15 de diciembre de 2011

Una dosis diaria de versos...




"Una dosis de versos diaria no sabes lo que dura, el efecto emancipador que genera, los horrores que espanta. Yo se la doy a Chamaquili. En realidad, le doy varias dosis (así está más a salvo). Por la mañana antes de ir al colegio (allí se contamina: dosis preventiva); por la tarde cuando viene del colegio (mezclado con el juego: siempre es bueno mezclarla con el juego, porque a veces la poesía tiene un sabor "extraño") y por la noche, antes de acostarse (con leche va fenomenal; pero si no, con agua, con besos, con carantoñas paternales). Y ya está. Pero eso sí: aunque parezca contradictorio no se lo digas a los médicos ni a los maestros. Hazlo a escondidas (así, de paso, su buena salud intelectual será obra tuya sin prescripción facultativa). Con estas dosis de poesía diaria tu Claudia (como mi Alejandro) estará más protegida que otros niños de los periódicos, los noticieros, los avatares de la vida. La poesía es el único fármaco que se puede (y debe ser obligatorio) poner al alcance de los niños. El único fármaco del que se recomiendan sobredosis."

Alexis Díaz Pimienta, poeta cubano, autor de los libros infantiles de Chamaquili

2 comentarios:

  1. Me parece precioso el poema y me encanta la idea. Haré visitas para ver los poemas. ¡Gracias!.

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  2. SIIII!!!! de acuerdo, me encntan los poemas, la poesía. Es placer total leer y leerles poemas. Recitarlos mientras se duermen o mientras juegan. y leerlos nosotras para ir aprendiendolos. Repetirlos en vos alta, muchas veces. Cómo un mantra. Primero escuchas solo cómo suenan, la cadencia del idioma, luego vas dandole un sentido, finalmente reparas en los detalles, metáforas pequeños recuerdos o asociaciones personales. Me encantó!

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