gutman

Artículo publicado en la Revista "El mundo de tu bebé", número 189,  febrero 2009.

Vía| Piel a Piel

Es posible que el inicio de la lactancia no haya sido del todo fluído y, sin embargo, con una buena dosis de paciencia lo hemos logrado. La leche finalmente fluye, el niño crece, estamos cada día más enamorados, nos vamos acostumbrando a las reacciones de nuestros pechos, nos amigamos con ellos, los reconocemos en esta nueva función nutricia…

La vida nos sonríe.

Pero resulta que apenas han pasado unos meses desde el nacimiento del niño, justo cuando hemos logrado que los días y las noches se acomoden, nos vemos lanzadas al tobogán del “necesario destete” porque nuestro bebé ya es “mayor”. Aparecen muchas opiniones alrededor: que tiene dos dientes, que no va a seguir mamando hasta los 18 años, que tiene hambre, que no le estamos premitiendo crecer,que necesita conocer otros sabores. La cuestión es que la escena de un niño y una madre que están juntos plácidamente extasiados en medio de la lactancia es algo que molesta. Mucho.

Pero ¿acaso hay un momento adecuado para destetar al niño? A decir verdad, no lo hay. Podríamos decir que destetar a un niño es algo que, en el mejor de los casos, podría ir decidiendo el niño, en concordancia con su madre-incluyendo el hecho nutricio-es particular en cada caso.

RECURSOS PODEROSOS
Es oportuno aclarar que el ser humano está diseñado para mamar durante un tiempo mucho más prolongado de lo que en el mundo occidental estamos acostumbrados a pensar. La succión y el llanto son las dos herramientas de supervivencia de la criatura humana. La succión le permite nutrirse, el llanto le permite avisar que está en peligro. Ambos recursos son muy poderosos y deberíamos rendirnos ante ellos. Cualquier madre que observa a su hijo reconocerá que el niño, haya sido bendecido o no con la lactancia, continúa succionando hasta los cinco años, a veces hasta los seis o los siete. Durante este tiempo succiona lo que puede: el dedo, un trapo, un juguete o su propia lengua.

Dicho esto, no hay un momento determinado en el que “hay que” destetar a un niño. Algunos se destetan solos, otros tienen madres que deciden, con sus razones muy respetables, que ya no tienen disponibilidad para seguir dando el pecho. Muy bien. No hay problemas. La lactancia es un acuerdo entre dos personas: madre e hijo. Podemos admitir que uno de ellos no esté en condiciones de continuar la lactancia.

UNA DECISIÓN ÍNTIMA
A veces es el niño quién decide no continuar, otras veces es la madre , y otras coinciden en el momento justo para ambos. Por lo tanto, no hay motivos para que el destete sea una indicación generada desde afuera de este vínculo. ¿Pero por qué sucede tan a menudo que quedamos sometidas a decisiones médicas o psicológicas que van en contra de nuestros sentimientos? Somos muchas las mujeres alejadas de nuestra esencia, por lo tanto es fácil imponernos conductas a favor del destete precoz, a veces de manera socavada. La más común aparece en la visita pediátrica de los cuatro o cinco meses cuando el médico nos entrega una “receta” que incluye todos los alimentos que el bebé debe empezar a ingerir.

NOS DEJAMOS LLEVAR
La primera sensación que tenemos las madres es de angustia; pero acostumbradas a dejar de lado nuestras intuiciones naturales, aceptamos. Sin preguntar. Sin explicar. Sin reflexionar. Sin conversar. Obedientes y sumisas intentamos desesperadamente introducir alguna cucharadita de algo, sintiéndonos satisfechas cuando lo logramos. De este modo agregamos preocupaciones no imaginadas días atrás, cuando estábamos acomodándonos al ritmo placentero de la lactancia. Ahora hay que agregar una hora específica para preparar el puré, y luego lavar las ollas y limpiar la suciedad que generó la intención de hacerle tragar algo de alimento sólido al niño.

El bebé nunca lo pidió, nosotras tampoco, y además el puré de zanahorias resultó ser bastante menos nutritivo que nuestra leche. Poco a poco vamos aumentando las raciones diarias hasta que, en el mejor de los casos, el bebé acepta el alimento y va perdiendo interés o fuerza para succionar. En algunas ocasiones, un mes más tarde, perdemos completamente la producción de leche y el niño queda destetado tempranamente sin necesidad, cuando teníamos disponibilidad para darle de mamar y tiempo suficiente para ocuparnos de él.

VOLVER A CONECTARNOS
Lo que me resulta asombroso es la facilidad con que las madres "creemos" en ese profesional sin que medie diálogo al respecto. Completamente disociadas de nuestra intuición y de la relación íntima que hemos establecido con el niño, nos volvemos temerosas, inseguras, desconfiadas e infantiles. En lugar de preguntar a otros supuestos sabedores del tema cuál es el momento ideal para el destete, cada madre conectada con su esencia femenina podría cuestionarse: ¿Cómo me siento dando de mamar?, ¿cómo está mi bebé amamantado?, ¿disfrutamos?, ¿tenemos algún impedimento para continuar?, ¿crece bien y feliz?, ¿alguien resulta perjudicado?, si la gente se molesta, ¿no será a causa de problemas que ellos necesitan resolver?

Si las mujeres estuviéramos atentas a la evolución natural del niño, veríamos que algunos bebés empiezan a demostrar algún interés por los alimentos después de los seis meses, cuando logran sentarse. Otros bebés no muestran interés hasta los nueve, y otros incluso hasta el año. No les atrae. Están todavía muy absorbidos por la relación idílica con la teta. Es decir, hay que observarles-por ejemplo, cuando se le hace la boca agua al ver comer a los padres o hermanos, o cuando luchan por obtener un pedazo de pan.

A veces sucede que están muy interesados en un trozo de pan pero no en el puré, es decir, quieren experimentar sensaciones con la boca pero no necesariamente alimentarse. Es importante comprender la diferencia. Sólo entonces determinaremos si ese niño en particular está maduro para introducir en su dieta la alimentación sólida.

El destete debería ser espontáneo, y cada díada mamá-bebé tendría que manejarlo en tiempos muy personales. Por otra parte, hay bebés que ingieren comida y además siguen durante muchos meses, o incluso años, tomando pecho. Cada díada madre-hijo debería tener su propia y original historia. Nosotras, si nos lo permitimos, sabemos qué necesitamos y qué experiencia nos hace más armónicos y felices.

ESCUCHAR AL CORAZÓN
Nadie desde afuera de la relación tiene derecho a dar indicaciones generales sobre cómo y cuándo destetar a un bebé, si no se le ha pedido ayuda concreta en ese sentido. Muchas madres nos angustiamos al preguntarnos cómo actuar cuando "debemos" negarle el pecho a nuestro bebé mientras éste llora desconsoladamente reclamándolo. Sin embargo, si nos ponemos la mano sobre el corazón, con frecuencia resulta que no tenemos inconvenientes en seguir amamantando a nuestro bebé. Es evidente que estas normas generales son de lo más absurdo, tanto para nosotras como para nuestros hijos pequeños.

Por lo tanto, deberíamos reflexionar sobre qué estamos permitiendo que suceda dentro del hecho materno. ¿Por qué cualquiera puede opinar sobre algo tan íntimo como es el inicio o el fin de la lactancia y por qué las mujeres nos exponemos haciendo caso a cualquier lobo que se disfrace de abuelita para comernos? ¿En qué nos beneficia creer al lobo? ¿Por qué insistimos en aferrarnos a la niña que vive en nuestro interior y no permitimos el crecimiento de nuestra conciencia? ¿Cuál es el peligro de reconocer nuestras íntimas certezas y darles credibilidad? ¿Cuándo vamos a decidirnos, por fin, a otorgar prioridad al niño?

SIN INTERFERENCIAS
El manejo autónomo de la lactancia en cuanto a su modalidad y duración, y en cuanto al placer y al contacto que provocan en sintonía con el mundo interno femenino, es un asunto íntimo. Es decir, no incumbe a nadie más que a la madre y al niño. Todas las opiniones deberían quedar en calidad de lo que son: opiniones.

El destete es una experiencia relativa a la lactancia, al vínculo amoroso, a la historia y a la experiencia de cada díada, y por lo tanto sería ideal que sucediera del modo más natural posible. No importa cuándo ni cómo… porque de todas maneras…en algún momento, va a suceder.

15 comentarios:

  1. No entiendo la manía de la gente de creerse con derecho a opinar (y ya no digamos aconsejar) sobre la lactancia de una madre y su hij@. No entiendo cual es el problema de continuar con la lactancia hasta que ambos quieran, a la gente que le molesta debería preguntarse en su interior el por qué.
    No hace mucho yo también escribí un post sobre el destete: http://minervaysumundo.blogspot.com/search/label/Destete

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado. Además me siento reflejada en esa "rendición" ante el llanto del niño, en ese quedarse sin argumentos para negárselo. Yo ahora ya tengo ganas reales de destetar, pero cuando me lo pide a primera hora de la mañana, al final siempre acabo pensando "bueno, ¿y qué tiene esto de malo? ¿en qué voy a perjudicar al resto de la Humanidad?", y me doy cuenta de que no hay motivo para negárselo, y se lo doy, y las 2 acabamos contentas.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Estamos tan acostumbradas a que nieguen nuestros instintos maternos bajo el nombre de conocimiento cientifico, que incluso en algo tan basico y común en todos los mamiferos como es la lactancia, no somos capaces ni siquiera de plantear alternativas, dudas, discrepancias...
    Mi niña acaba de empezar precisamente con las papillas, como ha comenzado con la de cereales, le pregunté a su pediatra si podia hacersela con mi leche, en lugar de con leche de formula y aunque su respuesta fue afirmativa pude ver en su cara la sorpresa, es evidente que soy la primera que se lo pregunta.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Un artículo muy bonito. Yo nunca he estado a favor del destete forzado pero he de decir que no me he encontrado en la situación. Mi hijo mayor se destetó porque me quedé embarazada. Ahora mi pequeña sigue lactando con 17 meses que tiene y por ahora espero dejar que sea ella la que decida.

    ResponderEliminar
  5. Parece mentira que asuntos tan básicos e íntinos como la duración de una lactancia, tengan que ser tan "debatidos" y cuestionados casi a diario en cualquier lugar...la pena es que estos artículos tan buenos y resumidos no se los lean los que lo "necesitan", los que ...se deberían resolver sus "problemas" , porque las que hemos decidido no "destetar" por ahora,es que con este tema problema no tenemos ninguno.

    ResponderEliminar
  6. Pienso como Alejandra.Y es que de lactancia sabe hasta las que no tienen hijos... y los peores consejos los dan las mujeres que no han tenido hijos, que no han sabido disfrutar de la lactancia o las que por desgracia han tenido dificultades por lo de dar cada 3 horas. Y así te dicen que si te quedas sin calcio en los huesos, que si los mimamos demasiado, que si se quedará traumado irrevesiblemente, etc.
    Por cierto, que bonito y dulce está el blog.

    ResponderEliminar
  7. Yo tengo un bebé de 3 meses, y muchas amigas con niños mayores, como de un año y 8 meses, me dicen que han hecho de todo para destetarlos... pero yo me pregunto... para que?? en que les afecta, si de todas maneras sus hijos comen la cantidad de comida adecuada y nutrientes. Creo que mientras mas grande suceda ese momento, mas vinculo afectivo existira entre madre-hij@... o me equivoco?
    Saludos! :)

    ResponderEliminar
  8. yo tengo un bebe de 2 años realmente ha sido muy lindo amamantarlo ahora estamos en el destete de a poquito nos a acostado un monto estamos intentando de mutuo acuerdo q deje de tomar leche , es tan regalón q como muy poquito para estar ahí pegado a la teta pero ha llegado el tiempo y me hace feliz pensar q hemos estado todo este tiempo conectados.

    ResponderEliminar
  9. Todo esto es muy bonito, pero viciemos en el mundo real en el que las madres trabajamos y tenemos horarios infernales, y en el que por el tipo de trabajo que hago, corro el riesgo de dañar a mi bebé si le sigo dando el pecho. Así que ese tipo de presión que se ejerce para dejar de dar de mamar, también se sufre cuando debes dejarlo. Y no voy a sentirme culpable por dar solo cinco meses de lactancia. Señoras, los estudios más estrictos concluyen que la lactancia materna es muy recomendable hasta los cuatro meses, conveniente hasta los seis, y después de eso no hay ninguna diferencia nutricional con la leche de fórmula. Y en cuanto a esa imagen bucólica de madre nutricia, y al vínculo especial, en un mundo perfecto sería posible. Pero aquí y ahora hay que trabajar para poder darles de comer.

    ResponderEliminar
  10. @Vanessa:

    Nadie quiere que te sientas culpable. Espero que hayas disfrutado de tu lactancia y que cuando tengas que dejarla, sepas que estás haciendo lo único que podías hacer, lo mejor en tus circunstancias y que no te sientas mal por ello.

    Pero no cites supuestos "estudios estrictos" que no existen.

    ¡Y no dejes de soñar con mejores mundos posibles, tu hijo o hija lo merece!

    Un abrazo y muchos ánimos!

    ResponderEliminar
  11. Que egoismo!!!
    Para mi es mas importante el desarrollo de mi hija, que no tema al mundo antes que complacerme en su absoluta dependencia (psíquica y física) de mi. Mas feliz me hace verla crecer y capaz de caerse y pararse, comer y ver sus reacciones de lo que le agrada y lo que no (para conocerla e introducirla en el mundo que vivirá) antes que flojamente irme a las seguras, con lo que me es mas cómodo para no tener que cocinar cosas distintas y novedosas y nutritivas cada día.
    Si de a poco le introduje horarios, porque su vida comprenderá miles de reglas y no quiero que le sea difícil entender el concepto de "disciplina"
    si bien cada uno es libre de optar por las tendencias que estime pertinente, prefiero seguir el camino que respete la libertad de mi bebe y le enseñe a adaptarse a la sociedad a la que YO la traje.
    El destete no fue un drama, porque PARA MI no fue un drama y así se lo demostré, porque mi labor es guiarla, con amor y firmeza a la vez.

    ResponderEliminar
  12. Hola, Mae:

    Me alegra mucho que tu hija y tú hayais vivido las dos el destete respetuosa y felizmente. Es precisamente lo deseable para todos los niños y mamás.

    Si ves en este texto una defensa de una "absoluta dependencia física y psíquica de la madre", creo que vemos cosas muy distintas :)
    Lo que sí veo yo es el respeto al ritmo de cada niño, de cada díada madre-bebé.

    Amamantar no está reñido con cocinar cada día comidas nutritivas para el niño (¿o crees que los niños amamantados durante años no comen otros alimentos? 0_0)

    A ver si el egoísmo no va a estar en poner tanto "yo" y "para mí" con mayúsculas ;-)

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  13. Que lindo post! con mi bebé sólo llevamos 3 meses y medio de lactancia materna pero eso ya es un logro para mi. Yo no tomé leche materna y me propuse que mi hija si lo haría, costara lo que costara. Me encantaría darle más allá del año, ya veremos...

    ResponderEliminar
  14. Si me encanta el reportaje nos han convertido en medios de produción y de servicio al macho y algo tan nuestro y tan intimo como la relación con los hijos lo han medicalizado y mercantilizado, que tengamos que reclamar la naturalidad de esta relación madre-hijo/a, cuando nos han convencido que rellenar nuestro cuerpo de silicona es una opción de libertad.... desde luego el mundo no puede funcionar bien así.
    Con todo mi cariño y respeto a las mujeres que luchan por ser quienes son y quienes sienten que son, contra los que nos dicen como debemos ser y sentirnos.

    ResponderEliminar
  15. Me ha entusiasmado el artículo,....mi pequeña tiene 16 meses y está totalmente enganchada a la teta,...jajaja Me encanta darle de mamar y es un momento tan tan madre-hija e incluso padre-madre-hija porque cuando está mamando muchas veces mi marido se recuesta sobre mi otro brazo para verla más de cerca y estar con nosotras, y la acaricia y la besa en la cara, en sus bracitos, piececitos,...esos momentos son de felicidad y plenitud total y absoluta,..cierto es que a veces necesitaría mi espacio y estoy muy cansada pero no lo cambio por nada del mundo y no tengo ninguna intención de que cambie la situación hasta que ella lo decida,...mientras trabajo obviamente no está a la teta,..pero en cuanto salgo de trabajar ya está subiéndome el jersey para surtirse a su antojo de su manjar preferido,...y el fin de semana,...ayyyy el fin de semana,...se puede tirar, sin exagerar,....horas y horas seguidas enganchada a la teta, totalmente agustito,...me transmite tanta paz y tantos sentimientos maravillosos,...es indescriptible,...me siento muy conectada a ella siempre,..pero en esos momentos,...ufff no tengo palabras para describirlo,...y estoy cansada de oir: "ya es el momento del destete", "vaya vicio tiene", "la tienes que ir acostumbrando", "es muy esclavo,...", "no le des más teta que así no puedes salir algún día de cena o no te puedes ir a ningún sitio porque la estás haciendo dependiente de tí",...y mil cosas más,...a lo que mi marido y yo,..ignoramos o simplemente digo "cuando deje de hacerlo lo echaré de menos,...mientras lo disfruto como si fuese el último día,..." Igual que con el tema del colecho tenemos que oir de todo,...pero es nuestra vida y a nosotros nos parece lo mejor para nuestra familia,..no tengo que dar explicaciones,..

    ResponderEliminar