29 de abril de 2011

Hija mía...

(en el Día de las Madres)



Gracias de nuevo, hija mía, por abrir mis carnes que es lo mismo que abrir mi mente y dejarme nacer de nuevo, a la vez que tú, recorriendo con tu infancia la mía propia y la de mis ancestros, y la de toda la sociedad, permitiéndome asombrarme y comprenderla.

Gracias de nuevo, hija mía, por tu sabiduría infinita, por hacer las preguntas correctas: "Mami, ¿los adultos también se equivocan, verdad?". Claro que sí, niña mía, los adultos también nos equivocamos y mucho. Yo la primera, como tú bien sabes. "¿Y entonces por qué los niños tenemos que hacer lo que quieren los adultos, mami?"

Gracias de nuevo, hija mía, por poner el dedo en la llaga, por -con tus pequeños gigantes 3 años- darte cuenta de dónde radica el problema de la humanidad: "Mami, ¿y por qué hay que trabajar? ¿cuándo se va a acabar el trabajo?"

Gracias de nuevo, hija mía, por cuestionarte desde ya la autoridad, el sistema social, que para ti de momento es el sistema escolar: "Mami, ¿y por qué tenemos que hacer tantas fichas? ¿para qué la maestra quiere esas fichas? Fichas, y fichas y más fichas." A mami se le encoge el corazón e intenta como puede defender con algo de dignidad lo inevitable: para aprender, mi amor, para aprender mucho. "Mami, pero yo para aprender no necesito hacer tantas fichas!!! Yo quiero hacer algo más divertido: cantar, jugar, inventar cuentos...". Ay, hija mía, cuánta razón tienes...

Gracias de nuevo, hija mía, por hacerme comprender que es imposible criarte como un ser humano libre, si no me libero yo primero. Que mis ataduras al trabajo, al sistema social, y a mi propia niña interior son inevitablemente transmitidas a ti desde bien temprano.

Gracias de nuevo, hija mía, por regalarnos cada día risas fuertes, canciones, frases mágicas... Por tu calorcito durmiendo a nuestro lado, nuestra cama es más ancha y más alegre desde que tú también estás en ella. Por saltar y correr sin parar, por no tener miedo, por el brillo de tu mirada, por tu fuerza vital, por defender lo que piensas y lo que deseas, por ser tú misma, por amarnos y permitirnos amarte sin condiciones y sin juicios.

Gracias de nuevo, hija mía, por devolvernos a la naturaleza: a los instintos, a los deseos, a la condición mamífera, al juego, al placer, al aire libre... por hacerme recordar, como dijo el maestro, que el ser humano "no se halla completo, ni se revela a sí mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza.”

Gracias por elegirme para ser tu madre. Por inspirarnos a crecer para ser las mejores personas posibles para ti. Por la oportunidad de experimentar hasta dónde puede llegar el amor. Te quiero con toda mi vida.

27 de abril de 2011

Amae y Umami

Por Ileana Medina Hernández




Cuando estudiaba semiótica, siempre me fascinó la capacidad que tiene el lenguaje para crear la realidad. Lo que no nombramos, no existe para nosotros. Cada cultura tiene sus propias categorías y palabras, palabras que definen su forma de comprender y clasificar la realidad, y que no siempre tienen traducción exacta a otras lenguas.

Supongo que el japonés tenga muchísimas palabras con difícil traducción al castellano. Una de ellas es 'amae' y su derivado 'amaeru' (que casualmente se parecen mucho al castellano amor):

"Cuenta Benedict [en el libro El Crisantemo y la Espada], que contrariamente a lo que suponía, se encontró [en Japón] con un modelo de crianza mucho más amoroso que el occidental. Esto es consistente con el 'amae' que cuenta Michael Balint -citando al psiquiatra japonés Takeo Doi-: 'amae' (y su derivado 'amaeru') es un concepto japonés que no tiene equivalente en nuestra lengua y significa 'amor primario'. Dice Doi que a los japoneses les cuesta trabajo creer que en las lenguas europeas no exista una palabra equivalente a 'amae' (y yo añado, que menos de lo que nos cuesta a nosotr@s creer y entender lo que significa dicha palabra). 'Amae' entonces, según Balint, es el tipo de amor que corresponde a la etapa primal de la vida humana, que tiene la carga libidinal más alta. Es el amor además del aprendizaje y puesta en marcha de las bases erótico-relacionales de la vida humana, como explicaba Juan Merelo-Barberá. Eliminar desde el principio el 'amae' es la vía seguida en occidente para establecer la dominación (por eso no existe palabra equivalente), que evita tener después que tomar medidas drásticas, como en el modelo musulmán." [Rodrigañez, Casilda: Amamantar por placer. Reseña del libro EL CRISANTEMO Y LA ESPADA de Ruth Benedict (1946) (Alianza editorial, Colección Antropología), comentada a la luz del MATERNAL EMOTIONS de Niles Newton (1955).]

Hay otra palabra japonesa: UMAMI, que mi amiga Elena, amante de la cultura japonesa, me ha regalado hoy. Resulta que los japoneses no reconocen cuatro sabores, sino cinco. Amargo, ácido, dulce, salado y umami.

Hoy se sabe que el responsable de ese misterioso sabor es el ácido glutámico, presente naturalmente en muchos alimentos como los quesos curados (en especial en el parmesano), jamón serrano, anchoas en salazón, salsa de soja, salsas de pescado, algas, en espárragos, tomates y en muchas frutas maduras.

"El umami imparte una sensación duradera y sabrosa que cubre la superficie de la lengua. Esta sensación es debida a la presencia de detectores de los aniones de carboxilato procedentes del ácido glutámico en células especializadas en la lengua de humanos y animales", explica la Wikipedia con los enlaces a las fuentes muy bien citados.

Parece que nuestra lengua, justo en su parte central, tiene receptores que captan específicamente el ácido glutámico:



En 1.908,  Kikunae Ikeda, profesor de la Universidad Imperial de Tokio, consiguió sintetizar el ácido glutámico a partir del alga kombu. Cien años después, en el 2.001, el biólogo Charles S. Zuker de la Universidad de California encontró receptores gustativos específicos del umami en la lengua tanto de humanos como de otros animales.

El glutamato monosódico, muy utilizado como "potenciador del sabor" y aditivo artificial, tiene muy mala reputación, incluso fue relacionado en su día con el "síndrome del restaurante chino" (como explica muy bien Iñigo Aguirre en este post, ) pero en realidad, su consumo es seguro y no tiene ningún efecto secundario, como confirma el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación.

Umami en japonés viene a significar algo así como 'delicioso'. Pero lo más interesante de todo, es que los seres humanos se encuentran por primera vez con este sabor ¡en la leche materna!

Según este estudio del Departamento de Pediatría del Hospital de San Paolo en Milán, el ácido glutámico y la taurina son los aminoácidos libres (FAAs) más abundantes en el calostro, y crecen hasta formar más del 50% del total a los 3 meses de lactancia.

La glutamina es el aminoácido más abundante del organismo y está implicada en numerosos procesos del metabolismo. Aunque puede ser sintetizado por el propio organismo a partir de otros nutrientes (y por ello no se considera un aminoácido "esencial" que deba tomarse a través de la alimentación) parece que su suministro es fundamental en los "momentos críticos" de la vida.

¿Podría afirmarse que en realidad el umami es el sabor de la leche materna y por eso nos resulta tan "sabroso" en todos aquellos alimentos que lo incorporen? -es la gran pregunta.

El amae, el amor primario, y el delicioso umami, se unen en la leche materna, ese líquido mágico esencial para la vida...

26 de abril de 2011

El problema de la humanidad contado en dos o tres párrafos

Por Ileana Medina Hernández



"Si mis lectores me insisten en que les diga cuál es el descubrimiento social
más trascendental de estos dos últimos siglos,
no tendré más remedio que responder:
el impacto insospechado en su vida de adulto
de lo acontecido al bebé desde el vientre de la madre."
Eduard Punset

Cuando un bebé humano nace,  como todos los primates y como todos los mamíferos, (o incluso más inmaduro que el resto, debido a que la plasticidad neuronal de su gran cerebro termina de modelarse fuera, en la cultura) , espera encontrarse en un entorno acogedor, en su HÁBITAT BIOLÓGICO natural: sobre su madre, mamar, ser llevado en brazos, ser atendido y tocado, ver sus necesidades básicas satisfechas: comida, calor, cariño, compañía, noche y día.

Pronto, se da cuenta de que ese AMOR incondicional que él espera no es así de incondicional: pronto aprende que para recibir aprobación y aceptación de sus padres debe comportarse de "determinada manera". Que su llanto (principal modo de expresión) no siempre va a ser atendido, que sus deseos de succionar van a ser desviados, que su necesidad permanente de compañía no siempre va a ser satisfecha... que no puede obtener lo que desea, que no es entendido, que es adiestrado en un sentido u otro, que algunas cosas están "bien" y otras "mal".

O sea, tiene que REPRIMIR (Freud) sus deseos y ajustar su conducta a aquello que se espera de él. Tiene que aprender que unas cosas pueda hacerlas o expresarlas y otras no.

Todo lo que se reprime, lo que se prohibe, lo que se niega, se convierte en inconsciente, se convierte en SOMBRA. (Jung). Nuestros deseos no desaparecen, nuestra energía vital o sexual reprimida no se difumina, nuestras malas experiencias no se desvanecen. Se olvidan, se sacan de la memoria y de la conciencia, pero no se evaporan (la energía ni se crea ni se destruye): en el plano mental, van a la sombra; en el plano físico, conforman la CORAZA (Reich).

«La sombra personal se desarrolla en todos nosotros de manera natural durante la infancia. Cuando nos identificamos con determinados rasgos ideales de nuestra personalidad -como la buena educación y la generosidad, por ejemplo, cualidades que, por otra parte, son reforzadas sistemáticamente por el entorno que nos rodea- vamos configurando lo que W. Brugh Joy llama el Yo de las Resoluciones de Año Nuevo. No obstante, al mismo tiempo, vamos desterrando también a la sombra aquellas otras cualidades que no se adecuan a nuestra imagen ideal -como la grosería y el egoísmo, por ejemplo -. De esta manera, el ego y la sombra se van edificando simultáneamente, alimentándose, por así decirlo, de la misma experiencia vital.» (Zweig, Connie y Jeremiah Abrams: Encuentro con la sombra. El poder del lado oculto de la naturaleza humana, Kairós, 1993).

Muchas son las técnicas y terapias existentes para contactar con la sombra, para recuperar lo que aparentemente, por desagradable, nuestra mente mandó al olvido, pero que es en realidad lo que controla un buen porcentaje de nuestro comportamiento: muchas de las cosas que hacemos las hacemos simplemente con el ansia de obtener el amor, la aprobación, la mirada, la atención, el placer o el bienestar que no obtuvimos de niños.

Pero no sólo en el plano mental la represión se queda guardada. También en el plano físico. Y quizás esta es una de las formas más sencillas de explicar la relación cuerpo/mente. El cuerpo también reacciona frente a la represión: en forma de acorazamiento, de tensiones que se acumulan en nuestros músculos, en nuestros órganos y en nuestras células. La huella celular y neurológica de la represión está siendo demostrada cada vez más por la NEUROCIENCIA.

De ahí que la represión y la deprivación afectiva también estén directamente relacionadas con la ENFERMEDAD. Nuestras células, nuestras neuronas, nuestros tejidos, acusan el malestar, y nuestros mecanismos de autorregulación fisiológica se alteran. Como dice Alice Miller, el cuerpo nunca miente.  También en La enfermedad como camino, al explicar el origen psicosomático de la enfermedad, sus autores reconocen que casi todas las enfermedades están relacionadas con la REPRESIÓN SEXUAL y con la represión de la AGRESIVIDAD (que tienen el mismo origen).

LA NEUROCIENCIA está demostrando hoy que cuando el bebé llora sostenidamente sin ser atendido, cuando el bebé está en ESTRÉS, cuando el bebé no recibe el confort humano que necesita y requiere para su supervivencia,  cuando sufre ABANDONO, cuando se repliega y deja de pedir lo que necesita porque se ha convencido de que no va a ser atendido, cuando se le niega el PLACER CORPORAL...  la ADRENALINA y los neurotransmisores del MIEDO, mantenidos durante mucho TIEMPO, configuran nuestro CEREBRO para la AGRESIVIDAD, para el egoísmo, el autoritarismo y la VIOLENCIA.

«Cuando no hay mucho contacto o existe una falta de cuidados, es más probable que el cerebro desarrolle un sistema dirigido fundamentalmente por la adrenalina. Esto dará lugar a un tipo más violento, más agitado, algo que tiene sentido desde un punto de vista evolutivo. Cuanto menos protegido esté un niño por sus padres, más agresivo tiene que ser para sobrevivir». (Cozolino, Louis: The neuroscience of human relationships. Attachment And the Developing Social Brain, WW Norton & Company, New York, 2006.)
De ahí que la VIOLENCIA SOCIAL se transmita a nivel individual en cada niño que nace, y que es tratado con la misma PEDAGOGÍA NEGRA (Alice Miller) con que sus padres fueron tratados, transmitiendo el miedo, la neurosis, la agresividad y la propensión a la enfermedad, de generación en generación.

En cambio, cuando los bebés nacen naturalmente (o incluso orgásticamente) y son criados en contacto físico permanente y respetando poco a poco la libertad que ellos mismos van conquistando, la OXITOCINA, la hormona del amor, inunda su cerebro y su cuerpo, proporcionando la sensación de placer que ayuda a la formación de su cerebro y de su cuerpo para la relajación, para el bienestar, para la PAZ, consigo mismo y con los demás.

La buena noticia es, sin embargo, que los males de la infancia no tienen por qué atraparnos para siempre.  Desde que tenemos el valor de reconocer lo que nos pasa, desde que emprendemos la aventura de la conciencia, desde que reconstruimos los añicos del puzzle de nuestra biografía humana (Laura Gutman) y aprendemos a mirarnos con ojos nuevos y a amarnos a nosotros mismos como siempre merecimos ser amados; entonces comenzamos poco a poco a recuperar la libertad, la salud, la energía vital y el control sobre nuestra vida. Cualquier momento es bueno para re-comenzar, para reactivar los circuitos del placer, para darle a la oxitocina, a los vínculos y al amor propio el lugar que merecen en nuestras vidas.

La represión de la SEXUALIDAD FEMENINA (Eva pecadora, condenada a parir con dolor y a ser dominada por el marido) ha sido un mecanismo, consecuencia y a la vez causa, de que las mujeres -potenciales madres- nos desconectemos de nuestras pulsiones, perdamos nuestra autoestima y nuestra fuerza, y llegado el momento no podamos sostener a las crías humanas en el HABITAT de amor, fluidos, libido, oxitocina, sostén corporal... en que espera ser recibida. No es la represión de la mujer el objetivo final: es la represión de cada nuevo ser que nazca, a través de la madre "frígida". De ahí que las sociedades que son represivas con la mujer, a través de la MORAL o directamente del castigo, son además VIOLENTAS en todos los sentidos.
«La más grande amenaza para la paz del mundo proviene de aquellas naciones que tienen los ambientes más pobres para sus niños, y que son las más represivas en cuanto al afecto sexual y a la sexualidad femenina» (Prescott, James W. "El placer corporal y el origen de la violencia", Revista The Futurist, 1975).
La crianza reprimida y robotizada; la privación, represión y desvalorización del PLACER; la represión de la sexualidad femenina y el ocultamiento de su relación con la CAPACIDAD MATERNANTE de las mujeres (la madre Virgen. Para comprender la naturaleza sexual de la maternidad, leer a Casilda Rodrigañez); la represión de la SEXUALIDAD infantil (todo el mundo sabe que la sexualidad es inherente a nuestra vida desde que nacemos hasta qué morimos ¿en qué consiste la sexualidad de un bebé?): han sido los mecanismos mediante los cuales se ha reproducido la DOMINACIÓN de clases, el patriarcado, la violencia, la explotación laboral, la explotación intensiva de la NATURALEZA, el maltrato al resto de las especies, y todas las formas de violencia y de coacción de la libertad del otro que han caracterizado a la humanidad desde que la Historia cuenta.

Ahí es donde hay que bucear si queremos comenzar a comprender algo.
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24 de abril de 2011

La aventura de la conciencia



"La aventura de una vida humana es, ante todo, la aventura de la conciencia. Cuanto más conscientes seamos, más libres seremos. Cuanto más decidamos sobre nuestra vida en lugar de obedecer ciegamente a cualquier tipo de programación, más desarrollaremos nuestro ser único, independiente, autónomo. De este modo, llegaremos a ser algo más de lo que hemos recibido, ya que vamos añadiendo lo que verdaderamente somos. Libres para decidir por nosotros mismos, ¿se puede decir que contemplaremos de manera distinta lo que queremos legar a nuestros hijos?"

Langlois, Doris y Lise: Psicogenealogía. Cómo transformar la herencia psicológica. Ediciones Obelisco, Barcelona, 2010, pág. 239. (1ª ed. Les Éditions de l'Homme, 2005). Doris y Lise Langlois son expertas en aproximación sistémica, en terapia de duelo, en programación neurolingüística y en intervención breve en el Mental Research Institute de Palo Alto, en California. 

19 de abril de 2011

Decálogo para bloguer@s

Soy cubana, y soy bloguera, pero me temo que no soy una "bloguera cubana". Por bloguer@ cuban@ todo el mundo entendería alguien cuyo tema de conversación es Cuba y su política. Sobre todo, si vives dentro del país y tu blog es la única y arriesgada manera de expresión posible contra un sistema de pensamiento único. La bloguera más famosa del mundo es cubana, como todos sabemos.

Dicen los psicogenealogistas que los hijos estamos abocados a cumplir el contrato inconsciente, el guión que nuestros padres han previsto para nosotros. No importa que nos rebelemos: si hacemos justamente lo contrario a lo que ellos deseaban, también estamos cumpliendo el contrato, pero en inverso. Así que, como en la tragedia de Edipo, el "destino" son los padres. A menos que en el camino despertemos la conciencia y encontremos nuestro propio lugar y nuestro propio centro, libre de sumisión y libre de rencores, pero parece que de momento es muy escaso el porcentaje de humanidad que logra semejante propósito.

Los cubanos, los de dentro y los de fuera, los de Cuba y los de Miami, el par de millones que estamos esparcidos por el mundo entero, seguimos poseídos por el guión que "papá Fidel" concibió para nosotros. No sabemos ni podemos hablar de otra cosa. La "problemática cubana" es tan dura para todos que no podemos sustraernos de ella, quizás haya que avanzar un par de generaciones.

El día que los cubanos, en cualquier parte del mundo, podamos hablar de moda, de comida, de viajes, de maternidad, de física cuántica o de la inmortalidad del cangrejo, con naturalidad y sin que asome por ninguna parte el fantasma de la política nacional, entonces nos habremos realmente "liberado del hechizo" y supondrá que la islita ya es un país "normal" que no sale en las noticias ni recibe la proyección de los sueños irrealizados de la izquierda mundial.

Mientras, no puedo resistir la tentación de compartir por aquí un texto escrito por uno de los blogueros cubanos más lúcidos (a mi parecer) que ahora mismo escribe en la red. Se trata de Ernesto Morales, un joven periodista que inició su proyecto El Pequeño Hermano en Cuba, y que hace unos meses se ha ido a vivir a Miami. Es muy difícil librarse del hechizo, pero al menos Ernesto hace un ejercicio de dignidad intentando defender la independencia y la honestidad de su criterio, no siempre coincidente con el dogma de los bandos oficialistas de Cuba y de Miami.

Su décalogo para un bloguero cubano, aunque él mismo dice que carece de universalidad, es aplicable en general a cualquier blogger (el anglicismo me permite la neutralidad de género), no sólo los cubanos y no sólo los que hablan de política, así que blogueros y blogueras del mundo, disfrutadlo:



Por Ernesto Morales Licea
Vía| El pequeño hermano
(Las negritas son mías. IMH)


Desde sus Olimpos literarios, cuando ya habían rendido al mundo lector con sus ficciones tremendas, Borges, Monterroso, Quiroga, Bukowski, escribieron decálogos para jóvenes escritores. Decálogos como sutiles advertencias, quizás.

Otros, no conformes con la brevedad, se lo tomaron más en serio: Rainer María Rilke publicó sus “Cartas a un joven poeta”, y Mario Vargas Llosa, equilibrando géneros, sus “Cartas a un joven novelista”.

Yo comparto con ellos sólo un aspecto: la enfermedad de la escritura. No tengo Olimpo ganado, aunque sí descaradamente deseado. Pero en algo les aventajo: esos señores de inmortalidad merecida (exceptuando el reciente Premio Nobel) jamás conocieron la palabra blog. Ni siquiera un alucinado como Ray Bradbury pudo entrever un futuro de espacios digitales donde publicar con libertad endemoniada.

Por eso hoy he querido perpetuar la tradición. Esta vez, esbozando un decálogo que, lamentablemente, adolece de universalidad: he querido dedicarlo a un posible bloguero cubano que quizás, en este preciso segundo, valora la posibilidad de abrir su bitácora desafiante.


1. Ya lo decidiste, ya le diste nombre. Lo lanzaste a rodar en la gran red. Con suerte, algún colega te lo promocionó en su propio espacio y ganaste tus primeros lectores. Pues bien, que lo sepas: acabas de ganarte una carga tremenda. Tu blog no se convertirá en tu mascota, se convertirá en tu hijo. Y a diferencia de las mascotas, que se juega un rato con ellas y luego se las deja a su albedrío en la casa, los hijos no toleran el desentendimiento. Que sepas que, como en aquel texto de Cortázar con el reloj, tú no te has regalado un blog a ti mismo: acabas de ser el regalo para un blog que en lo adelante te tendrá a sus pies.

2. El día que publiques tu texto más esmerado, puede que contabilices diez lectores, de los cuales la mitad haya entrado a tu web por error. El día que publiques tu texto más mediocre e inacabado, puedes llamar la atención de alguien con mucho crédito en la red, y ser recomendado. Ese día tendrás miles de lectores a quienes no tendrás cómo decirle: “Por favor, cuando termines este, entra a leer aquel otro, que es mejor…” Conclusión primera: nunca publiques rellenos. Conclusión segunda: reza porque el día en que publiques el relleno, el texto que no te pudo salir mejor, nadie con credenciales decida fijarse en ti.

3. Como vives en Cuba, la libertad de expresión te suena a expresión hueca. Sin embargo, sabes que la necesitas. Y te la procuras a contracorriente. Eso siempre será admirable. Regla infalible: los lectores se dan cuenta cuando algo es escrito desde la honestidad, y cuando obedece a órdenes superiores. Siempre tendrán incomparablemente más seguidores, consultantes, lectores en general, los espacios que se escriben desde la necesidad de expresión, que aquellos que obedecen a funciones de trabajo. Quizás eso responda tu pregunta de por qué los blogs oficialistas cubanos, solo tienen a sus familias y amigos como lectores fieles.

4. Tu arrojo te hará ganar inmediatos adeptos. Aplaudirán tu valentía para enfrentarte al régimen que desapruebas. Eso es hermoso. Pero cuidado: no creas que todos son aplausos sinceros. Muchos, son aplausos que solo llegarán cuando tus posts coincidan con sus propias visiones. Algunos pretendidos demócratas que te ovacionarán serán los mismos que no tardarán en lanzar aullidos de fuego en tu contra si alguna vez escribes, con la misma honestidad de siempre, pero contrario a puntos para ellos intocables. La lección es: recuerda que estás solo. Recuerda que debes obedecer a ti, a tus impulsos vitales. Y que los aplausos deberán interesarte menos cada vez.

5. Y como estás solo en lo conceptual, también lo estás en la práctica: no importa cuántas veces solicites apoyo financiero para sostener tu bitácora. No importa que miles de personas la tomen como referencia. En el instante en que alguno de esos miles de lectores tengan que firmar una contribución para tu trabajo, tendrás plena conciencia de tu quijotesca soledad. Fina ironía: los mismos que te exigen actualización, que te exigen determinados temas o enfoques, son los que, finalizada la lectura, se desentenderán de tu página aunque tú les digas que necesitas algún apoyo económico. La soledad del escritor y la del bloguero son carne de la misma carne.

6. Un punto interesante: jamás dudes que, a pesar de la soledad del punto anterior, encontrarás supuestos administradores de tu blog, censores, directores de tu política editorial. No importa que afirmes una y otra vez: este es mi espacio, aquí digo lo que digo, para eso lo fundé. No importa. Siempre llegará uno a decirte: “Yo creo que no debiste escribir sobre este tema, y sí sobre este otro”. Llegará otro a decirte: “Estás muy equivocado, quién te crees que eres para decir esto”. Y tú dudarás entre responderle que eres el autor de esa página, que no le pides permiso a un lector para escribir, como tampoco se lo pides a un gobierno; o responderle con tu silencio. Hay veces que es mejor el silencio. No gastes recursos defendiendo tu derecho a decir lo que te venga en ganas. Quienes a veces sí lo gastamos, nos damos cuenta que es un caso perdido: no comprenden que tu libertad de expresión, lo es de verdad.

7. La otra cara de la moneda, con la que deberás lidiar de lleno, es con los empleados del Poder. Los diligentes obreros de la web, que sí encuentran financiamiento por parte del gobierno dela Isla, y cuya única función será, en lo adelante, combatir tu espacio. ¿Cómo? Los medios son infinitos. Alístate para una guerra sin cuartel, y sin principios ni códigos de ética. Lo mismo colgarán comentarios de que eres un pederasta, de que tu hermana es lesbiana, que echarán a rodar rumores bien pensados: por ejemplo, que eres de la Seguridad del Estado. Esa es una táctica brillante contra la que no tienes nada que hacer: pocas cosas son más difíciles de probar, que la inocencia. Alístate para ver foto-montajes tuyos, para saber de amigos que hoy te rechazan por miedo, y para saber que muchas puertas en lo adelante se te habrán cerrado. Algunas, en sentido literal. Preguntarle si no a Claudia Cadelo desde cuándo no cruza las puertas del cine Chaplin. ¿Pero sabes qué? Hay algo contra lo que no tienen armas esos empleados del Poder: contra tu voluntad de ser digno, tu voluntad de no callar. Eso les quitará el sueño a ellos, no a ti.

8. No te preguntes cómo, porque a veces no lo entenderás, pero ten la seguridad de que las personas que te rodean, aun las que no conoces, leerán tu blog. Los fenómenos exóticos llaman la atención. Y un blog sin miedo en un país de muchos cobardes es un fenómeno exótico. Cuando pienses que sólo escribirás para el mundo, ten conciencia de que tu vecino, aunque no te lo diga por precaución, lee e imprime tus textos. Y secretamente, te admira.

9. Paciencia con la estupidez humana. Si aceptas que otras personas, tus seguidores, comenten sus opiniones bajo tu escrito, deberás armarte de una coraza sólida contra insultos y tonterías. Si no tienes madera para lidiar con esto, mejor desactiva la opción de comentar. La cosa es simple: enviarlos a la papelera si son obscenos y ofensivos, o aprobarlos si son encendidos pero respetuosos. Como estás solo en esto, no hay que consultar o aprobar con votos a favor y votos en contra. Tu blog es tu democracia, y no olvides que si tú lo padeces, tú lo decides.

10. Pregúntate, como Rilke a los poetas, si podrías vivir sin escribir tu blog. Si la respuesta es sí, ni te tomes el trabajo de comenzarlo. Lo abandonarás en muy poco tiempo. Si la respuesta es no, si tu necesidad de expresión es irrefrenable, y si crees que en verdad tienes algo para decir, desentiéndete de los nueve puntos anteriores, y solo inscribe estas palabras en tu cabeza: no tendrás felicidad más completa que saberte consecuente contigo. Tu blog será un grito de libertad que escucharemos desde todos los lados del mar.

18 de abril de 2011

Imagina



Tomado de Imagine a Woman in Love with Herself, by Patricia Lynn Reilly, M. Div., (c) 1995


Imagina una mujer que cree que es correcto y bueno que ella sea mujer. Una mujer que honra su experiencia y cuenta sus historias. Que no acepta cargar con los pecados de otros en su cuerpo y su vida.


Imagina una mujer que cree que ella es buena. Una mujer que confía en sí misma y se respeta. Que escucha sus necesidades y deseos y los abraza con ternura y gracia.

Imagina una mujer que ha reconocido la influencia del pasado en el presente. Una mujer que ha recorrido su pasado. Que ha sanado en el presente.

Imagina una mujer autora de su propia vida. Una mujer que inicia, se esfuerza y se mueve en su propio nombre. Que no acepta rendirse, excepto a su Ser más verdadero y a su voz más sabia.

Imagina una mujer que nombra a sus propios dioses. Una mujer que imagina la divinidad a su imagen y semejanza. Que diseña su propia espiritualidad y permite que ella le informe su vida diaria.

Imagina una mujer enamorada de su propio cuerpo. Una mujer que cree que su cuerpo es suficiente, tal como es. Que celebra su cuerpo y sus ritmos y ciclos como un recurso exquisito.

Imagina una mujer que honra el rostro de la Diosa en su propio rostro cambiante. Una mujer que celebra la acumulación de sus años y su sabiduría. Que se niega a usar una preciosa energía ocultando los cambios en su cuerpo y en su vida.

Imagina una mujer que valora a las mujeres en su vida. Una mujer que se sienta en círculos de mujeres. Que le recuerdan la verdad sobre sí misma cuando ella olvida.

Imagínate a ti misma como esa mujer.

13 de abril de 2011

Criar seres libres

Por Ileana Medina Hernández


Fábrica china

Cuando en el neolítico (hace alrededor de unos pocos 7000 años), los hombres que vivían a las orillas de grandes ríos aprendieron a cultivar, descubrieron que podían vivir sedentariamente y producir más alimentos de los que necesitaban. Surgió así, para decirlo en términos marxistas, el "sobrante o excedente" y con él, el comercio y la especialización. Lo que a unos les sobraba se vendía o intercambiaba con lo que le sobraba a otros. Como necesidad del comercio surgió también la escritura, en aquellas tablillas de arcilla de la antigua Mesopotamia.

A la vez, algunos hombres aprovecharon su fuerza (y la carencia de otros) para poner a trabajar a otros hombres para ellos, de manera que pudieran obtener aún más beneficios a costa del trabajo de otros. Así, por primera vez en la vida natural, unos seres vivos comenzaron a invertir energías (en este caso "trabajo") no para su propia supervivencia ni la de su familia, sino para otros diferentes. Surgen así las llamadas "sociedades de clases". Primero bajo la forma esclavista, luego feudal y finalmente capitalista. (1)

Pero estas sociedades de DOMINACIÓN  de unos hombres sobre otros no hubieran sido posibles si a la vez la forma de criar y educar a los niños no los hubiera preparado -desde el mismo momento del nacimiento- para eso: para ser amos o esclavos.

Por eso a las sociedades de dominación, a las sociedades de clases, también se las ha llamado PATRIARCADO. Estrictamente hablando, patriarcado significa "gobierno de los padres". El patriarcado se ha asociado comúnmente al dominio de los hombres sobre las mujeres, pero en su origen semítico, los patriarcas eran aquellos "padres" de los que "descendían" todas las tribus y grupos humanos (tomando la línea masculina y obviando la femenina).

El dominio del hombre sobre la mujer es pues inseparable del dominio de los padres sobre sus hijos, y del dominio general de unos seres humanos sobre otros. Todas las formas de poder son en el fondo lo mismo. Sólo dominando el hombre sobre la mujer, secuestrando su sexualidad y el poder sobre el fruto de su vientre, podía perpetuarse la dominación de una generación a otra, y de unas castas sobre otras.

Nuestra civilización, la civilización occidental judeo-cristiana, se ha erigido sobre esos pilares: la sociedad de la dominación, la sociedad de clases, la sociedad patriarcal, la sociedad adultocéntrica, la religión monoteísta, nacieron en el mismo punto: reprimiendo a las criaturas desde su nacimiento, reprimiendo nuestra vitalidad, nuestra sexualidad y nuestra personalidad, para que nos adaptemos a la estructura social dominante-dominado.

Los primeros en explicar claramente los mecanismos de dominación "del hombre sobre el hombre" fueron Marx y Engels. Sobre su obra se erige la división izquierda/derecha y comunista/capitalista que se impuso en el mundo en el siglo XX. Pero el modelo del comunismo utópico marxista en la práctica se convirtió en una nueva pesadilla totalitaria, mucho más retrógrada que las sociedades democráticas capitalistas que salieron fortalecidas tras la Segunda Guerra Mundial.

La división izquierda/derecha, comunismo/capitalismo, socialismo/liberalismo, desarrollo/ subdesarrollo, primermundo/tercermundo, colonialismo/neocolonialismo, machismo/feminismo... se ha revelado en fin, reproductora del mismo sistema de dominación básico, el mismo que surgió allí entre el Tigris y el Éufrates hace 7000 años, y en otros puntos del planeta más o menos simultáneamente.

Es curioso como en la sociedades actuales, las supuestas "sociedades del bienestar",  los seres humanos hemos dejado de tener conciencia sobre el funcionamiento de la dominación. (O quizás nunca la hemos tenido: como dijo el sociólogo español Jesús Ibañez, la dominación debe ser inconsciente para poder funcionar).

La "clase media" de la sociedad del bienestar ingenuamente se cree liberada (en realidad se cree "rica", lo de la libertad no es importante). Las mujeres nos creemos "liberadas" al acceder al mercado laboral. Hemos cambiado la noción de lucha de clases, por las cuotas de sexos, pero el problema sigue siendo el mismo. Curiosamente, se quiere hacer ver que la libertad radica en tener acceso a un puesto de trabajo remunerado, con salarios cada vez más altos y bienes de consumo cada vez más extravagantes, que no nos quitan el miedo ni nos devuelven la felicidad. Justamente es ahí donde se produce la dominación. ¿Cómo podemos no darnos cuenta de que el trabajo asalariado de hoy es la nueva forma -aparentemente "rica" y tecnologizada- que asume el trabajo de los siervos de la gleba feudales, o de los esclavos romanos?

¿Cómo podemos no darnos cuenta de que acceder al mercado laboral, o acceder incluso a puestos de mando, de poder, no nos "libera", y que además, desplaza la dominación del norte al sur, de los ricos a los pobres, de unos sujetos a otros? Los dominadores tampoco son libres, pues necesitan patológicamente a los dominados para ser.

Y nos creemos que es un tema "político", o "económico", que no tiene solución, o que debe tratarse en los parlamentos, en los gobiernos, en la ONU, en el Club Bilderberg o en los despachos de las grandes multinacionales.

Porque es allí, sí, en la macroeconomía y en la macropolítica donde se hace visible la dominación.

¿PERO DÓNDE SE RE-PRODUCE?

La sociedad patológica, la sociedad esquizofrénica (como dijeron Deleuze y Guattari), la sociedad de neurosis colectiva donde sólo podemos ganar o perder, ser dominantes o dominados, se re-produce con y en cada niño que nace.

La dominación comienza, se produce y se re-produce no allí afuera, en el lugar de la política y la "lucha de clases", sino en el seno de cada familia, en cada habitación, en la vida íntima y privada donde se REPRIME al ser humano cuando más vulnerable es y se le "entrena" para la dominación social. Los primeros "dominadores" somos los padres.

El malestar social e individual, se reproduce en cada niño que nace de una madre patriarcal robotizada, ausente, frígida, víctima, dominante, maltratada o deprimida. En cada niño que es separado de su madre nada más nacer, y se le deja llorar solo, sufriendo en el nido, como dice Michel Odent, su "primera experiencia de sumisión". En cada niño que se "domestica" para que aprenda a dormir solo, para que no exprese sus deseos, para que no reclame sus derechos ni exprese sus necesidades emocionales. En cada niño que "ya-está-limpio-y-comido-¿qué-más-quiere-ahora?".  En cada niño que es mandado a callar, que es castigado o abofeteado "por su propio bien". En cada niño que en su casa aprende a "obedecer" sin rechistar, a satisfacer las necesidades de los adultos, a "ser bueno, tranquilo y OBEDIENTE". En cada niño que es dejado todo el día en manos de otras personas que lo tratarán, en el mejor de los casos, "como uno más". En cada niño que se escolariza muy tempranamente, y aprende a diluirse en la masa desde bien pronto, y a "seguir unas normas y unas rutinas" que no tienen nada que ver con sus deseos, sus necesidades, su ritmo y su personalidad.

Es por eso, que la mujer dominada se convierte en la bisagra que garantiza la re-producción (de la dominación).  Es preciso acallarnos, desconectarnos de nuestro fuero interno desde niñas, para que llegado el momento de la maternidad no sintamos el deseo y la necesidad de amamantar, consolar, cargar, acompañar y permanecer junto al bebé, o si lo sentimos, no podamos manifestarlo ni defenderlo.

Es preciso desbaratar nuestra autoestima, nuestro poder y nuestra intuición; para que paramos atemorizadas y con dolor (el dolor del parto no es natural: está relacionado con el dominio del macho ¡eso fue lo que quiso decir la Biblia!), para que nos separemos más o menos a gusto de nuestro bebé; para que los criemos según las reglas de la dominación: sin cuerpo, sin nuestra propia leche, sin placer, sin brazos, sin compañía; para que seamos madres infantilizadas y depredadoras en lugar de madres nutritivas, cómplices activas de la dominación.

Para ello, para que no sintamos, para que deseemos incluso activamente separarnos de nuestros bebés, para que sintamos que el bebé es el "enemigo" y que nos arraca nuestra individualidad,  es necesario haber sido víctimas en nuestra propia infancia, provenir a la vez de una cadena de desamparo que se pierde en la prehistoria.

Para ello, es preciso que las mujeres construyamos nuestra autoestima en algún lugar fuera de nosotras mismas: en el maquillaje, el vestido, el peso corporal, la belleza física (impuesta según unos cánones determinados) o incluso en el talento académico o el éxito laboral: da igual, mientras sigamos siendo RE-PRODUCTORAS de la dominación,  mientras sigamos criando seres robotizados, acorazados, domesticados, listos para ser dominados o dominadores.

Es por eso que se ha querido calumniar y confundir el amor y el cuerpo maternal con la "malcriadez", con la "debilidad", con la "sobreprotección" o incluso con el "afeminamiento" (despectivo).

Es por eso que se sigue ocultando todo aquello que de verdad empodera a las mujeres, que nos hace libres, potentes y amantes, que nos tiene a bien con nuestra condición femenina, con nuestra fertilidad y con nuestro propio cuerpo. Es por eso que no se reconoce que la maternidad es sexualidad. Es por eso que se sigue negando a la naturaleza y acusando de "determinismo" a la defensa y recuperación de la fisiología de la mujer, y su relación con la libertad de todos los seres humanos.

Es por eso que la inmensa obra de Wilhelm Reich ha sido ocultada y censurada y no llega a los ámbitos académicos. Es por eso que seguimos negando el cuerpo, la sexualidad y el placer, a pesar de una aparente "liberación sexual" en realidad una performance pornográfica aislada de las emociones y necesidades psicosomáticas profundas del ser humano.

Es por eso que se le sigue restando importancia a la "etapa primal", que se le quita importancia al parto, a la lactancia, a los primeros meses y años de vida de los niños: porque es ahí precisamente DONDE SE INICIA Y SE CONSTRUYE LA DOMINACIÓN. Donde se prepara nuestro permeable e inmaduro cerebro, nuestra red neuronal, nuestro sistema emocional, para el miedo y para la guerra.

Es por eso que se ve o se quiere ver un dominio del macho sobre la hembra que no es más que un dominio del ser humano sobre sí mismo: cada niño varón que nace también será víctima, y por tanto se preparará para la guerra del más fuerte, para ser víctima o verdugo, para ser dominador o dominado, o las dos cosas a la vez (No hay más que ver como la gente más sádica con sus subordinados es también la más sumisa con sus superiores). Y cada niña hembra que nace sufrirá lo mismo, y se preparará para ser la re-productora de la dominación, para criar a nuestros hijos como mismo nos criaron a nosotras. No es una cuestión de machismo: todos somos víctimas en la sociedad de la dominación.

Incluye también a los dominadores y los abusadores: nadie se convierte en dominador o en abusador, si primeramente no es dominado o abusado. Es desde su privación primaria que sentirá la necesidad de dominar o de abusar sobre otros.

Es por eso: porque la verdadera "liberación" de la mujer sería o podría ser la liberación de la especie humana. Porque es desde el deseo maternal, desde el poderío de la mujer que no se deja arrebatar sus derechos en el parto y en la lactancia, desde la mujer conectada con su criatura que late con ella al unisono, que le provee de calor, cariño, calostro, protección, defensa... desde la satisfacción de las necesidades emocionales de los niños pequeños, desde la conexión con nuestras vísceras y con la naturaleza,  desde donde se empieza a criar seres libres (y viceversa).

Porque sólo desde el macho protector del nacimiento, de la madre y de la cría -y no desde el macho depredador- y con la protección de toda la estructura social,  es que pueden nacer, criarse y educarse seres humanos plenos, rompiendo el circuito de la dominación, que es el circuito de la enfermedad, individual y social.

Ese sea quizás el único modo de sanar la civilización, de superar el pensamiento binario patriarcal, de abandonar el enfoque adultocéntrico, de tomar el problema desde la raíz y construir una sociedad sana, desde el amor y desde la libertad.

(1) Claudio Naranjo, en su eminente ensayo Sanar la civilización (Ediciones La Llave, 2009), recorre las distintas teorías según las cuales el patriarcado pudo imponerse sobre las primitivas culturas matriarcales. Al final, se decanta por no considerar a los agricultores neolíticos ni a las ciudades-estado como los "responsables" del "desastre". Más bien se inclina a creer en la hipótesis de que la sequía y la desertización hicieron que algunas tribus neolíticas, obligadas por el hambre, volvieran a convertirse en nómadas y guerreros depredadores, y lograran imponerse sobre las comunidades agrícolas más cercanas a la tierra. Me gusta la idea de que es la carencia, la devastación, la que da origen al patriarcado, y no la abundancia.


DEBATE
Freud y Marcuse: ¿Es posible una civilización no represiva?

"El pesimismo de Freud se basaba en una constatación expresa en El malestar de la cultura: «Si la civilización es un inevitable curso de desarrollo desde el grupo de la familia hasta el grupo de la humanidad como conjunto, una intensificación del sentido de culpa -resultante del innato conflicto de ambivalencia, de la eterna lucha entre la inclinación hacia el amor y la muerte-, estará inextricablemente unido con él, hasta que quizá el sentido de culpa alcance una magnitud que los individuos difícilmente puedan soportar.» De lo que se deduce que para Freud la felicidad no tenía rango de valor cultural. Pero, ¿de dónde surge esta culpa, este "pecado original" que se reproduce desde los orígenes de la Humanidad y que pesa como una maldición en cada generación? Surge de una transgresión social que Freud explicó mediante la hipótesis de la horda primitiva. En ésta un individuo, el padre, se impuso a otros, y a fin de garantizar la cohesión de la horda, organizada en la dominación, impuso una serie de restricciones: monopolizó a las mujeres -es decir, el placer- y estableció en consecuencia unos tabúes y unos deberes hacia la comunidad- fundamentalmente el deber del trabajo a fin de satisfacer las necesidades del grupo-. Pero los hijos se rebelaron contra los tabúes que impedían la obtención del placer y contra los deberes penosos. La rebelión culminó con el asesinato del padre, que fue sustituido por el clan fraterno, pero éste, a fin de asegurar la cohesión del grupo, mantuvo las prohibiciones, los tabúes que el padre había implantado. El crimen primario había producido un sentimiento de culpabilidad y éste, a su vez, había llevado a una restauración de la autoridad, por momentos suprimida. En este momento nació, según Freud, la civilización, indeleblemente unida a esta culpa original, que se reproduce a escala ontogénetica y filogenética, en cada individuo y en cada generación. El instinto de muerte, de agresión que de él se deriva, acabó con la dominación del padre, pero el remordimiento que produjo el amor que los hijos sentían por el padre (recuérdese la innata ambivalencia antes referida por Freud) creó el super-ego (superyó).  
(...) Como que el trabajo es generalmente doloroso, funciona a contrario del principio de placer. La civilización se basa así en una renuncia a la vida instintiva (al principio del placer). Pero esta represión de los instintos sexuales -inclusive los agresivos de los que Eros extrae también energía para canalizarla en obras de cultura, en trabajo- termina por hacer fracasar la obra misma de Eros. El callejón sin salida de la civilización radica en que por un lado debe reprimir los instintos sexuales, pero por otro esta represión fortalece los instintos destructivos que terminan por escapar del dominio de Eros. En consecuencia, esta civilización reprimida y represora es incapaz de controlar la agresividad que genera. (...) En consecuencia, la culpa, como afirmaba Freud, es cada vez mayor, puesto que mayor es la destructividad que genera la civilización en su progreso.
(...) De esta reinterpretación de Freud a la luz del marxismo surgen dos aportaciones, que son, con mucho lo más original de Eros y Civilización. La primera de ella es el concepto de represión sobrante (surplus repression).

La represión sobrante es un principio económico que se refiere a la cantidad de energía libidinosa que se desvía de sus fines, más allá de la estricta represión de los instintos necesaria para que exista civilización. El surplus es una cuota adicional y monstruosa que la humanidad paga porque la sociedad está estructurada bajo la dominación. Y esta, históricamente hablando, es la dominación del capital. Esta represión sobrante, que se adiciona a través de los medios de reproducción social de la dominación -familia, escuela, etc.- ha llegado, según Marcuse, al paroxismo de las sociedades de capitalismo avanzado en las que a un trabajo alienante, no gratificador, se superpone el control del tiempo libre, último reducto en el que antaño el principio del placer encontraba su -parcial- plasmación. "

Prólogo no firmado de la Edición de la Editorial SARPE SA, 1983, de la obra de Herbert Marcuse Eros y Civilización.
Ni Freud ni Marcuse pudieron ver una respuesta aparentemente sencilla: el problema es que se parte de "el padre". Así, el problema del "malestar en la cultura", de la civilización, de la culpa, de la agresividad y el Tanatos que crece en la misma medida que crece el progreso, es el punto de partida patriarcal. La inversión del principio del placer y del amor, por el principio de la dominación, la represión y el trabajo.

El Alfabeto contra la Diosa

Hay un libro imprescindible: El Alfabeto contra la Diosa, escrito por un médico norteamericano, Leonard Shlain, y que se publicó en español por la Editorial Debate en el año 2000.

Como suele suceder con todo lo que es verdaderamente revelador, ya no se encuentra en ninguna parte, y la editorial lo ha descatalogado.

Reproduzco en este blog lo que escribí hace unos años, cuando les hablé de este libro a mis alumnos de Teoría de la Comunicación Social. Entonces, me centré en el aspecto de la comunicación social, pero es igualmente imprescindible para entender la femineidad, y la dinámica que entre lo "masculino" y lo "femenino" se ha establecido en los miles de años de civilización occidental.

Ojalá alguna editorial lo recupere en castellano.





Por Ileana Medina Hernández  

Publicado anteriormente en Revista Latina de Comunicación Social y en El Recodo de F y 3era. (2000).


Acaba de aparecer, desde fuera de los ámbitos académicos, la edición española de "El alfabeto contra la diosa", del médico norteamericano Leonard Shlain. De entrada, parece otro intento más por buscar explicaciones a la razón del dominio masculino durante más de 5.000 años en la llamada cultura occidental. Pero este libro inusual y provocativo es mucho más que una aproximación al problema de los géneros.

Amén de la clarificación en torno a las concepciones de lo femenino y lo masculino en nuestra tradición histórica -que ya sería importante e interesante aporte-, el libro de Shlain es ante todo un libro de comunicación. Ante la pregunta tradicional de a qué se debe la caída de la diosa y la aparición del patriarcado y la misoginia en la cultura occidental, a la que se le han dado diversas y rotundas respuestas que van de Engels a los clásicos feministas del siglo XX, Shlain propone una respuesta nueva y sorprendente: el reinado del patriarcado y el poder masculino se refuerza gracias al establecimiento de uno de nuestros más incuestionables elementos de progreso: la escritura.

Maravillosa declaración, porque es de esas respuestas que dan lugar a un sinnúmero de nuevas preguntas, el único tipo de respuestas que debiera conformar al hombre.

A través de más de 550 páginas de lectura absolutamente amena y seductora, este cirujano de California intenta desarrollar su hipótesis y conseguir demostrarnos que al menos, si no es la única razón, la aparición del alfabeto, de la escritura y de la lectura ha contribuido notablemente a reforzar unas formas de percepción y actuación cultural por encima de otras. Y esas formas de cultura coinciden con lo que tradicionalmente hemos considerado valores masculinos, heredados de la función cazador/matador de las sociedades primitivas.

Hace dos y tres décadas, un pensador canadiense también rompió los esquemas de la investigación norteamericana: Herbert Marshall McLuhan (1911-1980), en sus libros un poco oscuros y enigmáticos, nos enseñó a reconocer las grandes mutaciones que las distintas tecnologías y artefactos de la comunicación introducían en la forma de pensar del ser humano. Si los artefactos de la comunicación son prolongaciones de los sentidos del hombre, su forma tendrá que incidir en las maneras de percibir y construir el mundo y el conocimiento. Grande es la deuda del Dr. Shlain con la obra de McLuhan. Además de citarlo varias veces en su libro, él mismo reconoce en la página 16 que el leitmotiv de su estudio es precisamente ese aforismo mcluhaniano de "el medio es el mensaje", que tanta gente repite sin llegar a comprenderlo a fondo.

McLuhan teorizó que con la "galaxia Gutenberg", o sea, el reinado de la imprenta y la palabra escrita, la cultura occidental reforzaba unas formas de pensar asociadas a la linealidad, la secuencialidad, la abstracción, el razonamiento lógico, la figura más que el fondo. Actividades que se corresponden además con las funciones principales del hemisferio izquierdo del cerebro. Más importante que los contenidos que se trasmiten a través de los artefactos (los mensajes) son las variaciones que los propios medios introducen en las formas de pensar, de conocer y de actuar de los individuos y los grupos sociales. Luego, si la lengua escrita y su apoteosis -la imprenta- contribuyen a reforzar el dominio del hemisferio izquierdo y sus formas lineales y lógicas de pensar; la "aldea global" vendría entonces ahora a reforzar el dominio de la imagen sobre la palabra, de lo acústico, lo global, lo simultáneo, el fondo sobre la figura. Las habilidades del hemisferio derecho.


Dicho así, esta división parece demasiado maniquea. Científicamente es demostrable y demostrado que ambos hemisferios cerebrales, a pesar de la laterización, participan en todas las tareas, y que todos somos una suma de los dos principios; pero también está demostrado que unas funciones pueden estimularse más que otras. Lo que Shlain adiciona a la teoría de McLuhan es que a esa oposición entre palabra e imagen, entre hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, puede hacérsele corresponder la oposición masculino/femenino, que a aquel primer pensador no interesó. Y así explicar cómo el dominio de lo masculino está asociado con el poder de la escritura, del pensamiento lineal, lógico y racional que ha preponderado en nuestra cultura durante los últimos siglos.

Pero si de todos modos queremos desprendernos del análisis sexual, el libro de Shlain nos deja una actualización amena, esclarecedora, multidisciplinar y postmoderna de la obra de McLuhan. En la tradición de los diferentes estudios culturales y culturológicos de la comunicación, Shlain nos propone el fenómeno de la comunicación como a la vez conformado por y conformador de la cultura, de la sociedad. Queriendo explicar un problema que surgió hace 5.000 años, Shlain nos da las claves para comprender el futuro. Muchos somos los que nos preguntamos hoy por el impacto que están teniendo y tendrán las nuevas tecnologías de la información en la sociedad del tercer milenio.

Desde "El malestar en la cultura" de Freud, o las teorías críticas de la Escuela de Frankfurt, muchos pensadores del siglo XX han presagiado que algo estaba ocurriendo con la crisis de los valores de la Ilustración, del racionalismo, de la modernidad, en fin, de la escritura. Y que esto está relacionado con la aparición de las tecnologías primero de la radio y la televisión, hoy de la informática y las telecomunicaciones. Las quejas de que "los niños leen cada vez menos y cada vez ven más televisión" tienen su explicación en esta problemática. No se trata de la desaparición de la escritura, claro está, sino de su readecuación a nuevas formas de relacionarse con el mundo, a otras formas de "leer" el mundo. Quizás estemos llegando a la aldea global del hemisferio derecho, que según Shlain es también la del dominio de lo femenino. ¿Es eso el apocalipsis? ¿Podemos evitarlo? ¿Conviene evitarlo? ¿Podemos llegar al equilibrio entre los dos dominios? A ésas y otras muchas preguntas nos aboca este exquisito y abarcador libro, que, sin pretensiones academicistas, invoca mucho más a la reflexión y al pensamiento que muchas academias.

12 de abril de 2011

Encuentros de mujeres

Cada vez son más los grupos de mujeres que se reúnen en todas las ciudades, en busca de aquella "sabiduría" femenina que hemos perdido en un largo camino, y también tejiendo una red de apoyo que nos sostenga con la difícil tarea de la maternidad y la crianza.

Hoy comparto esta información sobre los talleres que la terapeuta Mónica de Felipe está impartiendo por todo el territorio español, en concreto el próximo en Málaga. Incluye un taller sobre el útero y una charla libre y gratuita para familias completas: ¿Qué ocurre cuando llega el primer hijo, o sea, cuando pasamos de pareja a trío? ¡Quienes estéis cerca, no os lo perdáis!




Vía| Criar con Apego

La terapeuta Mónica de Felipe y la Asociación Criar con Apego (Grupo de Apoyo a la crianza respetuosa en Málaga) celebramos el próximo 16 de Abril un Encuentro de Mujeres en Málaga.

En este día tan especial disfrutaremos de:

TALLER SOBRE EL ÚTERO

"Después de dos meses de estudio, las estadísticas indican que el 95 % de las mujeres
dejaron de sufrir dolor durante la menstruación, aumentó el deseo y el goce sexual
y se incrementó la vitalidad y creatividad."

Un espacio para conectar y relajar el útero. Relajar el útero nos permite conectar con una fuente inagotable de energía, lo que conlleva:

•Menstruaciones y partos sin dolor

•Mayor goce sexual

•Mayor creatividad y poder

•Más vitalidad y seguridad personal

•Tomar conciencia y desbloquear emociones…

Ideal para mujeres de cualquier edad (incluidas adolescentes) y en cualquier situación: embarazo, menopausia, puerperio, periodo fértil…

PLAZAS: 30

INSCRIPCIÓN: 40 € (posibilidad de descuento en caso no disponer de recursos económicos suficientes)

CHARLA “DE PAREJA A TRÍO”

Nos enamoramos y creamos una pareja. Entonces, en algún momento, dejamos de ser dos y nos convertimos en tres o en cuatro… y llega la crisis. Pero este cambio, de dos a tres, implica un desandar lo transitado y reelaborar la relación de forma que tenga cabida un nuevo sistema de intercambio. Durante los primeros años después del nacimiento del bebé, la madre en su totalidad se dedica a la cría. Es decir, que el bebé ocupa prácticamente todo el espacio emocional, fisiológico, sexual y mental de la madre. Mientras, el padre observa, perplejo, el desmoronamiento de su relación…

ENTRADA: Libre y gratuita hasta completar aforo

La charla además podrá seguirse en directo por internet, siguiendo las instrucciones que se explican AQUÍ.


TODOS LOS DATOS DEL EVENTO

•TEMA: Encuentro de Mujeres
•IMPARTE: Lic. Mónica de Felipe Larralde. Terapeuta Transpersonal, formada en relajación de adultos y niños por la Universidad de Granada, autora del Estudio sobre el Útero, creadora del Grupo Maternal.
•FECHA: Sábado 16 de Abril


•HORARIO:
◦Taller sobre el Útero: De 10 a 14 h. y de 16 a 18 h.
◦Charla “De pareja a trío”: De 18 a 20 h.

•ENTRADA:
◦Taller sobre el Útero: 40 € – 30 plazas
◦Charla “De pareja a trío”: Libre y gratuita hasta completar aforo


◦¿Puedo ir con mi bebé al encuentro?
•LUGAR: La Sala de Danza y Teatro C/ San Andrés N° 9
MAPA
•MÁS INFORMACIÓN:
◦Por teléfono: 647 757 773
◦Por e-mail: info@gmail.com

5 de abril de 2011

Pobres vacas, pobres humanos...

Por Ileana Medina Hernández

"Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana.
Y no estoy tan seguro de la primera."
- Albert Einstein.



Circula hoy en la red maternal de Facebook esta noticia. La primera expresión que me sale al leerla es: "¡pobres vacas, pobres humanos!". ¿Con qué derechos nos creemos los humanos sobre el resto de las especies vivas del planeta?

 Me llama la atención que, ante este nuevo paso de la "ciencia", se espera "la oposición de los grupos que se oponen a los alimentos transgénicos". ¿Y el resto de la humanidad no dirá nada? ¿Nada sobre las vacas, nada sobre las mujeres, nada sobre los bebés criados con tal "experimento científico"?

Casualmente esta mañana leía también la ilustrativa tabla que publica Eloísa sobre la diferencia entre la leche de fórmula y la leche materna. Y me vino a la cabeza una reflexión.

Está muy bien que la ciencia demuestre la superioridad de los ingredientes de la leche materna sobre cualquier otro sucedáneo. Cada día se descubren nuevos componentes, con importantes funciones sobre el organismo de los recién nacidos.

Pero yo creo que la ciencia está llegando a sus propios límites. ¿De verdad es necesario gastar recursos científicos en demostrar que la lactancia materna es lo mejor, o que los niños necesitan que sus padres los acaricien y hablen con ellos, o que lo mejor para un recién nacido es no ser separado de su madre, y  por otro lado, a la vez, en clonar vacas para que se conviertan en nodrizas humanas? ¿No es paradójico?

Espanta hasta donde puede llegar la necedad humana: que sea necesario dedicar tantos recursos a la investigación científica para; por un lado demostrar verdades de perogrullo, y por otro para lucrar con nuestra propia ignorancia y nuestra propia neurosis. Si el ser humano no estuviera tan lejos de su más elemental esencia, tanto unos como otros dineros podrían dedicarse a causas más urgentes, con el hambre que hay en el mundo.

¿Mucho más sencillo que manipular genéticamente a las vacas, no seria preguntarnos por qué la especie humana no puede o no quiere alimentar con nuestra leche a nuestros hijos?

Por mucha química y mucha clonación, el problema principal del biberón no son los ingredientes de la leche sucedánea.

No puede decirse mejor que con estas palabras de Casilda:

"Lo peor del chupete o del biberón no es que el pezón sea de plástico, sino el cuerpo que falta detrás del chupete o biberón. Lo peor no es que la leche artificial nutra peor o proteja menos; lo peor es que rompe la relación libidinal. En la maternidad, el ritmo del mundo visceral tiene que convertirse en un ritmo unísono de dos seres en simbiosis, un ritmo simbiótico. Como dice Gabriela Mistral, hemos de mecer nuestra carne para mecer la de nuestros hijos." *

Así, da un poco igual que clonemos a las vacas, o que fabriquemos leches de fórmula cada vez mejores. Pero va a seguir faltando lo esencial: el cuerpo materno. El placer que siente el bebé al succionar el pecho de su madre, su olor, sus latidos, la energía del intercambio con el cuerpo materno, la expansión de saberse en el lugar en que debe estar, en el mejor lugar del mundo.

Ay de quien no sepa apreciar la diferencia.

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*Rodrigañez, Casilda: La sexualidad y el funcionamiento de la dominación, 2008. Versión digital, 2011, pág. 136.