4 de noviembre de 2011

La madre que somos y la madre que queremos ser

Por Ileana Medina Hernández




Acabo de recibir la carta desesperada de una amiga, de una mujer inmensa, luchadora y maravillosa, madre de dos niños hermosísimos de pocos años.

Y esta es su carta, la carta que cualquiera de nosotras podríamos haber escrito en algún momento de nuestra maternidad.

Conmovida, removida y sacudida, intento, desde la distancia, ofrecer a mi amiga lo único que puedo: mis palabras.

Y le he pedido poder compartirlas también con todas mis lectoras y lectores, con todas mis amigas de la red, con todas las madres que tantas veces flaqueamos. Gracias, muchas gracias por acceder a que sea publicada.

"Nancy and Olivia" de Alice Neel (1967)


CARTA DE UNA MADRE CUALQUIERA

«Hola Ileana. No se por dónde empezar. Igual pidiendo disculpas por confiar en ti. Curioso que quiera saber tu opinión y criterio en algo tan delicado como lo que voy a contarte, pero la quiero saber. No me sirven juicios ni opiniones de las mujeres que me rodean porque la conozco de antemano y no tienen nada que ver conmigo en mi forma de entender y vivir la maternidad.

Estoy viviendo algo así como una crisis de maternidad, si es que eso existe. Me siento angustiada y culpable por ello. No tolero a mis hijos, no les disfruto. Pierdo la paciencia enseguida, me cuesta empatizar, conectarme con su mundo, me molestan sus gritos, sus peleas constantes, sus llantos, sus exigencias, sus demandas. Cuento las horas para que se duerman, no juego con ellos, no les escucho, no les abrazo.

Siento a ratos que me ahogo y sólo quiero llorar. Me falta la energía y añoro un poco de silencio, de serenidad. El día empieza temprano y ahí mismo los conflictos, las peleas, los accidentes, los "no quiero", "no, no y no", los "porque yo lo quiero", sus pequeñas tiranías. Lavarse las manos para comer es una cruzada digna de un ejército, lavarse los dientes, meterse en el agua, lavarse el pelo, recoger la ropa del suelo, no tropezar con los miles de juguetes esparcidos a cientos por todo el suelo, y así, inventando cada segundo qué hacer para canalizar toda esa energía pasan horas y horas, sin un minuto para mí, sin un minuto para leer una hoja de un libro, escribir a una amiga, llamar por teléfono, cruzar tres frases seguidas con mi marido, hasta las once de la noche donde todo se vuelve aún más difícil por el efecto del cansancio. Y luego está el resentimiento de mi pareja, que me exige la perfección, la paciencia, la dulzura, la compresión, la contención, la improvisación, la fuerza que siento que no tengo, que tal vez no poseo.
 
Y me traslado a un lugar oscuro donde lo peor de mí misma aflora y veo a una madre incompetente, que no sabe dar lo que los otros necesitan, profundamente imperfecta, llena de agujeros por donde se escapa la que quiero ser, la que aspiro a ser, pero obviamente no soy. Miro hacia afuera y veo el país de las maravillas: madres seguras, amorosas, llenas de recursos, pura poesía. Te veo a ti, por ejemplo, enamorada de tu hija, percibiéndola aún como el mayor regalo que te ha hecho la vida, disfrutándola. Y me pregunto qué me está pasando, qué coño se me está rompiendo por dentro y cómo hago para salir de esta sensación de asfixia. En fin Ileana, también entendería que ni contestaras, a veces determinados ejercicios de desnudez emocional resultan soeces para quienes los reciben. Un abrazo.»
 
 
Mi respuesta:


LA ACEPTACIÓN COMO ÚNICA VÍA DE SANACIÓN

Querida M:

Aunque las noticias no sean buenas, no sabes lo que me conmueve y me remueve tu confianza. Gracias.

Vamos a ver si puedo ayudarte en algo,  intentando ir por partes.

Lo primero: una madre necesita ser sostenida para poder sostener a sus hijos. Estás sola, estamos muy solas. El sostén que recibimos en nuestra infancia, a ojos vistas fue muy insuficiente para servirnos hoy. El que recibimos hoy sigue siendo insuficiente: no familia, no tribu, no amigas, solo un marido que a duras penas llega de noche a casa, con el pan de cada día y las facturas pagadas. "Patrocinador" llamo yo al mío a veces, medio en broma medio en serio. Llegará el día en que los dos podamos trabajar cada uno 4 horas, y el resto dedicarlo a la familia, pero todavía el sistema laboral es decimonónico. Lo que te pasa: la niña desamparada, rabiosa y necesitada que fuiste, sigue estando ahí, y aflora precisamente cuando más fuerzas necesitas. No las hay, simplemente, y hay que aceptarlo.
 
Lo segundo: qué fácil es para tu marido salir a trabajar 8 horas y volver a casa, y esperar que tú hayas tenido las toneladas de paciencia y de dulzura necesarias. Qué fácil es para él (como para mí, como para ti) saberse tan bien la teoría. Y no digo que no sea una persona maravillosa, que también lo es. No se trata eso. Se trata de energías emocionales para estar día tras día 24 horas  amorosamente con los niños: no las tenemos. Necesitamos apoyo, como dice Laura Gutman, una madre sola, la familia nuclear, no es buena para criar hijos. Necesitamos una tribu amorosa y sostenedora (tampoco depredadora como han sido muchas veces las familias hasta ahora).

Por eso, todo el mundo hace lo que mejor puede en sus circunstancias. También el que escolariza pronto, la que no da la teta, la que aplica el Estivill... porque si se auto-exigiera más, no puede, enloquecería o maltrataría todavía más.

Por eso, tenemos que dejar de pretender ser perfectos, y aceptar que nuestros hijos van a un colegio, que no es ideal, que tiene miles de fallos, que el sistema educativo es caduco y necesita un revulsivo urgente... pero que dentro de eso, intentaremos darles lo que el sistema no les puede dar. O que ven la tele más de lo que debieran, o que comen más chuches de lo recomendable...O que a veces gritamos, o nos desquiciamos, o somos injustas, y luego nos sentimos mal por ello.


Aceptar que no podemos llegar a donde teóricamente vislumbramos que podríamos o deberíamos llegar, que la perfección no existe, que en todas las familias hay basura bajo la alfombra, y que bastante hacemos con cobrar conciencia de tantas cosas... pero que de ahí a ir sanando las nuestras hay un largo camino por recorrer, que nos llevará toda la vida. Abrazar nuestra sombra como tú lo has hecho, es el acto verdaderamente sanador. 

Negar que los niños necesitan teta, tiempo, compañía, disponibilidad, juego, compañía para dormir... es el camino inconsciente que la gente utiliza para no reconocer que en realidad lo que sucede es que no estamos en condiciones de ofrecérselo, que no tenemos la disponibilidad emocional necesaria. Que ni nosotros individualmente, ni nuestras familias, ni nuestra sociedad está organizada y preparada para ofrecer todo ese confort que los niños necesitan.

Aceptar que sí, que todos los bebés y niños pequeños necesitan eso, es el primer paso para la sanación sincera de nuestra maternidad y nuestra crianza. Ése ya lo hemos dado, al menos a nivel personal. Falta darlo a nivel social.

Pretender que somos superwoman, heroínas, todo el tiempo enamoradas de nuestras crías y con una sonrisa en el rostro para jugar con ellos, para satisfacer sus demandas, para no levantar la voz, para llenar el agujero negro de amor que chupan todo el día... para estar todo el día disponibles para ellos, para el marido, para nuestros jefes, para la suegra y para las vecinas, es también falso e imposible.

Aceptar esto, es el segundo paso para la sanación de sincera de nuestra maternidad y nuestra crianza.

Sólo desde la aceptación simultánea de esas dos realidades, se produce la toma de conciencia y podemos avanzar. Tanto la negación de la verdad ("nuestros bebés no nos necesitan, están igual de bien con cualquiera") como el autoengaño ("qué madre tan perfecta soy, qué bien lo hago" "soy mejor madre porque doy la teta") son neuróticos y peligrosos. Es en la humildad, en la conciencia, que comienza la cura, la posibilidad de reubicarnos y de construir una maternidad legítima, con más felicidad, desde ahí quizás recobremos la energía necesaria.

Reconocer nuestra humanidad, aceptar nuestras limitaciones, y confiar en que aún así lo que ofrecemos a nuestros hijos es mucho, es todo lo que somos capaces, que estamos en el camino, que les estamos dejando una herencia psico-emocional mejor que la que nosotros recibimos, nos permite darnos un respiro, dedicarnos unos momentos para nosotras, pararnos para recuperar fuerzas, recuperar nuestra dignidad y nuestra autoestima maltrechas, y seguir andando hacia ese lugar mejor donde podemos llegar. Mañana mejor que hoy. 

Nuestros hijos deben saber también que somos humanas, que no somos perfectas, que se nos acaba la paciencia, que flaqueamos, que nos enfadamos sin querer, que pedimos perdón cuando los tratamos mal a nuestro pesar... para que ellos puedan permitirse también flaquear, enfadarse, o entristecerse, expresarlo, y pedir ayuda.

Intenta buscar tribu, en casi todas las ciudades están surgiendo grupos de apoyo a la crianza, grupos de madres amorosas que podemos apoyarnos unas a otras. Quizás puedas acercarte con los niños por las mañanas y cambiar aires, recibir energías.

Y aquí estoy, para lo que necesites y desde aquí pueda ayudarte.

Un abrazo inmenso, hondo!!! A ti, y contigo a me abrazo a mí misma, y a todas las madres del mundo. 

101 comentarios:

  1. Madre mía, la falta que nos hacemos unas otras. Gracias Ileana, y gracias a tu amiga por compartir su humanidad.

    ResponderEliminar
  2. Qué fuerte!
    Definitivamente si no sos feliz no podés hacer felices a tus hijos.
    Un preescolar de medio tiempo definitivamente te da un respiro.
    Mi hijo pasa más horas en el preescolar de las que me gustarían pero cuando estoy con él puedo estar feliz, relajada, hacer lo que él quiera y en consecuencia él está feliz, es menos difícil que se lave las manos, los dientes y tenemos menos conflictos.
    Y fuera la culpa! Nada de sentirse culpable por no poder hacer lo que otras sí hacen (o parece que hacen) porque todas somos diferentes y tenemos circunstancias diferentes!
    Me uno al abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Es la carta que todas las madres hemos escrito o escribiremos (tal vez muchas veces).
    Y tus palabras, Ileana, son bálsamo para el alma.
    Gracias

    Cristina

    ResponderEliminar
  4. Yo a veces le digo a mi marido: si yo trabajara 8 horas, descansaría. Porque ahora casi nunca descanso, y tengo que hacer malabarismos para encontrar ratos de oxigeno para mi, que ademas se suelen seguir de mala conciencia.
    Creo que hay mucha soledad entre las mujeres que como bien dice Ileana, no estamos hechas para estar aisladas en casas criando los niños porque somos humanas y tenemos unas fuerzas finitas, y encima desde la sociedad se nos demanda aun mas perfeccion: las piernas siempre depiladas, las tetas de adolescente, si te duele la cabeza te tomas una pastilla y a seguir y si so tienes ganas de sexo porque estas agotada, comprate una cremita lubricante y a seguir tambien...
    No se si le servirá a quien escribe la carta pero yo tambien a veces me siento con ganas de que alguien se lleve a mi hijo un rato, no tengo abuelos aqui que me ayuden, ni familia, ni nadie que se lo quede un rato aparte de mi marido el fin de semana que se lo pueda llevar un poco
    Creo que es importante (y es muy dificil) pasar de la imagen de mamá ideal maravillosa que unta a sus niños el paté de la merienda, despues de ejercer como estupenda profesional todo el dia y antes de salir a bailar divina por la noche, y para eso nada mejor que el contacto y el calor con otras mujeres, con otras madres, reales y mejores. Si se puede 'en directo' bien, si no a veces internet puede ser de ayuda

    ResponderEliminar
  5. Ay Ileana!! que justas tus palabras... muchas gracias..
    me encargaré de difundir tu carta... mi militancia por ahora pasa por entretejer la red maternal.
    y difundir todo el material valioso que encuentro.

    ResponderEliminar
  6. te aplaudo de pie... maravilloso, ahortia no puedo extenderme mas, tengo un foro sobre maternidad y he recibido correos y /o privados imilares, y es mas, yo misma he estado en esos momentos oscuros, y la red de mujeres es la que te ayuda a salir y encontrar una solución

    ResponderEliminar
  7. Gracias miles a ti M y a Ileana. A ti, M, por tener el valor de escribir lo que toda mama vive a un momento u otro y tener tu esta honestidad y a ti Ileana por el apoyo que dasformulando como siempre tan bien las cosas y haciendo posible que yo también me reconozca completamente en lo que dices (tengo un nene de 2 anos que crio con apego desde su nacimiento pero estando muy aislada aunque me va mucho mejor ultimamente que estoy aprendiendo a rodearme mas , tengo una "hijastra" de 12 anos que adoro y un marido musico que hace todo su posible para mantenernos a los 4 y a quien le queda poca energia para apoyarnos "psicologicamente" y a quien no puedo todavia dar la sensualidad y dulzura que necesita..Pero ultimanente estoy integrando que pase lo que pase y sean cuales sean mis reacciones emocionales y las de los demas el AMOR es el unico poder en mi casa y el unico poder que puede realmente afectar a mis hijos, y tu M y tu Ileana y todas las mamas que estan con nosotras estais constituidas de células de amor que lo iran sanando todo poco a poco y es asi como te imagino Ileana y como te imagino M como lo que sois AMOR y en cada momento del presente tenemos para nosotras la presencia ilimitada del AMOR DIVINO y el amor nos esta amando en este preciso momento, esa es la unica energia verdadera


    M si necesitas apoyo aunque solo sea virtual soy amiga facebook de Ileana: Ondine

    ResponderEliminar
  8. Que emocionante. Gracias por compartir-lo. Saber que nadie es perfecto te hace sentirte acompañada en los momentos en que no puedes más. También creo que los niños agradecen saber que sus padres no son perfectos.

    ResponderEliminar
  9. Pienso que decirle a otra madre que es humana y que TODAS las mujeres del mundo con hijos han tenido al menos una vez estos pensamientos y reacciones sea una cosa muy importante. Creo que otra ventaja de mandar los ninos a la escuela està en la posibiliadad de ponerse en contacto con otras madres, que mira que casualidad atraviesan por problemas similares.Cuando descubres que no eres la ùnica ya no te sientes tan sola y ademàs empieza un dar y recibir que no se encuentra libremente en esta sociedad que casi te dice: tuviste un hijo, arréglatelas! Besos y gracias por todo lo que estàs haciendo!

    ResponderEliminar
  10. quien no atraviesa por miles de sentimientos, a veces contradictorios, a lo largo del día, todas nos agotamos, necesitamos "respirar" un rato... y eso no nos hace mejores ni peores madres... Nuestros hijos son el mejor regalo del mundo, y ese sentimiento nos une a todas las madres...

    ResponderEliminar
  11. Amiga bien sabes, tu lo sabes! Lo que me has hecho sentir con cada letra. Hubiera querido recibir esta carta en muchos duros momentos vividos especialmente con mi hijo mayor, no en vano aun llega en buen tiempo, pues hacemos lo mejor desde nuestro ser despierto y consciente, y tambien sabemos lo que no podremos hacer dada nuestras limitaciones internas y externas. Valientes somos y grandes mujeres pues abrir nuestro corazón de tal manera y enfrentarnos al mundo es una inmensa hazaña de amor y transformación para si y para el otro. Te quiero montones!!! Li

    ResponderEliminar
  12. Somos mamás, mujeres valientes, luchadoras, imperfectas, también sufrimos, nos enfadamos,nos agotamos, muchas veces vamos hasta sin peinar (ni decir lo de depilar ¡¡benditos pantalones!!), no siempre tenemos ganas de jugar, rebozarnos en arena o saltar a la pata coja. Y no digamos el agotamiento cuando llega la noche!!
    Como tan bien dice Ilena, tenemos que admitir nuestras carencias, nuestras imperfecciones, esta es la verdadera muestra de que estamos en el camino del equilibrio y de la salud mental. Las super Mamás no existen, no son reales y si conoces alguna, son solo una pose, una fachada ante el exterior, una fachada que el día menos pensado explotará.
    Estamos solas con nuestras parejas (que muchos de ellos tienen un mérito impresionante), casi sin ayuda, o con ayuda perniciosa, nos falta la tribu, la urdimbre comprensiva y cariñosa, tenemos que querernos, valorarnos y saber que hacemos todo lo que podemos, nuestros hijos lo saben y si tu crianza es amorosa, vinculada y apegada ¡los frutos están dando resultado ya! Cuestionarnos nuestras acciones es sano, martirizarnos por todas nuestras carencias no.
    Un beso a esa Mamá tan sincera y un abrazo a todas las amigas de la tribu virtual ¡¡qué haríamos sin vosotras!
    Gracias Ileana por estar siempre ahí :)

    ResponderEliminar
  13. Para ser feliz solo es necesario ser EGOÍSTA , es decir hacer lo que nos salga de...corazón.Por ejemplo dar teta porque disfrutes , porque te guste que tu bebé la tome , no por el o ella si no porque tu te sientes bien dandosela.No se si me explico.

    Kuxille.Abrazos.

    ResponderEliminar
  14. Formidables los últimos post Ile...

    Efectivamente, por más que intelectualicemos y seamos conscientes, muchas veces hablo con otras mamás de que no se puede pasar de la generación del azote y el castigo y la disfuncionalidad al flower power deun plumazo. Es muuuucho curro el que nos queda por delante, mucho.

    Estos estados de desespero en mi caso tienen a veces mucho que ver con el día de mi ciclo menstrual.

    Ánimo a todas!Hacemos lo que podemos

    ResponderEliminar
  15. Gracias M. por tu escrito, lejos de resultarme soez tú desnudez emocional me ha resultado profundamente conmovedora, valiente y hermosa.
    Esta mañana podría haber escrito yo misma algo semejante; he amanecido llorando después de toda una noche sin pegar ojo, con el peque pegado a la teta constantemente y cuando ha sonado el despertador me he sentido aliviada por tener un trabajo al que acudir a descansar, por tener una excusa para huir de él, de mi, de esa madre que me gustaría ser y que no siempre puedo.
    Gracias Ileana por tu respuesta, tu coherencia, tu sinceridad y tu cercanía siempre me ayudan a quitar piezas de la armadura.
    Sólo quisiera añadir (aunque posiblemente sea obvio) que es imposible nombrar y percibir lo que no conocemos así que ese “el pais de las maravillas: madres seguras, amorosas, llenas de recursos, pura poesía” está TAMBIEN dentro de todas nosotras.
    Montones de abrazos humanamente imperfectos para todas!

    ResponderEliminar
  16. Precioso, conmovedor, real para muchas de las mujeres que somos madres en el avanzado, moderno y fantástico siglo XXI.

    ResponderEliminar
  17. Gracias, gracias, gracias. Es lo que necesitaba justo en este momento... Me llega al corazón y al alma, cierro los ojitos y me/nos cargo las pilas en este potente abrazo maternal!

    ResponderEliminar
  18. Al igual que Céline, te doy las gracias por publicar este artículo tan oportuno en estos momentos para mi. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  19. Lo que describes M, es la realidad que varias veces al día nos golpea a todas las mamás. No existen las madres perfectas. Solo existimos las madres que intentamos, tropezamos, luchamos, amamos, odiamos, sentimos, lloramos, día tras día, en una soledad inmensa, rodeada de nada más que nosotras mismas... Es necesario que iluminemos nuestras sombras desde el encuentro con otras madres que viven lo mismo. Es la única manera de cambiar aires, restaurar la paciencia y entendernos más y mucho mejor. Ileana, como siempre, tu palabras coherentes iluminan nuestros momentos oscuros de manera prodigiosa. Gracias a las dos por tanta apertura y sinceridad. Necesitamos abrirnos más, contarnos más, evidenciar ante la sociedad que esto es lo que nos pasa y que, a pesar de estos momentos o, más bien, gracias a ellos, cada día somos mejores madres y seres humanos.

    ResponderEliminar
  20. Para empezar muchas gracias a la mamá que comparte esta carta. Has puesto palabras a lo que muchas sentimos a veces y a lo que no queremos reconocer otras veces.
    La respuesta me parece sublime, acertada y amorosa. Totalmente de acuerdo con que la clave es tejer redes de madres y mujeres. Sólo hay que abrirse, yo tengo un radar de mamás afines, desde que soy madre siento mucha más empatía por las mujeres y madres. Enseguida me entrego y ofrezco mi apoyo, gracias a esto también estoy recibiendo mucho calor humano, experiencias y momentos compartidos.
    Sin duda lo que más me ayuda es el grupo maternal con Mónica de Felipe y las mujeres que alli he conocido. Por último y no menos importante he recibido un gran consuelo con las redes sociales, los blogs e internet. El invierno viene frío y necesitamos apoyarnos las unas a las otras. Abrazos y gracias a todas por la compañía!

    ResponderEliminar
  21. He tenido de esos momentos. Lo difícil que es sobrellevarlos sola! Ojalá hubiese alguien en ese momento que os bajara a tierra! Pero despues me doy cuenta, de que no hay nada mas importante. Que esto es una etapa nada mas. Que importan unos chiches tirados en el suelo. Que importa que la casa no este punta en blanco (claro dentro de los márgenes de la higiene) y a nuestros maridos, si para lo único que nos quieren es para lo que ellos llaman "la intimidad" y bueno se equivocaron. Tendrán que aceptarlo. Me enojo cuando me doy cuenta de que me niego a disfrutarla. Porque pareciera que soy ña cómoda una vaga porque "no trabajo" , no cobroun sueldo, no tengo n jefe. Yo si trabajo. Ejerzo la maternidad con mucha responsabilidad y dificultad porque nunca me hablaron del apego y todos intentan una y otra vez separar,e un poco mas de mi hija. Ahora me permito sentarme a jugar, a darle la teta, a hacernos cosquillas en la cama, a dormir una siesta abrazaditas, y luego con lo que mee queda de tiempo hago las tareas de la casa y hasta visito espacios como este. Todos los días son distintos. Pero disfrutarla es lo mas importante, luego crecerá y será distinto. Nunca como antes.

    ResponderEliminar
  22. Ufff" Hoy necesiaba leer este post.

    Gracias!

    ResponderEliminar
  23. La carta está llena de palabras que tocan el corazón de todas las madres del mundo, es humana, es real, es desgarradora y se parece a lo que todas en algún momento sentimos. Gracias M por desnudar tu alma, primero ante esa mujer maravillosa y sabia que es Ileana y luego permitirle a ella compartirla con todas las madres que entretejemos ideas y sentires en esta red maravillosa de maternidad. En medio de tanta oscuridad conseguiste una luz y escribiste desde muy adentro, ese fue tu primer paso para el reencuentro contigo misma, con tu esencia de mujer. Desde hoy no te sientas sola, somos muchas las mujeres luchando por criar desde el respeto y la empatía sin perdernos en el intento. Con sacrificios, con llantos, con desesperación, pero también con risas, con esperanza y confianzadas en la fuerza del Amor. Desde hoy consideranos tus amigas,tus aliadas, tus hermanas silentes de la Revolución Maternal. Abrazo desde el útero. Luna

    ResponderEliminar
  24. madre mia que valentia de escribir una carta asi,cuando este tema es super tabu y nose puede hablar con nadie con esa franqueza y eso que tengo el apoyo incondicional de mi marido y pongo todo el amor del mundo en criar a mi niña,aun asi hay dias en tengo ganas de huir ...por compartir esta vivencias ,hace que uno este menos sola

    ResponderEliminar
  25. Maravilloso post. Decirse de esa manera, es darse cuenta, a partir de allí todos los universos son posibles! El de reencontrarse con la tribu me parece una maravilla total!!
    Mi proyecto se llama Nidos en Red por esto, porque los nidos no tienen que quedar solos, sino conectados para enriquecerse y hacer brillar el árbol donde están.
    mucha luz para todas!!
    un abrazo
    Natalia
    http://nidos-enred.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  26. Muy buena entrada. Es una bocanada de aire puro, ya que debo reconocer que ultimamente me siento como lo describe "M" en su carta.
    Gracias Ileana por tus palabras. Me han sido muy reconfortantes.
    Un beso
    Mariana

    ResponderEliminar
  27. Muchas gracias Ileana, y a ti también M, por abrirnos tu alma, porque todas hemos sido alguna vez autoras de esa carta y nos ha roto el corazón sentirnos asi... Gracias Ileana por tus palabras, por tu consuelo, por tu apoyo... por ser la tribu que nos falta. Un abrazo a todas.

    ResponderEliminar
  28. Ay Ileana! No te imaginas lo bien que me ha hecho leer esto HOY. Hoy, justamente, que me senté aquí a acabar con todo. Hoy, justamente, cuando siento que me estoy hundiendo, asfixiando y sin salida. Siento lo mismo que M, y ni amigas tengo. Pero siento que respiro de nuevo. Tal vez no veía más allá. En fin. Gracias por compartir esto con nosotras/os y a M por su valentía. Katrina

    ResponderEliminar
  29. Monica (en Facebook)6 de noviembre de 2011, 16:21

    Gracias! Me llegó al corazón como si yo hubiera escrito la carta...

    ResponderEliminar
  30. Esther (en Facebook)6 de noviembre de 2011, 16:21

    Madre mia parece escrita por mi! Y me calma tanto tu respuesta...

    ResponderEliminar
  31. Teresa (en Facebook)6 de noviembre de 2011, 16:22

    Ufffff impresionante la carta, todas las madres en algun momento nos sentimos asi... Tu respuesta Ileana!!!!!! Es sensata, amorosa e inteligente.... Me encantò

    ResponderEliminar
  32. Raquel (en Facebook)6 de noviembre de 2011, 16:22

    Me ha puesto la piel de gallina, me ha tocado hasta el fondo del alma, lo comparto en mi muro para hacerlo llegar al maximo de personas, gracias Ileana

    ResponderEliminar
  33. Madre mía, me siento tannnnn identificada. . . . . . Gracias por la respuesta!

    ResponderEliminar
  34. Yo desde que tengo dos nenas estoy tan cansada que me siento así muchas veces...

    ResponderEliminar
  35. Gracias a todas por dejar vuestras palabras de aliento.
    Sabía que publicando este texto, seríamos muchas las que nos sentiríamos identificadas, y que esta sinceridad es muy terapéutica.
    Escribiré más sobre el tema de la aceptación, porque es muy necesario.
    Abrazos hondos!

    ResponderEliminar
  36. Nada que añadir... lágrimas en los ojos... 5 hijos a los que adoro-rechazo a la vez... en casa toooodo el día... tres sin escolarizar.
    Te abrazo M. nos podríamos juntar a llorar por la madre que queremos ser y que tan pocas veces sale... y la dichosa culpa... eso es lo peor.
    Gracias Ile por sumar LUZ a nuestra SOMBRA.
    Dara

    ResponderEliminar
  37. Creo en las señales, siempre llegan aun cuando yo no sea consciente de ellas.

    Gracias por esta entrada Ileana que abrí hoy, justamente hoy. Porque llevo días en plena lucha entre la madre que soy y la que quiero ser.

    ResponderEliminar
  38. Gracias por la entrada. Es cierto todo lo que decís. También es cierto que hay que afrontar la vida como viene, pensando en positivo, y sobre todo no pensando que una vez que somos madres, ya no somos nada más que eso.... que en ocasiones llegamos a este agujero negro nosotras mismas, por centrarnos únicamente en esta faceta de nuestras vidas, que, aunque la más importante, no es la única...
    Además, como dice mi abuela que es muy sabia, mal de muchos consuelo de tontos.... sabeis lo que es tener que trabajar de sol a sol y sólo poder disfrutar de tus hijos una hora al día??? Es realmente duro!!! Y llegar agotada y poner tu mejor sonrisa, o tener que regañarles porque han hecho algo que no deben, o hacer las cosas básicas, cena, ducha, dientes, a dormir.... cuando ellos querrían estar jugando más con nosotros? Quiero decir, que es muuuy duro estar y/o sentirse sola o mala madre, pero que también hay que afrontar la vida con espíritu crítico, autocrítico y de superación. Parecerá una tontería, pero a mi me marcó la fábula que cuenta Calderón de la Barca, Cuentan de un sabio que un día.....
    Cuentan de un sabio que un día
    tan pobre y mísero estaba,
    que sólo se sustentaba
    de unas hierbas que cogía.
    ¿Habrá otro, entre sí decía,
    más pobre y triste que yo?;
    y cuando el rostro volvió
    halló la respuesta, viendo
    que otro sabio iba cogiendo
    las hierbas que él arrojó.
    Ya sé que no es un consuelo, y a lo mejor me expreso muy mal, esta es mi forma de decir a todas las que, como yo, pasamos baches, que no somos las únicas, que todas pasamos por fases más fastidiadas que otras, pero que si pensamos un minutín en las cosas buenas que tenemos, en lugar de las malas, quizás nosotras mismas empezaríamos a ver lo positivo, y con la mente positiva se actúa mucho mejor.

    ResponderEliminar
  39. Tu sabes M...que siempre tuviste la libertad de sentirte así, de expresarlo abrazada a mi, que siempre nos permitimos la honestidad emocional de odiar el lugar de donde venimos, ese lugar donde somos niños frágiles incapaces de criar a nadie.

    También sabes que no soy sin ti, que no somos sin nosotros y sabes también que escogimos un camino difícil y solitario.
    Nos llamaron pareja endogámica ¿recuerdas?, nos dijeron que nuestros hijos tendrían problemas sociales y de adaptación, que les pervertiríamos con tanto colecho y teta sin tiempo, que somos blandos, que se convertirian en tiranos dueños de nuestra vida.

    Y sabes que a pesar de todo y de todos, son niños sanos, felices y con un criterio y autonomía que asusta…y sabes que te quieren como yo no he visto nunca amar a un niño, con tanta fuerza, con tanta claridad, con los ojitos tan abiertos...

    Y si...no pude aquella noche estar a la altura, no fui tu sostén, no fui el que amas. Te exigí, te demandé y fui racional y desde un dolor inmanejable para mí, te arrinconé.

    Y entonces M, lanzaste tu carta-grito desesperada buscando un espejo lejano que no tienes cerca, otra madre, otra que supiera de lo que hablabas y de lo que sentías...y entonces mi rencor, mi dolor como viaje angustioso al niño que fui.
    Yo sabía de qué hablabas. Yo no sabía lo que sentías.

    Cuando leo a todas estas madres, gritando a tu lado, suplicando junto a ti, me pregunto como pudo pasar. Porque me quede en el método, en la teoría, en lo que debe ser.
    Porque me pudo el rol, porque aborté mis lagrimas, porque no lloramos juntos, porque no te dije ¡carajo! ¡No estás sola!

    Aceptarnos dice Ileana. Aceptar que no vengo del mejor lugar, que no tengo referentes, aceptar que tu dolor me desarma y me debilita. Aceptar mi cansancio en este testarudo viaje personal.

    Tu valentía hoy sorprende a mucha gente que te lee a través de Ileana.
    Esa valentía, esa fuerza con la que cogiste la paleta de la vida enrabietada, para poner hoy un rojo, ayer un azul y mañana un verde, en mis tristes grises sueños.

    M…siento en el alma mi ausencia.
    Quiero pedirte que cuentes conmigo.
    Insiste.
    Demanda y reclama lo que nos pertenece.
    No dejes que el cobarde que vive conmigo nos gane la partida.

    Te amo
    NC

    ResponderEliminar
  40. Es más fácil relegar la crianza en otros y estar con los niños un ratito al día (cena, baño y a la cama) que reconocer con humildad lo díficil que es intentar, y no siempre conseguir, hacer las cosas de otra forma.
    Pero esa es la valentía de todas esas mujeres y hombres que intentan dar lo que nunca recibieron, luchando contra sí mismos, contra sus infancias, contra sus familias y contra la sociedad muchas veces. La persona que muestra su debilidad o imperfección se convierte en alguien fuerte, valiente y con la capacidad de renovarse.
    Más que solas lo que estamos es aisladas unas de otras y nos necesitamos tanto...(también presencialmente).

    ResponderEliminar
  41. Valioso lo que comparten. Son una especie de héroes ya que a muchas, nos ha rescatado de nuestra soledad, nuestro "callar y seguir" muchas veces con ese cansancio y amargura a cuestas, que nos cambia los gestos de dulzura por brusquedad y retos hacia nuestros hijos, que no tienen culpa alguna. Es difícil, pero las tareas mas importantes son las mas difíciles y las que traen mas grandes recompenzas. Creo que tampoco es fácil dejar a los hijos en una guardería y llegar a verlos, a penas alimentarlos y acostarlos en la noche, se carga con una culpa tremenda día tras día, pero a muchas no nos queda otra opción. Nos falta solidaridad. Por eso celebro este gesto de apertura que nos ayuda a acercarnos, vernos en la otra y hacer mas llevadera la carga.

    ResponderEliminar
  42. ¿Podemos aceptar,que tambien hay muchas madres y padres con infancia feliz?por que la verdad es que leyendo los mensajes,se llega a la conclución que la mayoria ha tenido una infancia muy infeliz.

    ResponderEliminar
  43. Hola, no me queda más que agradecer la información (y hasta los comentarios), son valiosos aportes, que tal vez no resuelven las circunstancias ajenas, pero que definitivamente alivian, aclaran y nos hacen sentir mejor. Para mi fortuna hoy he encontrado este post, que refleja en parte mis miedos y aventuras. Y es verdad lo que afirman algunos comentarios, el mundo espera madres maravillosas, super mujeres, profesionales, esposas, y un largo etc. incluyendo por supuesto a la perfección el papel de ser mamás. Justamente, yo también he pasado por momentos similares a los de la autora de la carta, e incluso me he reprochado yo misma el quedarme en casa todo el día con el bebe, he reprochado mis propias decisiones de renuncia a oportunidades laborales y académicas, me he autocriticado por convertirme supuestamente en aquello que no estaba en mis planes, por ser una mami de tiempo completo y ama de casa dedicada, y sólo tengo para recordarme y animarme a mi misma que las decisiones y pasos que me han conducido hasta aquí los he tomado por intuición y amor. Sin embargo, a veces esto no nos basta, también necesitamos el apoyo y hasta aprobación de otros (mejor dicho de los nuestros) para saber que lo estamos haciendo bien, no perfectamente como esperan, pero lo hacemos de la mejor manera posible. Creo que el aporte que yo pueda hacer es poco, en comparación con lo conmovedor que fue leerlas y la ayuda que uds me han dado... Nuevamente gracias, por compartir sus experiencias...

    ResponderEliminar
  44. A todas nos pasa, en algún momento, que queremos "tirar la toalla", pero no se puede. Son nuestros hijos a los que amamos más que a nosotras mismas. Hablar, hablar y hablar con otras mujeres siempre es sanador. Estoy segura que estás haciendo un excelente trabajo como madre y como mujer. Tu sinceridad y tu claridad en sentimientos te dan la luz que necesitas para seguir adelante.
    Ya habrá tiempo para leer esa hoja del libro sin interrupciones, ya habrá tiempo para ir al baño sin apuros ni acompañantes. Los hijos crecen rápido y pronto tu esfuerzo verá la recompensa de un niño que solito se lava las manos, los dientes y te dice Te amo mamá, me voy a la cama... Buenas noches....
    http://lactanza.com/

    ResponderEliminar
  45. Yo quiero ser parte de la #tribu ! de esa tribu!!! que reconoce, busca, acompaña, entiende, reflexiona, confía ... que valientes que son!
    Un abrazo
    leslie Power

    ResponderEliminar
  46. Bueno, sin palabras y muy emocionada me deja M. y su marido. Soy una nueva mamá aprendiendo a ser Mamífera humildemente, en medio de una sociedad que ha olvidado sus orígenes y con la gran ayuda que llegais a ser, vosotros, M., su marido y toda esta gran tribu virtual que empiezo a descubrir y que me da fuerzas y me ayuda a encontrar las herramientas para ser cada día mejor mamá. Solo me queda daros las gracias a todos por estar ahí. GRACIAS TRIBU.
    Mª Carmen mcsotosan77@hotmail.com

    ResponderEliminar
  47. Impresionante.
    Gracias M, gracias Ileana, gracias NC

    Es soprendente hoy en día encontrar tanta sinceridad, gritar, llorar, reconocer, expresar.

    Es reconfortante, liberador, enriquecedor, el camino para querer ser mejor persona, aceptandonos.

    Gracias

    ResponderEliminar
  48. Precioso, conmovedor y real. Gracias ♥

    ResponderEliminar
  49. Tres veces he leido tu comentario NC. Agradezco tu compartir tan sincero.
    Tampoco es facil para vosotros.
    Dara

    ResponderEliminar
  50. Me quito el sombrero ante NC.
    Suelo decir, medio en broma medio en serio (cada vez más en serio) que la Humanidad necesita terapia. Sí. Necesitamos deshacernos de lo que fuimos para construir un mundo nuevo, para vivir como queremos.
    Creo que desde las ideas o las ideologías, la vida no funciona. Nunca lo hizo y no lo hará ahora. La vida puede ser una mezcla de crecimiento personal, ideales y sentires, de aceptación y respeto. Si no se puede estar 24 horas al día con los niños en casa, estemos 22 o 15. Ls que podamos para que haya respeto, entusiasmo y felicidad en la casa.
    Las mujeres de la tribu no estaban solas. Tenían a sus bebés en brazos, sus vecinas y amigas en frente, los nenes más mayorcitos jugando en la calle, la familia a la vuelta. Y, entonces, era más fácil vivir. No nos ha tocado esto y debemos hacer equilibrios.
    Suelo decir que el homeschooling no es lo máximo ni lo mejor. Sólo si a los niños les va bien y están contentos con esta opción, en la misma medida que lo están los adultos. Solo si los padres crecen y son felices, los niños crecerán felices.
    Estamos inventando una nueva forma de vivir y de ser, y nos merecemos el intento sin culpas.

    ResponderEliminar
  51. Yo quiero agradecer de nuevo esta avalancha de comentarios, todos hechos desde el respeto, la sensibilidad y la empatía.

    No es fácil encontrar en la red un lugar donde se viertan tan buenos comentarios, ni uno solo fuera de tono o de lugar.

    Quiero agradecer de nuevo a M y a NC, las iniciales ficticias de esta historia, por su inmensa calidad humana. Son muy grandes.

    Y por haberme regalado entre los dos el momento más hermoso de mi vida como bloguera.

    ¡Un abrazo a todos y muchísimas gracias por hacer de este blog el lugar de más calidad humana concentrada que he podido encontrar en mi vida!

    Muchas gracias de todo corazón. Me siento privilegiada y honrada por vuestras palabras, visitas y comentarios.

    ResponderEliminar
  52. Cuanta realidad, sinceridad en esa carta! Ile tu consejo verdaderamente SUBLIME. Si, con mayusculas....Me toco hasta el fondo del alma. No somos perfectas, vaya q no! Pero amamos a nuestros hijos e intentamos cada dia dar lo mejor de nosotras, Aunque a veces cueste tanto. Sos maravillosa, es un privilegio formar parte de tu Tribu.

    ResponderEliminar
  53. sin palabras, no hago mas que llorar en esta madrugada en la que siento no poder maternar mas, porque no se amar cuando no me aman, porque no se dar cuando me rechazan, porque no se sostener cuando se derrama mi hija en lagrimas de frustracion y enojo, cuando se derrama en pis por las noches. Lloro porque no me amaron entrañablemente, porque me siento sola y triste, porque leo tanta soledad y me cuesta creer en la vida. Gracias eternas por contestarle a tu esposa, NC. Gracias M por poner en palabras el dolor que sentimos las madres cuando vemos y tocamos crudamente nuestra herida mas fea y que mas rechazamos, gracias Ileana por ser puente, por acariciarnos, tus palabras son como una caricia en medio de un llanto desesperado, una caricia que sana y renueva la esperanza. abrazos lagrimosos

    ResponderEliminar
  54. Me ha conmovido esta carta y aun mas el comentario anonimo de su marido. Por la carta he sentido una enorme empatia, madre desconocida: nadie nos dijo que la maternidad en el dia de hoy, tal y como vivimos, es un ejercicio tan cargado de SOLEDAD. El post del marido me ha dado de lleno en el corazon... FELICIDADES por tener este apoyo, un hombre comprensivo que va por el mismo camino que tu, sin juzgarte, criticarte, humillarte ni despreciarte, todo lo contrario. Gracias senor desconocido, ojala todos fueran como usted ! Os deseo que mantengais encendido ese AMOR y que sirva para construir una base sana para el futuro de vuestros hijos.

    ResponderEliminar
  55. Gracias, gracias M., gracias NC., gracias Ile.
    Por poner voz a estos sentimientos, a la soledad. Gracias, por la humildad, por la aceptación, por el amor.

    ResponderEliminar
  56. Muchas gracias, Ile, M, NC, y todos los que habéis respondido. Me ha conmovido profundamente la carta de M (¿quién no se ha visto reflejada?), la honda respuesta de Ile y el valiente comentario de NC. Gracias por esa desnudez y por hacer posible este encuentro entre todos, Ile querida.

    ResponderEliminar
  57. Gracias M., no repetiré que podíamos ser cualquiera. Gracias NC., por tu sinceridad y valentía y gracias Ile por cer nuestras manos y ayudarnos a dar pasitos en este camino.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  58. En mi humilde opinion, creo que debes primero reconciliarte contigo misma, busca el amor, la aceptacion, la alegria, en ti, para poderla transmitir, deberias evaluar ponerlos en actividades, que los mantengas unas horas ocupados, y asi tu tienes un respiro, y tomas ese tiempo para hacer cosas que te gusten, ellos drenaran su energia, y los canalizaras mas facil, y cuando regresen a casa, veras como la alegria de recibirlos te invadira y ellos estaran felices, tu estaras menos agobiada, y ellos sentira tu ausencia y te valoraran mas al igual que tu a ellos, no te desconectes de las amistades, pidele a tu marido que se encargue de ellos una horas un fin de semana y tu ve a la peluqueria, a desayunar sola o con amigas, o algun curso que te gustaria hacer, yoga, pero debes actuar lo mas rapido posible ya que los niños son sensibles a los estados de animo de sus padres. Suerte y vuelve a escribir como vas evolucionando.

    ResponderEliminar
  59. M es efectivamente muy valiente al hablar abiertamente sus sentimientos encontrados hacia sus hijos. Los mismos que todas tenemos o hemos tenido, pero que no hemos sido capaces de confesar.
    Me gustaría hacer un par de apreciaciones: la sociedad "de afuera" es muy exigente ("tú has tenido un hijo, ¡allá te las apañes", parafraseaba muy acertadamente alguien en su comentario), pero es que este "subconjunto" de la sociedad que formamos nosotras, el de las madres de la crianza con apego, no es tampoco menos exigente. M tiene la sensación de estar rodeada de madres perfectas. ¡Ay! si M pudiera mirar por el agujerito de la llave las 24 horas a cada una de esas madres perfectas, se daría cuenta de lo equivocada que está.
    Y, por encima de todo, somos extremadamente auto-exigentes. Asumimos lo que los demás nos exigen y lo multiplicamos por 3 o 4. No nos perdonamos flaquear, no nos perdonamos gritar a nuestros hijos de puro agotadas que estamos... y eso hace nacer el resentimiento hacia ellos.
    ¿Homeschooling? ¿desde cuándo las familias antes se ocupaban de la educación formal de los hijos? Los que podían contrataban tutores que venían a casa a encargarse de esa función. Mientras que la clase obrera mandaba a sus hijos de aprendices con algún artesano, o aprendían el oficio en casa, con el padre (NO la madre) a la vez que trabajaban en el mismo taller y así contribuían a la economía de la familia. Y las niñas ayudaban a la madre en las tareas del hogar.
    Ahora pretendemos hacer todas las tareas nosotras, las madres, (aunque sea con la ayuda de máquinas) y encima formar a todos nuestros hijos, de diferentes edades y niveles, según el currículum oficial para que puedan ir a la universidad.... ¡No me extraña que nos sintamos incompetentes!
    Y encima no grites, sé siempre amorosa, vigila que la alimentación de la familia entera sea perfectamente equilibrada, busca tiempo para jugar con tus hijos, leerles un cuento antes de irse a dormir, etc... la lista es interminable.
    Ileana tiene muchísima razón en su respuesta: perdonar y asumir nuestras limitaciones. Ese el el primer y más decisivo paso que hay que dar.
    Yo he pasado y paso también, cómo no, por lo mismo que M. Y, desde mi experiencia, digo que en esos momentos lo único a lo que merece la pena dedicar la poca energía que nos queda (si es que queda alguna) es en realidad a conectar con nuestros hijos. Esto también es teoría, más fácil decirla que cumplirla, pero alguna rara vez me ha pasado, que el mundo se estaba derrumbando a mi alrededor y cuando he respirado hondo, me he acuclillado ante cualquiera de mis hijos y he logrado, con voluntad y esfuerzo, conectar con él o ella, de repente, como por verdadero arte de magia, se han lavado las manos sin rechistar, e incluso los dientes, han hecho pipí y se han ido a la cama yo diría que hasta felices. El resto de cosas seguía en zona de desastre total (la ropa sin planchar, los platos sin fregar, el desorden, las llamadas intempestivas relacionadas con "el otro trabajo"...), pero había dejado de importar. Había logrado que lo más importante no se viniera abajo. Y habiendo colocado ese puntal, ya podía empezar a abordar el resto de flancos de la batalla. O no.
    En cualquier caso, conste que no voy tampoco de super madre. No siempre me funciona, ni siquiera lo intento siempre, porque para intentarlo también hace falta un poco de energía y un resquicio de claridad mental que no siempre tengo en esas situaciones.
    Por último me gustaría recomendar un libro precioso que nos sirve a todos, mamás e hijos, para comprender este estado emocional de unos y otros: "Madrechillona".
    Mamá pingüino le pega tal grito a su hijo que lo rompe en pedazos. Cada pedazo sale disparado y mamá pingüino arrepentida va buscando todos los trocitos y, con amor, va reconstruyendo a su hijo quien, por supuesto, la perdona porque los dos se aman mucho.
    No me cabe la menor duda del amor que M y todas nosotras sentimos por nuestros hijos. Aquí lo que hace falta es un poquito de perdón para todos.
    AMR

    ResponderEliminar
  60. AMR, muchísimas gracias por esta aportación tan buena!

    Sé que este entorno de la "crianza con apego" también es muy exigente, y mucho. Me he quedado pasmada las veces que he entrado al foro de la página Crianza Natural: cuando ya estamos de acuerdo en la lactancia, entonces nos peleamos por si trabajas o no. Cuando ya estamos de acuerdo en no trabajar, entonces nos peleamos por si homeschooling o no... Desde una AUTOESTIMA DEVASTADA, pretendemos quedar bien con todo el mundo. Desde una cantidad de información disponible como nunca, atisbamos intelectualmente algunas cotas, que luego emocionalmente no podemos llegar ni de coña. Y establecemos una competencia infantiloide sobre quién es mejor madre... muy patética.

    Por eso sabía que publicar este testimonio en este "entorno" era muy necesario. Y no me he equivocado al parecer.

    En realidad, somos nosotras las auto-exigentes, pues nadie nos obliga. Y esa auto-exigencia, competitiva proviene de muchos lugares: de nuestra baja autoestima, de la falta de apoyo y prestigio social de la maternidad, de las grandes exigencias de perfección que nos hacen los medios de comunicación, de las grandes exigencias que nos hizo el medio de pequeñas...

    Por eso digo, que si neurótica y peligrosa es la negación ("la lactancia artificial es igual de buena"), neurótica y peligrosa es el auto-engaño (doy teta, me quedo en casa, enseño a mi hijo cuatro disciplinas artísticas... qué gran madre soy). Mientras lo abordemos desde el ego, la neurosis persiste y se reproduce.

    Gracias, abrazos a todas!

    ResponderEliminar
  61. Que pasada poder seguir los comentarios de este post estos días. Hay que publicarlo que lo lean muchas muchas!!! estoy tan deacuerdo con el útlimo anónimo, me siento tan cercana...

    ResponderEliminar
  62. NC:

    Que valiente eres. Todos en la vida tenemos DERECHO a fallar, pero pocos, muy pocos, nos atrevemos a reflexionar, a recapacitar, a pedir disculpas y a querer mejorar. Sin duda alguna M y tú son los mejores padres para esos niños.

    Y que real es eso de que a veces resulta tan duro hacer lo que se sabe que es lo mejor, con nuestros fantasamas y niños ocultos en nuestro ser.

    Animo y GRACIAS por traer al debate sus emociones.

    Recuerden que una vez que las disculpas se aceptan y las ganas de continuar afloran nuevamente, la CULPA, la bendita culpa, ya NO tiene cabida!!

    ResponderEliminar
  63. Senti una caricia mientras leia...estoy en esos momentos en que para todo hay que dar 10000 vueltas, para aunque sea ponerse una bombacha, decidi renunciar a mi trabajo para quedarme con mi hija, las 24 hs y estoy frustrada!el concepto del continuum no lo encuentro!Cada actividad que hacemos es una pelea, huerta, costura, cocina, por mas alternativas, opciones y juegos, espero que sea una etapa...

    ResponderEliminar
  64. sintiendo como resuena en mi cada una de las palabras de este blog,solo me resta unirme al abrazo materno colectivo y decir me siento acompañada Gracias

    ResponderEliminar
  65. una maravilla de post, de lectura obligatoria.
    Gracias!

    ResponderEliminar
  66. Gracias M, Ileana, NC y todas las mamás - mujeres que han escrito aqui. Es tan urgente la necesidad que tenemos las unas de las otras, este acompañamiento virtual nos devuelve muchas veces la fuerza, la confianza en que todo lo que nos pasa es normal que "no soy la unica" que a veces se siente sobrepasada por el trabajo, la maternidad, el rol de esposa y un largo etc.
    Me uno a ti M en un abrazo profundo, siente el calor y la compañia de todas cuantas estamos acá, desde todo el mundo porque la maternidad y sus devenires son universales.
    Todo mi cariño, Andrea

    ResponderEliminar
  67. GRACIAS!!
    Gracias M, Ileana y todas, por compartir estos sentimientos y vivencias.
    Reconozco tu valentia y la fuerza que tienen para de una forma consciente expresar lo que esta pasando por vuestros cuerpos, mentes y espiritus.
    Me reflejo en ustedes y se que como madres,hijas, esposas y mas que nada, como MUJERES, nadie nos enseña el camino a seguir.
    Se que Pablo ( mi hijo) y yo nos hemos escogido para hacer este camino de la vida juntos. Mejor maestro que el no tengo en la vida para estar PRESENTE y CONSIENTE de quien soy y a donde voy.
    He aprendido que si yo estoy bien todo y todos a mi alrededor estan mejor y que en la medida que yo voy sanando y descargando mi mochila de peso él tambien y juntos vamos buscando y encontrando nuestro proposito en la vida.
    Hay tantas herramientas ahi afuera para encontrar apoyo y acompañamiento y se que a veces nos cegamos por todo lo que estamos viviendo. Yo he encontrado la respuesta para mi en el Renacimiento y mis dias, mis relaciones y mi familia se ha ido transformando a traves del AMOR, de la AUTOESTIMA, del RESPETO y la RESPONSABILIDAD.
    Me gustaria compartir con ustedes esta herramienta en un espacio para encontrar la INTUICION y no la RAZON, el poder femenino.
    Soy Sombra y Soy Luz! SOY MUJER!!
    Desde el amor y el respeto comparto con ustedes el siguiente espacio:
    www.marialuisabecerra.com Embarazada de Amor es un espacio de acompañamiento y sanacion que para mi ha sido un regalo de la vida.

    GRACIAS POR DEJARME SENTIR PARTE DE CADA UNA DE USTEDES QUE COMPARTEN UNA PARTE DE LO QUE SOMOS!
    Eréndira

    ResponderEliminar
  68. Ay, dios. Me eché a llorar como una magdalena con la carta, a chorros. Es como si hubiera escrito yo misma... aunque afortunadamente no ahora sino en una fase que pasé en la que sentí lo mismo, lo mismito.

    Un fuerte abrazo a esa mamá que seguro que es una supervaliente, porque sólo una valiente es capaz de exponer su sombra como ella lo hace, de mostrar su vulnerabilidad, y la culpa, que todas o casi todas hemos vivido durante la maternidad.

    Qué claro tengo que necesitamos grupos de apoyo, madres que nos entiendan y nos guíen en momentos así. Y creo que el desahogo es al menos, el principio de la sanación.

    ResponderEliminar
  69. Acabo de entrar por primera vez en este blog...una maravilla, Ileana, pura poesía.

    La carta, recibida por tu amiga, es muy dura, he llorado por ella y por tantos momentos en los que me he sentido así, como ella, como todas.
    He pensado mucho sobre este tema, ¿cómo puede ser que amando como amamos a nuestras crías, nos generen tal estrés? No creo que sea la conciliación, tal y como la entendemos, el único foco de todo. Pienso que la raiz de todo proviene en que por un largo tiempo de nuestras vidas, (hasta que los hijos pueden asumir cierto grado de independencia), dividimos nuestra mente, nuestra psique, nuestra alma, nuestro tiempo...para dos: para una misma y para el hij@/s. Y además lo decidimos así. En cierto modo existe un conflicto de intereses entre nuestro yo personal (individual) y nuestro yo maternal (que se divide entre dos las 24h del día). Cuesta asumirlo. Mucho. Encajar una nueva manera de gestionar tu vida y la de tu hijo, pero a la vez queriendo seguir siendo tu, y a la vez queriendo estar con tu hjo, pero queriendo ser tu...y a la vez...un círculo, vamos.
    Y después hay algo que no debemos olvidar, para dejar de pelearnos contra ello: la convivencia con un ser que está aprendiendo, que pasa por procesos madurativos constantes, que nace sin saber ni andar ni hablar y que no se rige por ninguna de las convenciones sociales a las que estábamos acostumbradas antes de ser madres....es DIFÍCIL. Tenemos que ser fuertes para asumir nuestro rol de guía, de protectoras, no somos súper mujeres (ni ganas de serlo), somos mujeres que gestionamos un amor universal e infinito en unas circunstancias extrañas, complejas, con seres maravillosos que están creciendo y como tal, necesitan tb SU TIEMPO DE MADURACIÓN, que nos ponen un espejo delante pero q que aún no conocemos del todo, que nos retan a entrar en un mundo desconocido de sensaciones, de entendimientos...nos rompen los esquemas, nos mueven a que NOS MOVAMOS...no usan el mismo código que los adultos en nada de nada, de repente los esquemas que han dotado de cierta coherencia nuestra vida se esfuman.

    En mi caso, como decía al principio, he tenido crisis fuertes, y por todo ello he puesto cartas sobre el asunto porque no me favorece nada el estrés ni a mi ni a mi hija. Estoy aprendiendo a tener paciencia, a entender su mundo, sus tiempos, sus deseos, su esquema mental, porque debo hacerlo yo, es mi deber como madre y como persona adulta, y no al revés (al menos de momento) POr lo tanto, altas dosis de PACIENCIA y ganas de DIVERTIRME con ella, y voluntad de entender el proceso que estamos pasando tanto yo como ella. Porque desde que me lo planteo así estoy mucho más tranquila, la conozco más, la entiendo más y los conflictos se han suavizado.
    Es mi caso personal que espero haya sido de utilidad, en ningún caso pretendo dar lecciones de nada..y disculpad, mi nombre es Alexandra. Tenía tantas ganas de escribir que aún no tengo ningún perfil y he entrado en anónimo para agilizar :-)

    bss

    ResponderEliminar
  70. qué bueno el comentario de AMR y la respuesta seguida de Ileana. La ciranza con apego puede llegar a ser un infierno para una misma y la familia que la rodea si se practica a partir de una baja autoestima inconsciente y del ego separado de los demas y sé de lo que hablo!! Ultimamente aunque sigo dando teta a mi nene de 2 anos criado con apego desde que nacio, me doy cuenta que lo que él siente ante todo es mi propia capacidad de disfrutar y apuesto a que si yo disfrutara mas dejando la teta y dejandolo a tiempo completo en guarderia de igual él se sentiria muy equilibrado y feliz<<<poco a poco voy intentando autorizarme sentirme bien algo tan sencillo y simple normalmente no? Me apoyo en lo que de veras nunca me dejo sola: la presencia constante del amor divino ilimitado al que tengo que volver a cada desafio para salir del tunel..
    Ondine

    ResponderEliminar
  71. Gracias, gracias, gracias a M por escribirte la carta y a tí, Ileana, por sanar con tus palabras.
    Ponéis letras a mis sentimientos.
    Necesitamos buscar tribu, es urgente tomar conciencia de ello. Nuestros hijos lo necesitan también.
    Gracias de todo corazón.

    ResponderEliminar
  72. Ileana, muchas gracias por compartir con tanta sensibilidad y por el ejemplo de comprensión y compasión... Gracias a M. por desnudarte y mostrar tu realidad así, sin más. No me canso de compartir esta entrada porque me parece que todas tenemos mucho que aprender todavia, de ambos casos.
    No hay madres perfectas, todas somos únicas e irrepetibles, y ser madres conscientes es también serlo de nuestras debilidades y limitaciones, y ser compasivas con nosotras mismas...
    Creo que nuestros hijos nos eligen con lo que somos y lo que traemos, que no es ni bueno ni malo a los ojos del Amor...
    Escribí hace poco unas entradas sobre este tema... "Elegimos a nuestros padres"...

    Un abrazo cariñoso,

    Noraya
    "El Rumor de las Libélulas"

    ResponderEliminar
  73. ¡se me olvidaba! te día un premio por esta entrada!
    http://elblogdenoraya.blogspot.com/2011/12/un-premio-recuerdos-y-suenos.html
    Un abrazo preciosa!

    Noraya
    "El Rumor de las libélulas"

    ResponderEliminar
  74. Gracias por tu generosidad de compartir tus vivencias con todas, porque con frecuencia me ha pasado eso también, y peor que todo eso es pensar que eres la única que se siente así. Por eso, gracias de nuevo.

    ResponderEliminar
  75. Con las lagrimas corriendome: Gracias!!! Saber que la malvada bruja que veo de tanto en vez no solo la llevo yo dentro, sino que nos habita a todas.... porque así somos, porque a veces simplemente no entiendo de donde han sacado la fuerza mi madre, mis tìas, mis hermanas... y los veo tan chiquitos, tan pequeños, a este par de solecitos que me alimentan el alma pero tambièn me despelucan el genio!!! Gracias por compartir!!!

    ResponderEliminar
  76. Gracias: les escribo con las lagrimas corriendo todavìa. Me reconforta saber que no soy tengo la bruja malevola adentro unicamente!
    Muchas veces no se de donde han sacado las fuerzas mi madre, mis hermanas, mis tías, y yo me siento tan debil!!! Y no quiero sentirme tan pegada del piso, de la tierra cuando lo que me encanta es levitar... pero ahora es el cultivo: mis dos hermos@s estàn creciendo y me necesitan terrenal... Un abrazo fuerte a todas!

    ResponderEliminar
  77. GRACIAS M. por exteriorizar tan profundos sentimientos y gracias Ileana por compartirlos como clara indicación de empatía. Yo también leí la carta llorando mucho, muchísimo, casi rabiando de dolor interior. Es más, me permití reenviarle la carta a una muy buena amiga sólo cambiando el nombre de Ileana por el de Andrea y la firma de M. por la mía. Sí amigas, como muchas de vosotras, me identifiqué totalmente con la carta, no sobraba ni faltaba una sola palabra, la firmé tal cual.
    El hecho de saber que tan terribles sentimientos los tienen otras madres no fue suficiente consuelo para mí, aunque desde luego supuso una fuerza motora, al comprender que el problema no tiene un sólo orígen. Entonces, me fijé dos objetivos fundamentales, y para ello busqué ayuda en dos libros que no puedo dejar de recomendaros a todas, porque a mí me están cambiando la vida. Uno se titula" El niño feliz. Su clave psicológica.", de Dorothy Corkille Briggs (ed. gedisa); el otro se titula "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", de Dale Carnegie (ed. elipse). El primer libro es imprescindible para corregir errores absolutamente frecuentes y sin embargo, desapercibidos como tales, para empezar a entender a tus hijos y a soportar todo aquello que nos parecía insoportable, a quererlos, a disfrutarlos y a aportarles las claves psicológicas imprescindibles para que crezca feliz, seguro y con alta autoestima. El segundo libro nos enseña a nosotras a establecer buenas relaciones con los demás, adultos o niños, también a soportar lo que de los adultos nos parece insoportable, imprescindible para no aislarnos en nuestro circulo (vicioso) familiar. Os diré que leo los dos libros a la vez, incluso releo cada capítulo para fijar bien toda la información, y desde entonces, mi vida con los niños ha cambiado, no solo para mí, sino sobre todo para ellos, tanto, que hasta en el colegio lo han percibido como un cambio en la actitud de los niños tanto en el trabajo escolar como en sus relaciones sociales.
    Os animo a leerlos con actitud positiva, y deseo que os sean tan útiles como a mí.

    Gracias a todas por compartir vuestros sentimientos. Seguid luchando por alcanzar la felicidad porque es lo único que vale la pena en la vida, ser feliz y hacer feliz a quien te rodea.

    ResponderEliminar
  78. aia, ese marido. ese marido no lo tiene cualquiera. con un compañero así, abierto el juego de la necesidad de compartir el peso y el cansancio y las responsabilidades, ya tiene el 50% del camino alivianado. y un ejemplo profundo para los hijos.

    ResponderEliminar
  79. Queridísima Ileana!! Quiero copiar este post entero en mi blog. Ayer estuvimos hablando en la escuela de padres y madres de mi centro de salud precisamente de la crianza con apego y sus dificultades, y me parece que tu post es "la guinda del pastel". Me ENCANTA, porque es real, porque yo veo todos los días en la consulta madres como M y sé que lo que más las ayuda es saber que no están solas, que sus sentimientos son "normales" (en el sentido de "frecuentes", por desgracia!!) y que pedir ayuda es "justo y necesario, nuestro deber y salvación" (fíjate, hasta los mandatos patriarcales pueden servir de algo si se los saca de contexto ;P). Si me das permiso, te copio y pongo un enlace a tu blog. ¡Gracias anticipadas!

    ResponderEliminar
  80. Claro, Teresa, todo el mundo puede copiar lo que quiera de mi blog sin necesidad de pedir permiso, tan solo pido que se reconozca la autoría y que se enlace el original.
    Cierto, muy cierto, que necesitamos un respiro!
    Abrazos!

    ResponderEliminar
  81. Simplemente Gracias. Millones de Gracias por la valentía, la honestidad, y sobretodo la posibilidad que este post nos da de ser quienes somos, aceptarlo, nombrarlo y seguir caminando hacia la conciencia desde el amor.

    ResponderEliminar
  82. Excelente, maravilloso!
    Totalmente identificada, gracias por compartirlo me da fuerzas para seguir adelante con mis creencias de la crianza afectiva.

    ResponderEliminar
  83. Ha llovido mucho desde esta entrada... pero me ha parecido tan conmovedora, que no he podido dejar de comentarla. Gracias Ileana por esta entrada, y gracias a la pedazo de madre que escribió la carta, por regalarnos sus sentimientos y poner nombre al señor oscuro que todas sentimos dentro de vez en cuando (la cukpabilidad).

    ResponderEliminar
  84. Realmente me ha conmovido hasta las lágrimas, la carta de M, las palabras de Ileana y el corazón de NC. A veces creemos que la tristeza que sentimos es solo nuestra, y ya vemos que no es así, somos much@s, mamás y papás que nos desbordamos ante determinadas situaciones, situaciones comunes a tod@s, es liberador expresar y sacar afuera la tristeza y las sombras. Si no encontramos con quien hablar, sepamos que también podemos escribir!!!, No estamos sol@s en este desafío de ser padres, y grandioso es plantearnos estos temores, señal de que el amor que sentimos por nuestros hijos es inmenso. Saludos y abrazos hondos!!!!!

    ResponderEliminar
  85. Gracias. Necesitaba estas palabras justo ahora. Me estoy sintiendo sola, muy sola en la crianza de mi hija y en general. A veces siento que todo ese puñado de amigas y gente que me rodeaba se cayó en un abismo justo a la salida del sanatorio luego de parir a mi hija. Bueno, en realidad los primeros día también vienen a conocer a la beba, pero después... Nada. Estoy triste y sobrepasada porque poca gente viene a mi casa y por poco tiempo. Mi familia no vive en la misma ciudad y a veces vienen y es un respiro, pero la familia de mi marido, que sí vive acá, vienen menos aún. Mi suegra casi ni viene porque quiere que Sofi (1a 4m) vaya a su casa, sola, sin mi, claro. Ella simplemente no entiende que yo no quiera que se la lleven, cree que soy una bruja mezquina, no entiende que es por la forma de crianza... Toda la familia piensa así, se los expliqué bien, les dije que no es un problema de confianza, ni de mezquindad ni nada, simplemente que quiero que cuando mi hija diga "mamá" o "teta", tenga lo que pide inmediatamente y que esa idea de que mamá siempre está le quede marcada a fuego para siempre, mientras yo esté viva. No lo entienden, y por eso no vienen. Me siento muy sola. Mi marido trabaja todo el día y cuando viene poco hablamos, poco compartimos. Siento que no tengo con quién hablar, con quién estar, con quién dejar a Sofi para depilarme, o hacer algo que me guste... No se. Gracias a Dios al menos pocas veces pierdo la paciencia con ella, aunque muchas veces llego muy cansada a la noche y casi ni hablo, trato de no maltratarla. Pero no puedo evitar sentirme culpable por mi tristeza, teniendo una hija tan hermosa, amorosa y sana... Ahora estoy pensando en acercarme a la iglesia, anotarme para obras de caridad o algo así, para conocer gente, que se yo. Estas palabras me alientan mucho, gracias de nuevo, lo voy a releer varias veces!!!

    ResponderEliminar
  86. ahh!! en que buen momento leo esto, estoy pasando una situación similar en la cual me siento la peor madre del mundo, igual que tu amiga es ese sentimiento de estar sola, aunque cuento con el apoyo de mi mamá y de mi esposo, pues no es lo mismo, no están cuando requiero esa fortaleza que necesito al momento en que siento caer, me acerque a una psicóloga y es con la que me estoy apoyando a sobrellevar esta situación. Pero es reconfortante saber que lo que yo siento lo sienten otras madres, que buen articulo gracias por compartirlo

    ResponderEliminar
  87. He tenido que leer dos veces el post y el nombre para asegurarme de que no lo había escrito yo y lo había olvidado. Exactamente así es como me siento y la respuesta me ha conmovido también.
    Estoy recibiendo ayuda y busco sanar mis heridas para poder afrontar la vida hermosa que espero tener con mi familia por fin. Al menos perderé esa sensación de que soy la peor mami/esposa del mundo. Y a lo mejor asi consigo embarcarme en mis sueños de una vez. Gracias por tu sinceridad.

    ResponderEliminar
  88. Qué necesidad tan grande de una tribu!!! , de sentirnos abrazadas de saber que alguien entiende mi sentir y frustración, sin lugar a dudas no cambiaría el tener a mis hijos , en cambio daria todo por tener esa tribu para poder disfrutar la crianza y Dar herramientas a las nuevas generaciones para no sentir ahogo y desesperacion al estar formando una familia. Gracias a todas por compartir palabras y experiencias, pero sobre todo por conectar los corazones para honrrar el amor incondicional hacia nuestros hijos y hacia nosotras.

    ResponderEliminar
  89. Si es cierto que casi todas las madres llegamos a sufrir de este modo, la presión social es enorme y nos dejamos de lado con mucha facilidad. Yo pasé por algo parecido y el camino de la sanación fue lento, pero fue muy enriquecedor. Primer paso es aceptar tu situación actual, quiérete por ser quien eres, por lo que si estas dando, y animate a cada dia dar un poco más. Yo conseguí cambiar el fastidio por el amor con pequeños pasos: Por ejemplo decidía cuando sí les iba a dar mas cariño a los niños. Empecé por darles un beso siempre que me acordaba, luego igual les daba un abrazo o dedicaba unos minutos antes de acostarlos a darles abrazos... y no veas lo bien que me sentía!!! Quizás eran 2 minutos diarios en medio de la turbulencia, pero poco a poco los besos y los abrazos fueron tomando el lugar del fastidio, del cansancio, del enfado, del mal humor... quizás tardé un año, quizás fueron dos... ni recuerdo! Lo importante es que ahora todos nos damos mas amor que fastidio, y que aceptamos que no tenemos que estar siempre del mejor humor, aceptamos que por encima de las dificultades diarias nos queremos y nos lo vamos a demostrar. Suerte!

    ResponderEliminar
  90. ¡Gracias! por recordarnos, que somos HUMANAS, mas no objetos ni máquinas
    ¡Muchos besos!

    ResponderEliminar
  91. Cada cierto tiempo, releo este artículo y tomo impulso para seguir adelante....gracias Ileana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oh, gracias, es emocionante leer estas palabras! Te abrazo hondo.

      Eliminar
  92. Soy madre de tres niñas hermosas, cuando naciò la segunda dejè de trabajar oficialmente en mi profesiòn... hay dìas de agobio, estoy aprendiendo a tomar mi lugar y darle el suyo a mi esposo para poder contagiarles bienestar a estas tres pequeñas y no mis "perfecciones". las disfruto enormemente aunque a veces resulta agotador... amo a mi familia y si he tenido que aprender a dejar entrar otras persona que me apoyen cuando lo necesito!!!

    ResponderEliminar
  93. Tras una noche en la que he llorado mucho, entré hoy en tu blog y busqué todos los artículos de la etiqueta "Maternidad". Y justo di con este, que es lo que necesitaba leer. Tengo 40 años, y una hija sana y maravillosa, inteligente, despierta, simpática y energética, de dos. La parí en un nacimiento precioso, sin un mínimo problema de lactancia y tuve un puerperio despreocupado, lento y feliz. Tengo un compañero justo, un "papá gallina" que viene corriendo a casa muy pronto, un papá que no se queja jamás, con toneladas de paciencia, siempre dispuesto para jugar y para amar a nuestra pequeña. Todo suena muy idílico, ¿verdad? Pues anoche, como tantas otras veces, entré en crisis. Me siento a ratos sobrepasada por la inagotable batería interna de mi pequeña. A ratos no sé gestionar sus noes. Me sobrepasa negociarlo casi todo: lavar manos, cenar, acostarnos pronto, cortar las uñas, cambiar el pañal, lavar el culete... Mi marido y su infinita paciencia son un espejo muy jodido. Entre ellos todo fluye. Me veo como la bruja de Blancanieves, poniendo los gritos, los límites, los "deberías". Amo a mi hija, pero en ocasiones me fagocita. Y esto que acabo de escribir me resulta sumamente doloroso. Obviamente, llevo dos años sin dormir una noche del tirón (y lo que queda), me siento cansada y extraviada. Quizá en una semana relea este texto y me parezca exagerado, desacertado, malévolo. Pero hoy esta soy yo. Quisiera soltar y disfrutar a tope, pero no encuentro la tecla. Quiero que mi marido me salve, que sea él quien se queje, que sea él quien pierda la paciencia, que me alabe continuamente mi esfuerzo, en un intento de no parecer yo la mala de la película. Pero lo cierto es que él está feliz y su felicidad con la niña me genera dolor. Gracias a M. y a su valentía, y por supuesto a ti por tu respuesta y tu hermoso y necesario blog. Me voy a quedar por aquí agazapada a ver si empiezan otro chorretón de comentarios y hacemos otro necesario rato de tribu.
    Os abrazo
    C.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bonita! Todo lo que cuentas es más que normal. A veces nuestra niña interior grita necesitada de que alguien la salve, la mire a ella también, la nutra para poder nutrir. Habrá días mejores y días peores. Pero todo saldrá bien.
      Te abrazo muy grande y me alegra que este blog te sea útil.
      Estamos para lo que sea!

      Eliminar
    2. Gracias a todas por cada una de las palabras escritas, gracias mil veces a Ileana por haber parido este espacio que en tantas ocasiones me ha acompañado desde que fui madre hace tres años por primera vez. Yo también lloró algunas noches, yo también grito y luego lloró y me quedó sin palabras y con una tristeza en el cuerpo que no sé como gestionar. El nacimiento de mi segunda hija hace ya casi un año me ha superado. Siento que fallo a las dos por no poder atenderlas. Al mismo tiempo vino a vivir con nosotros la hija mayor de mí marido, adolescente y en los últimos meses hemos acogido a otro adolescente que tenía serios problemas en su casa... Encuentro que todos me necesitan en algún momento ybque mi marido nobsabe sostenerme, ni entiende que les dedique tanto tiempo y tanta energía a cada uno. Pero yo no quiero renunciar a darles lo que me parece que será base de su futura felicidad. Y veo que cuando acuesto al fin a las dos pequeñas los mayores me esperan para hablar, para que les pregunte por su día, y cuando al fin ellos se van a dormir mi compañero me espera para tener un momento de intimidad, también de sexo... Y a veces me siento una diosa feliz dadora de amor, mujer que cuida y arrulla infancias... Pero a veces mi necesidad de soledad y mi cansancio me desbordan y pierdo el norte, dejo de mirarles, de ver sus intenciones (siempre honestas) y necesidades y me deshago en gritos, reproches y hasta amenazas.
      Hace unos días la ubica madre con la que comparto experiencias aquí donde vivo casi lloraba frente s mí y yo me sentía fuerte para calmarla. Hoy soy yo la que se derrumba y por suerte he encontrado esta entrada y todos sus comentarios. Mañana volveré a ser feliz amando locamente. Es así.
      Gracias, Nuria

      Eliminar
    3. A C.: fíjate que en tu descripción, podemos vernos reflejadas como en un espejo todas las madres que nos descubrimos solas, imperfectas, engañadas por las expectativas no reales que nos meten en la cabeza desde que somos de la edad de tu niña... Y quizá lo único que podemos hacer sea lo que tú tan bien has hecho (y quizá por eso escuece tanto) de arrancar máscaras y descubrir la condición humana y las difíciles situaciones sociales que nos circunscriben y también nos limitan. Y quizá ese es el primer paso que nos permita (re)conocernos como quienes somos y que, al igual que nuestras hijas y nuestras madres, nos hacemos las unas a las otras y no se trata de repetir patrones pero sí, tal vez, de tomar conciencia de unas y las otras. No me explico nada bien: muchas veces me he preguntado quienes somos en realidad, he pretendido 'salvar' a mi hijo de la manipulación de la socialización en su conjunto versus la pureza e inmaculada inocencia de su ser 'no-social'. Pero me he dado cuenta que mi pretensión de no influir contraviene incluso leyes físicas (principio de incertidumbre le llaman, creo) y contraviene también las filosoficas (muy poco he leido a Schopenhauer pero creo que va por ahí) porque no hay nada que no sea subjetivo en tanto que vivido y percibido por los ojos de alguien. Así que no podemos más que hacer un trabajo consciente y tratar de pactar con ntras y con nuestra responsabilidad hasta dónde llegará nuestra influencia. Y tengo ejemplos infinitos de esto llevados a la práctica con mis hijos de casi 5 y 3 años que ya han empezado, como deben, a desarrollar su criterio tanto en temas personales como relacionales y aunque me rebele por dentro, no puedo evitarle las frustaciones, desengaños, gustos y hasta adicciones que desarrollará en mayor o menor medida su carácter en función de sus vivencias pero sí puedo dotarlo de herramientas que le permitan vivirlos con criterio, con análisis, con cierto grado de exigencia o responsabilidad personal consigo mismo y con los que quiere, sin llegar a que estos se conviertan en inquisidores.... que se sepa amado, que tenga derecho a expresarse y a tener parte del tiempo de quienes lo cuidamos tiene que convivir con que sus cuidadores (las madres, los padres) somos también personas con derecho a amarse y darse tiempo para si mismas a saberse amadas y respetadas porque el amor hay que tenerlo para prodigarlo. Y es todo muy complejo y razones hay siempre para el victimismo a quien quiera emplearlo. Pero desde el 2010 hasta hoy mi vida ha sido embarazo, parto, puerperio, lactancia prolongada, trabajo remunerado a jornada completa, guarderia, desengaño con la familia inmediata, búsqueda de vínculos nuevos, 2ºembarazado, vuelta a la rueda y una vuelta más de tuerca porque hay un pequeño inocente a quien no descuidar, y agotamiento y un cancer de pecho que fulmina la lactancia en tandem a los casi dos años de la pequeña, y ver peligrar la vida y pensar que hay que disfrutar y seguir enfandándote y seguir errando respecto a tus creeencias y seguir sintiendo culpa por no 'llegar' a tus patrones mentales heredados de abuelas, madres y medio. Y no poder otra cosa que abrazar tu mortalidad y tu fugacidad como un aliento, no como una carga. Y a pesar de la ventura que supone un nuevo día, hay muchos que se viven como un infierno y un error que nos permite escucharnos, conectarnos, tratar de sonreir al siguiente nuevo día en que, una vez más, nos equivocaremos. Y saber que esto no para. Hasta siempre. Y que nuestra, tal vez, única obligación es ser consciente de nuestro derecho a pasar por este mundo y ser energía que se reparte, porque en eso acabará todo. Y me doy cuenta que quizá no soy de gran ayuda para tí, pero si lo soy para mi también esta bien, sabes? No dejes de buscar la tuya, porque tienes derecho y necesitas esa ayuda y esos cuidados para poder darlos.
      besos a todas

      Eliminar
  94. Hoy vuelvo a este texto, otra vez desnortada y cansada de todo y de mí misma, y agradezco cada una de vuestras palabras, en especial las tuyas, Mar. Luchadora, valiente, generosa. Espero que estés bien. Un abrazo. C.

    ResponderEliminar
  95. Veo que es una entrada de hace unos años pero es tan vigente!!! Y justo lo que necesitaba para dejar de sentirme tan sola en esta labor de la maternidad y sobretodo al pasar por el nacimiento del segundo hijo, el inicio de la lactancia en tandem y toda su demanda fisica y emocional que me ha sido muy dificil suplir y que intento hacerlo a pesar de mis carencias, mis fallas mi falta de paciencia y experiencia! Gracias a todas por compartir!

    ResponderEliminar