27 de abril de 2011

Amae y Umami

Por Ileana Medina Hernández




Cuando estudiaba semiótica, siempre me fascinó la capacidad que tiene el lenguaje para crear la realidad. Lo que no nombramos, no existe para nosotros. Cada cultura tiene sus propias categorías y palabras, palabras que definen su forma de comprender y clasificar la realidad, y que no siempre tienen traducción exacta a otras lenguas.

Supongo que el japonés tenga muchísimas palabras con difícil traducción al castellano. Una de ellas es 'amae' y su derivado 'amaeru' (que casualmente se parecen mucho al castellano amor):

"Cuenta Benedict [en el libro El Crisantemo y la Espada], que contrariamente a lo que suponía, se encontró [en Japón] con un modelo de crianza mucho más amoroso que el occidental. Esto es consistente con el 'amae' que cuenta Michael Balint -citando al psiquiatra japonés Takeo Doi-: 'amae' (y su derivado 'amaeru') es un concepto japonés que no tiene equivalente en nuestra lengua y significa 'amor primario'. Dice Doi que a los japoneses les cuesta trabajo creer que en las lenguas europeas no exista una palabra equivalente a 'amae' (y yo añado, que menos de lo que nos cuesta a nosotr@s creer y entender lo que significa dicha palabra). 'Amae' entonces, según Balint, es el tipo de amor que corresponde a la etapa primal de la vida humana, que tiene la carga libidinal más alta. Es el amor además del aprendizaje y puesta en marcha de las bases erótico-relacionales de la vida humana, como explicaba Juan Merelo-Barberá. Eliminar desde el principio el 'amae' es la vía seguida en occidente para establecer la dominación (por eso no existe palabra equivalente), que evita tener después que tomar medidas drásticas, como en el modelo musulmán." [Rodrigañez, Casilda: Amamantar por placer. Reseña del libro EL CRISANTEMO Y LA ESPADA de Ruth Benedict (1946) (Alianza editorial, Colección Antropología), comentada a la luz del MATERNAL EMOTIONS de Niles Newton (1955).]

Hay otra palabra japonesa: UMAMI, que mi amiga Elena, amante de la cultura japonesa, me ha regalado hoy. Resulta que los japoneses no reconocen cuatro sabores, sino cinco. Amargo, ácido, dulce, salado y umami.

Hoy se sabe que el responsable de ese misterioso sabor es el ácido glutámico, presente naturalmente en muchos alimentos como los quesos curados (en especial en el parmesano), jamón serrano, anchoas en salazón, salsa de soja, salsas de pescado, algas, en espárragos, tomates y en muchas frutas maduras.

"El umami imparte una sensación duradera y sabrosa que cubre la superficie de la lengua. Esta sensación es debida a la presencia de detectores de los aniones de carboxilato procedentes del ácido glutámico en células especializadas en la lengua de humanos y animales", explica la Wikipedia con los enlaces a las fuentes muy bien citados.

Parece que nuestra lengua, justo en su parte central, tiene receptores que captan específicamente el ácido glutámico:



En 1.908,  Kikunae Ikeda, profesor de la Universidad Imperial de Tokio, consiguió sintetizar el ácido glutámico a partir del alga kombu. Cien años después, en el 2.001, el biólogo Charles S. Zuker de la Universidad de California encontró receptores gustativos específicos del umami en la lengua tanto de humanos como de otros animales.

El glutamato monosódico, muy utilizado como "potenciador del sabor" y aditivo artificial, tiene muy mala reputación, incluso fue relacionado en su día con el "síndrome del restaurante chino" (como explica muy bien Iñigo Aguirre en este post, ) pero en realidad, su consumo es seguro y no tiene ningún efecto secundario, como confirma el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación.

Umami en japonés viene a significar algo así como 'delicioso'. Pero lo más interesante de todo, es que los seres humanos se encuentran por primera vez con este sabor ¡en la leche materna!

Según este estudio del Departamento de Pediatría del Hospital de San Paolo en Milán, el ácido glutámico y la taurina son los aminoácidos libres (FAAs) más abundantes en el calostro, y crecen hasta formar más del 50% del total a los 3 meses de lactancia.

La glutamina es el aminoácido más abundante del organismo y está implicada en numerosos procesos del metabolismo. Aunque puede ser sintetizado por el propio organismo a partir de otros nutrientes (y por ello no se considera un aminoácido "esencial" que deba tomarse a través de la alimentación) parece que su suministro es fundamental en los "momentos críticos" de la vida.

¿Podría afirmarse que en realidad el umami es el sabor de la leche materna y por eso nos resulta tan "sabroso" en todos aquellos alimentos que lo incorporen? -es la gran pregunta.

El amae, el amor primario, y el delicioso umami, se unen en la leche materna, ese líquido mágico esencial para la vida...

15 comentarios:

  1. Y que me paso por tu blog y aprendo algo nuevo. Se lo he contado a mi madre, descendiente directa de japoneses, a ella le fascina esa cultura aunque no tuvo oportunidad de convivir con sus abuelos y aprender esa lengua tan rica y tan sabia. Gracias Ile por estos breves momentos de sabiduría

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  2. ¡Vaya! es una especie de momento "eureka" el que proporcionan estos dos términos japoneses. Interesantísimo.

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  3. Qué interesante! La leche materna parece que nunca dejará de sorprendernos

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  4. Genial! Gracias por este artículo tan interesante!
    besos
    www.portandootroangelito.com

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  5. Gracias por la ilustración y esa foto tan hermosa! Por alguna razón los japoneses tienen tanto éxtito en el mundo!

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  6. Un magnífico artículo, muy revelador. Gracias también por colocar en el mismo un link a mi blog. Y el lenguaje sí que crea nuevas realidades: "dicho el nombre, dicha la cosa", a lo Isidoro de Sevilla hace muchos siglos. Conjurando la belleza, nombrándola, te mando un beso.

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  7. Tal vez los adultos también necesitemos amae ...
    Tengo depresión y realmente te siguen tratando con el método Estivill.

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  8. Amame y Umami me recuerda mucho a mameee!!! (leridano) y mami!!!! en castellano, muy fácil de recordar estos términos tan amorosos y preciosos. A partir de ahora le diré Umami a mis tetas. Aunque Arnau ya sabe sus nombres de sobras (ande y quitín), tengo una más grande que la otra, ji, ji.

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  9. Me regalaron dos tortugas, estas tortugas tienen padres y abuelos con nombres japoneses...Así que decidí que lo adecuado era seguir con la "saga", así de paso, mientras buscaba nombres japoneses, aprendía algo, de esa cultura lejana...

    Finalmente mis tortugas se llaman (desde hace un año) "amae" y "amaeru". ¿Y por qué crees que se llaman así? Pues porque descubrí lo que hoy cuentas en la entrada en el blog con tanta soltura...Que en occidente nos falta vocabulario, que yo denominaría "básico". Y cada vez que alguien me dice: ¿y qué significa el nombre de las tortugas? Tengo la oportunidad maravillosa de introducir a alguien más en la maravillosa senda del "AMOR PRIMARIO"...

    Me he impresionado cuando he leído la entrada, no me podía creer que alguien (tú) se hubiera informado de estos dos vocablos japoneses, al igual que yo hice hace un año.

    Hay días que uno no sale de su asombro...

    Como decía un comentario en otra entrada. Ileana no estamos sincronizadas...Pero ¡casi!...

    Un abrazo,
    Adri

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  10. ¿Es amae lo que cuentas o es esto?

    Dos maneras de verlo:http://www.kirainet.com/amae/
    Besos

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  11. @Adri, muy interesante lo que cuentas de tus tortugas, jejeje...

    Azucena, Patricia, Sandra, Cayetana, Paola, Elena, Aurea: gracias por vuestros cariñosos comentarios!!!

    Besos a todas!!!

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  12. @ Anónimo, qué pena que comentes desde el anonimato, pero así es la red ;-)

    Interesante la visión tan distante del asunto que se da en esa otra página.

    No conozco el japonés ni la cultura japonesa. Solo tengo el dato que da Casilda, a partir del libro de Balint, y del psiquiatra japonés.

    Sin embargo, el tono de ese escrito me suena muy similar a la confusión que hay en Occidente entre la crianza amorosa y el niño "malcriado".

    Me suena a una confusión muy extendida, incluso predominante entre muchos psicoanalistas, entre el amor primario y la "dependencia" (no hay más que recordar aquella columna de Elvira Lindo). O la directora de la guardería de mi hija que me preguntó si con 6 meses era una niña "independiente".

    Me huele a que mezclan churras con merinas.

    En general, esa desvirtuación del amor primario, asimilándola al "niño malcriado", a la dependencia y a la sobreprotección, no es inocente y tiene el objetivo precisamente de desvirtuarla, desprestigiarla y eliminarla de nuestras vidas. Pues la "falta básica" es necesaria para la dominación y para criar seres consumistas.

    Me quedo con la frase: "El amae ayuda a crear interconexiones armoniosas tanto dentro de la família como en la empresa o en grupos de amigos.", lo que parece algo bastante distinto del tono despreciativo que cunde en el resto del artículo.

    De todos modos, Japón está muy lejos de ser una sociedad equilibrada, anticonsumista o amorosa. Y cierto que es una cultura de mucha sumisión, como se puede apreciar en muchas películas o novelas.

    La misma Casilda dice que ignora si ese vínculo primario se sigue respetando en Japón en la actualidad.

    Es muy probable que en el Japón actual, también esa desvirtuación se haya producido, y es lo que refleja este chico en su blog.

    Y por algún lado leí, que aunque amamantan y colechan, a partir de los 5 años puteaban a los niños de todos las formas posibles.

    Japón no es un ejemplo de cultura anti-patriarcal ni de cultura amorosa´(pocos hay en el mundo hoy).

    Pero estos dos conceptos sí son rescatables, que la vida es compleja y bella ;-)

    Saludos!!!

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  13. Gracias por tu analisis.

    Kxll.Amae es un bonito dilema.

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  14. Ah, Kxll, buenos días!
    De nada.
    Para mí no es un dilema ;-) Para mí está claro: si no queremos que los adultos sigamos pidiendo amae toda la vida, si queremos seres de verdad independientes, fuertes y libres, tienen que vivir el amae de pequeños. ;-)
    Un saludo!!!

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  15. Qué pasada Ile, aprender tanto, siempre. Sí, se suicidan a porrillo por allí, sí.

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