22 de febrero de 2012

El Método Estivill: el último eslabón de una larga cadena de doctrinas psicológicas y médicas hostiles a la Infancia

«Lo más llamativo es constatar la persistente hostilidad de la Psicología hacia los niños, la tendencia a injuriar su naturaleza cognitiva y afectiva y la recomendación de prácticas basadas en el sufrimiento pedagógico»


Autor: Juan Campos, Psicoterapeuta y escritor. (1)
Vía| Prodeni

¿Cómo se debe criar a los bebés y educar a los niños?

Si la Ciencia representa el conocimiento más seguro, universal y preciso sobre un tema parecería natural que cualquier persona razonable buscase la respuesta a esta pregunta entre los expertos profesionales, las personas formadas en el dominio de la Psicología Infantil. Sin embargo, surge un problema al comprobar que algunos, formados en el estudio de esta Ciencia- psicólogos, psicoterapeutas o pediatras- discrepamos de un buen número de doctrinas respaldadas por las corrientes dominantes en ella, que denunciamos como ideología hostil a la naturaleza y a las necesidades afectivas de los niños.

Ciertamente la Psicología Infantil no es sólo ideología. Contiene hechos verificados y relaciones de probable causalidad entre fenómenos difícilmente cuestionables. Pero lo que tiene de Ciencia se presenta con frecuencia contaminado por prejuicios más o menos ocultos y por valores no siempre transparentes ni asumibles. Los valores y los sentimientos forman parte esencial de esta Ciencia por ser su objeto los seres humanos en el comienzo de sus vidas.

Lo más llamativo es constatar la persistente hostilidad de la Psicología hacia los niños, la tendencia a injuriar su naturaleza cognitiva y afectiva y la recomendación de prácticas basadas en el sufrimiento pedagógico. Por sufrimiento pedagógico entiendo la apología de actitudes por parte de los adultos que por razones de crianza-pseudomédicas- o educación -pseudopsicológicas- causen dolor y malestar a los niños.

Todo bebé sufrirá inevitablemente dolores, frustraciones y limitaciones derivados de su dependencia y vulnerabilidad y de los azares de la naturaleza: dentición, fiebres, caídas, accidentes, frío, calor, a veces pérdidas de seres queridos, miseria, sobresaltos etc... Cualquier adulto con una sensibilidad moral adecuada se esfuerza en paliar estos malestares de los niños a su cargo. Pero buena parte de nuestros expertos, no contentos con que los niños soporten este sufrimiento inevitable en el existir humano, insisten en que el buen educador debe añadir a este sufrimiento otro con fines puramente formativos. A esto llama Alice Miller la pedagogía negra o venenosa.

En sus versiones más reprobables estas doctrinas llegan a negar que lo que a todas luces es señal de dolor y angustia en el bebé realmente lo sea. Se invalidan así los sentimientos del niño. Antes de dominar el lenguaje el bebé expresa su malestar, su soledad, su miedo, su dolor, su aburrimiento por medio del llanto. Su placer lo expresa con gorjeos, sonrisas, risas y otros sonidos que no pueden confundirse con las expresiones de sufrimiento. No pueden...salvo que uno sea un experto formado en Psicología. Dice por ejemplo el Dr. Estivill, para eludir justificar y debatir sus doctrinas, que las críticas a su método provienen solamente del Psicoanálisis. Se equivoca doblemente; en primer lugar porque muchos de los profesionales que rechazamos sus métodos no somos psicoanalistas y en segundo lugar porque el más somero estudio de los clásicos del Psicoanálisis le permitiría descubrir hasta qué punto su actitud de dejar a los bebés llorar sin consolarlos la han compartido Freud y sus seguidores.

Véase por ejemplo lo que escribía Melanie Klein, según muchos la psicoanalista más creativa desde Freud, a mediados del siglo XX :

“El primer y más natural resultado de nuestro conocimiento será por encima de todo la evitación de factores que el Psicoanálisis nos ha enseñado a considerar como gravemente injuriosos para la mente del niño. Exigiremos por tanto como una necesidad incondicional que el niño, desde el nacimiento, no comparta el dormitorio paterno”.

Y Donald W. Winnicott, pediatra y en su día presidente de la Internacional Psicoanalítica, hacía afirmaciones tan falsas, crueles y delirantes sobre el llanto infantil como las de Estivill:

“La mayoría de los bebés lloran mucho...Debería hablar primero del llanto de satisfacción, casi por placer...el placer forma parte de cualquier función corporal, así que una cierta cantidad de llanto puede decirse a veces que es satisfactoria para el lactante, mientras que menos de esa cantidad no hubiese sido suficiente”.

Se ha señalado que no hay nada original en el método Estivill, lo que es cierto. Está calcado del conductista Ferber. Pero quienes estudiábamos Psicología en los setenta ya conocíamos por Skinner estos métodos.

Y ya en los años veinte Watson, el fundador del Conductismo, afirmaba con tanta rotundidad como ignorancia que:

Las madres sencillamente no saben que, cuando besan a sus niños, los cogen y los acunan, los acarician y los columpian en sus rodillas, están lentamente creando un ser humano totalmente incapaz de enfrentarse al mundo en el que más tarde va a vivir”.

Suena familiar.

En los mismos años Ian D. Suttie, un psiquiatra escocés autor de un libro excelente en el que rebatía las doctrinas freudianas y su pesimismo antropológico, narraba su debate con el psicoanalista heterodoxo Alfred Adler, precisamente porque éste en su conferencia había defendido la necesidad de no acudir al llanto de los bebés.

En los años ochenta trabajé en la Escuela de la psicoanalista lacaniana Maud Mannoni. Nuestra niña había cumplido un año y seguía alimentándose a demanda al pecho materno. Tanto su madre, la psicoterapeuta Helen McCormack, como yo nos esforzábamos en responder a sus necesidades con la mayor prontitud posible y practicábamos el colecho, por ejemplo, cuando la niña lo pedía. Los lacanianos fruncían el ceño y nos recriminaban nuestra actitud. En su jerga no estábamos imponiendo la Ley del Padre, la Castración Simbólica y todo el resto de patrañas pretenciosas y esotéricas en las que se expresa esa secta. El resultado fue una niña que lejos de convertirse en una retrasada o psicótica como anunciaban llegó a ser una joven equilibrada, despierta e independiente.

Encontramos advertencias contra el exceso de ternura en Freud, a quien Paul Roazen recordaba riñendo a una nuera por su cariñosa actitud hacia su bebé, en Psicoterapeutas Humanísticos como Maslow o Perls, quien se burla de los traumas de los niños, que él considera inexistentes y aboga por la frustración “educativa”. En Pediatría un médico neocelandés, Truby King, dominó la doctrina oficial en Estados Unidos e Inglaterra a mediados del siglo pasado imponiendo la lactancia rígidamente regulada por reloj, con lo que muchos bebés fueron abandonados al llanto por hambre o falta de contacto durante muchas horas de su vida.

Una de las últimas contribuciones a la teoría de la bondad del llanto no atendido la encontramos en la doctora Solter y en los practicantes del “Co-counselling” y algunos-no todos- terapeutas Primales. Según ellos hay una clase de llanto que hay que “permitir” y no consolar en los bebés. Se trata, dicen, de llanto provocado por la necesidad de expresar traumas antiguos que no hay que “reprimir”. Esta es una idea absurda, pues una persona sensible no reprime el llanto, no le pone una mano en la boca al bebé, ni menos, como hace la pedagogía venenosa con niños mayores, los ridiculiza y avergüenza por llorar, sino que intenta encontrar las causas del llanto y en todo caso coge al bebé si éste lo permite, lo mece, le habla o le canta y le escucha para calmarlo, porque el llanto no consolado, lejos de ser una catarsis, un alivio para el bebé, se alimenta de sí mismo y multiplica la angustia hasta llegar a veces al paroxismo.

La persistencia de tanto sinsentido en la Psicología Infantil sólo es explicable por la presencia de poderosos factores extracientíficos, emocionales en este caso, derivados de una tradición de siglos y de la condición humana de los profesionales que antes que científicos han sido bebés y han quedado profunda y, con frecuencia, destructivamente marcados por esas vivencias tempranas.

(1) Parece que se trata de Juan Campos Calvo-Sotelo.  Las negritas son mías (IMH). 

21 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada. Creo que son necesarias muchas, muchas declaraciones como ésta, muchos granitos de arena que hagan montañas, para que nuestros niños y los niños del mañana sean valorados como personas realmente.
    Cuando escucho a "expertos" como Estivill haciendo referencia a supuestos "datos científicos" me pregunto qué tipo de vida tienen y han tenido. Si se paran a pensar y reflexionan, si dan importancia a los sentimientos -los propios también-. Por qué siguen manteniendo sus actitudes, a pesar de la evidencia de que no son correctas y de que hacen daño, mucho daño.
    Gracias.

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  2. Acabo de dormir a mi hijo acunándolo, meciéndolo mientras le cantaba una nana. Ahora, dormido a mi lado, leo esta entrada.

    Y de ella rescato y me guardo este párrafo:

    "Todo bebé sufrirá inevitablemente dolores, frustraciones y limitaciones derivados de su dependencia y vulnerabilidad y de los azares de la naturaleza: dentición, fiebres, caídas, accidentes, frío, calor, a veces pérdidas de seres queridos, miseria, sobresaltos etc... Cualquier adulto con una sensibilidad moral adecuada se esfuerza en paliar estos malestares de los niños a su cargo".

    Tan fácil, tan claro, tan obvio...

    Gracias Ileana.

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  3. He tenido que leer varias veces algunas citas. Cómo puede alguien decir que el amor hacia un hijo los hace incapaces? Médico, psicólogo, me da igual. Me niego a creer que estas personas estén en la verdad. O puede que ellos no recibieran esos besos y abrazos.

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  4. ¿Me entiendes Ileana cuando digo que soy una psicóloga "renegada"?

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  5. Excelente entrada, hacen falta textos así para contrarrestar muchas de las barbaridades "científicas" y de "expertos" que se leen por ahí... un saludo :)

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  6. Me ha encantado la tranquilidad y soltura con la que rebate los argumentos de Solter. Yo opino igual. El amor y el consuelo nunca están de más. La indiferencia siempre sobra. En cualquier relación. Es lo que nos hace humanos y nunca deberíamos renunciar a dar, expresar y recibir amor de manera espóntanea y frecuente.

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  7. Muchas gracias! Un placer leerlo.

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  8. Hola Ileana: Soy Juan campos. Me alegro de que os haya gustado el artículo. Es bueno ver que hay madres que no comulgan con las actitudes patológicas de Estivill y tantos otros "expertos".
    Pero el motivo de que os escriba es el de transmitir mi preocupación por la aceptación actual, especialmente en sectores no conservadores, del aborto legal. Desde el año 1985 me dí cuenta de que la aceptación actual del aborto legal era una expresión más de la sociedad violenta e insensible, "patriarcal" si se quiere usar esa palabra, aunque me parece que también es equívoca, porque tanto hombres como mujeres somos partícipes y víctimas de esa mentalidad, de diferentes maneras.
    Pero en el tema del aborto, la idea de que haya que esperar a una sociedad utópica y maternalmente ilustrada para que desaparezca el aborto es falsa. Las leyes contra otras formas de violencia contra la infancia no pueden ni deben esperar a esa Utopía. No podemos decir que no debe haber una prohibición legal del infanticidio, o del maltrato físico, o del abuso sexual de la infancia a que se alcancen tales o cuales condiciones sociales o emocionales.
    Las prohibiciones de esas formas de violencia FORMAN PARTE ESENCIAL de la lucha por reducirlas. Y de la misma manera la prohibición del aborto legal FORMA PARTE ESENCIAL de reducir esa aberrante forma de violencia contra los niños no nacidos: el aborto.
    En fin, podría extenderme en rebatir, sin recurso a ninguna teología,con argumentos racionales y pro-niñ@,los argumentos habituales usados para defender el aborto legal.
    El doctor enguix, por ejemplo, dogmatiza en esta misma web a favor de los abortos que él mismo ha llevado acabo. !Qué triste! debería leer al doctor Natahnson (Aborting America) que tras dirigir una de las mayores clínicas abortistas de los Estados Unidos dedicó el resto de su vida a luchar contra el aborto legal.

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  9. Hola, Juan!
    Muchísimas gracias por pasar por aquí y por dejar tu comentario.
    El tema del aborto es complejo, casi diría que es uno de los meollos de nuestra civilización.
    Tengo que repensar más sobre el tema, sin ninguna duda. La causa principal por la que sigo creyendo que debe ser legal, es porque pienso que su ilegalidad no lo evita, no puede en realidad evitarlo (como sí otro tipos de maltrato sobre personas nacidas), y lo que hace es empeorar las condiciones de vida de las mujeres y las familias.
    Muchas gracias por compartir.
    Abrazos!

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  10. Gracias por tu amable respuesta, Ileana:
    Lo subrayo porque en el tema del aborto, en cuanto uno se atreve en ciertos ambientes a ir en contra del "liberalismo" abortista, se encuentra a menudo con actitudes descalificadoras, cuando no injurias.
    Durante unos años yo también creí que el aborto era un derecho materno, básicamente por creer que hasta cierto momento-que no sabía definir- los no nacidos no eran aún personas. Pero poco a poco me di cuenta de mi error. Llegué a la conclusión de que no había ningún criterio válido para decidir cuando eran personas (o seres humanos) más que el de la concepción. También viví muy de cerca un caso famoso en Londres en el que ya se trataba de un bebé recién nacido, con síndrome de Down,que fue dejado morir por el doctor Leonard Arthur con el consentimiento de los padres. Hubo un juicio y fue absuelto. Y me dí cuenta entonces que los abortistas apoyaban aquel infanticidio y los provida eran quienes lo rechazaban.
    Además me influyó mucho el video de Nathanson "El Grito silencioso". También leí a Verny, quien reforzó mi creciente consciencia de la humanidad del no nacido.
    Aparte de Nathanson y Verny hay libros muy buenos de filósofos refutando los argumentos a favor del aborto legal: en particular el "Defending life" del católico Beckwith es excelente, porque no recurre a premisa teológica alguna. También es bueno, aunque más confuso el "Beginning lives" de la filósofa atea Rosalind Hursthouse.
    En las paginas de SPUC, la decana asociación provida inglesa también hay cosas buenas, en particular los artículos de una mujer Alison Davis, que sufre espina bífida y a la que conocí brevemente en Londres y es una de las personas más contundentes en defensa de los derechos de los niños no nacidos con malformaciones a no ser abortados en el útero.

    Hay libros muy buenos

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  11. Muchas gracias por compartir aquí las referencias, Juan.
    ¿Sabes qué? Yo no tengo ninguna duda sobre que hay vida y persona desde el mismo momento de la concepción.
    Pero una mujer desesperada, hará lo que sea si siente que ese hijo no viene bien a su vida, si no tiene apoyos, si no tiene formación, si no tiene sostén emocional, por no decir si ha sido violada o si está enferma o deprimida... Una mujer no puede dar lo que no tiene. Y hará muchas veces lo que sea (tomará brebajes, se meterá cosas, irá a curanderas o a brujos...) para arrancarse la vida del vientre, según su grado de desesperación o de desconexión con la vida.
    Y en ese misterio, en ese momento, nada, ninguna ley (menos las leyes del Padre) pueden hacer nada.
    De momento, así lo pienso. Yo nunca he abortado, más bien tuve el problema contrario el de infertilidad, tampoco creo que lo haga en el futuro, bajo ninguna circunstancia, más bien al contrario, ojalá haya nuevos frutos en mi vientre.
    Pero creo que ahí, en la conexión de una mujer con el cigoto, hay un misterio que no podemos comprender... el misterio mismo de la vida. Y que, sinceramente, no es el terreno de la ley.
    He ahí una de las grandes contradicciones del patriarcado (que como bien dices no es solo del hombre: todos, hombres y mujeres somos patriarcales en esta civilización): el útero, el cuerpo de la mujer, la leche, el amor, el misterio de la vida... ahí no llega la Ley. Ni aunque queramos.
    Seguimos en contacto, me interesa tu opinión si quieres continuar conversando.
    Abrazos grandes!

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  12. ¿Por qué dices las leyes del Padre?.
    No todas las leyes lo son, si con eso quieres decir leyes patriarcalistas, sexistas o machistas.
    ¿Son leyes "del padre" la prohibición del infanticidio, de la violación o de juchas otras cosas? Doy por supuesto que aceptas la necesidad de leyes, buenas y justas y no discriminatorias contra nadie. Leyes "de la Madre" si quieres decirlo así.
    Ciertamente que la madre que aborta por miseria o alguna otra situación vital desesperada merece compasión al ser juzgada, pero la inmensa mayoría de mujeres que abortan en Occidente, España incluida, distan mucho de estar en situaciones de esa clase.Podemos discutir los casos extremos más adelante, aunque te recuerdo que también se puede robar o matar a un adulto por desesperación.
    Pero olvídate por un momento de la madre y piensa en los médicos y enfermeras que, como el doctor Enguix, realizan abortos como una tarea más de su profesión y cobran por sus servicios. A ellos no cabe aplicarles las atenuantes de desesperación¿cómo juzgar sus actos entonces? ¿qué debe hacer la Ley con ellos?

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  13. Y, en la inmensa mayoría de los casos, no se trata de los primeros días de la gestación, del zigoto, se trata de fetos ya muy formados, con muchas capacidades sensoriales, movimientos, y los rudimentos de una vida gognitiva y afectiva, se trata de bebés en definitiva, sólo que menos desarrollados que los recién nacidos, aunque cada vez más están naciendo y sobreviviendo bebés prematuros a edades más y más tempranas, tan tempranas que algunos son más pequeños y menos desarrollados que bebés abortados legalmente.
    Creo que la mejor manera de sensibilizarse en esta cuestión es empezar por observar lo más duro de aceptar:los abortos legales tardíos y mover la propia sensibilidad hacia atrás.
    Para mí fue un descargo de conciencia poder incluir a los no nacidos en mis actitudes contra la violencia hacia la infancia. me sentí reconciliado con lo mejor de mí mismo y desde que dí ese paso no he leido nada ni he tenido vivencia alguna que me haya hecho cuestionar la sabiduría de esa decisión. Y he sido terapeuta a veces de alguna mujer que había abortado.

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  14. Hola, Juan, no te dejé hablando solo, no te he respondido a esto porque tengo que tener tiempo para responder, me he metido en camisa de once varas :-) Ojalá estuviéramos cara a cara tomándonos un té.

    A ver. Sí, doy por hecho la necesidad de leyes en este mundo tal cual es, pero no olvido aquello que dijo el sabio de "donde falta el amor, comienza la ley". Lo único que hay es amor, pero como estamos tan escasos de él, pues necesitamos las normas, las leyes y los límites, qué duda cabe.

    En ese sentido, mucho más sutil y profundo, todas las leyes son "leyes del padre". Jesús Ibañez decía que el Derecho es siempre masculino (mientras la seducción es femenina). El Derecho surge con la Ley del Padre, la escritura, el comercio, la propiedad privada... todo lo que caracteriza la civilización patriarcal única que conocemos.

    La Ley no puede llegar nunca al cuerpo propio. El cuerpo -propio- no es el terreno de la ley. La discusión se desplazaría entonces al caso -único- en que el cuerpo propio es compartido con el cuerpo de otro: el embarazo humano. Creo que el embarazo humano es una fase de simbiosis única, que quizás no admite que se pasen a ella ningún otro tipo de análisis hecho sobre la vida... La concepción, gestación, vida intrauterina... ¡es tan importante que nos obliga a repensar la vida en su totalidad desde otros puntos de vista, que no son la lógica a la que estamos acostumbrados!

    A mí también me parece terrible ahora el aborto, más aún el aborto tardío... pero vayamos a lo práctico: ¿puede la Ley impedir que una mujer, por ejemplo, tome un brebaje para abortar? ¿Cómo se prueba? ¿A qué tipo de pruebas habría que someter a las mujeres para comprobar que han abortado? ¿Y a qué tipo de condenas? ¿La llevarías a la cárcel? ¿Prescribiría ese delito si se detectara que lo hizo hace 20 años? ¿Merece la pena dedicar recursos de la Justicia para perseguir ese tipo de delitos? ¿Mejoramos la sociedad con ello, o aumentamos la población carcelaria, como sucede por ejemplo con las drogas?

    Yo creo que más útil que prohibir el aborto, resulta comprender que para que la VIDA SURJA Y SE DESARROLLE EN TODA SU PLENITUD NOS TENEMOS QUE PROTEGER Y RESPETAR LOS UNOS A LOS OTROS. Los hombres a las mujeres, las mujeres a los niños, las mujeres unas a otras, los hombres unos a otros... solo así la vida no será mutilada en ninguno de sus períodos.

    Creo que la enseñanza a la que nos lleva comprender el misterio de la vida no es a más Ley, más regulación, más prohibición, sino a más amor, en todas sus formas...

    Igual soy una ingenua inocente. Seguramente :-)

    Gracias por tus colaboraciones.

    Es un lujo mantener este intercambio contigo.

    Abrazos! Seguimos en contacto.

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  15. Bueno, no comparto mucho eso que dices sobre que todas las leyes son patriarcales, ni sobre la propiedad privada.
    Lo que dices sobre el amor sí, claro, pero las leyes están para defender a las personas y las cosas cuando no es el amor precisamente lo que domina.
    Alice Miller, por ejemplo, se mofaba en sus escritos de los trabajadores sociales que se oponían a condenar y castigar legalmente a los abusadores y maltratadores de entrada, prefiriendo limitarse a seguir contemporizando con el abuso o maltrato con la excusa de intentar una tarea terapéutica. Y estoy de acuerdo en eso con ella.
    Pues yo aplicaría el mismo criterio al aborto. ¿que la ley contra el aborto sería difícil de aplicar? También lo son esas otras. ¿qué castigos? Eso se lo dejo a los expertos juristas, proporcionales al delito y con las atenuantes que se consideren. Después de todo en muchas sociedades se ha vivido durante siglos con leyes contra el aborto, y no sólo en sociedades cristianas, aunque también es cierto que otras sociedades toleraban el infanticidio. En las sociedades paganas politeistas hasta Platón y Aristóteles admitían el infanticidio, mientras que Hipócrates, el padre de la medicina, condenaba el aborto, como se lee en el juramento Hipocrático.
    Yo creo que caer en una retórica fácil y simplificadora sobre "patriarcalismo" es peligroso y nocivo, porque la historia de la Humanidad es muy compleja y difícil de encasillar en recetas ideológicas. Por ejemplo, el psicohistoriador Lloyd de Mause en su Historia de la Infancia, un libro interesante si duda, intenta establecer un esquema lineal simplista según el cual la Humanidad, en sus actitudes hacia la infancia ha ido progresando desde un paradigma cruel de infanticidio permitido hasta las actitudes proniño que según él hemos alcanzado en la actualidad. Sin embargo es fácil encontrar multitud de ejemplos contrarios en los que en la antigüedad parece haber existido una actitud más sensible hacia los niños y más brutal en la actualidad.A Estivill y a muchos psicólogos del siglo XX lo hubiesen juzgado cruel muchas madres de otras épocas, de hecho eso ha sucedido hace décadas en Estados Unidos cuando las madres de tribus indias recibían los consejos de pediatras blancos: les parecían crueles con los niños.
    Las actitudes del nazismo hacia ciertos niños (aborto incluido) también fueron crueles.
    Es muy peligroso poner demasiadas etiquetas ideológicas en todo lo relacionado con la infancia, porque lo "progresista" o "feminista" puede ser lo peor y lo "conservador" lo mejor. He leido y vivido algunas cosas de feministas o pacifistas sobre cómo tratar a los niños que no me han gustado nada, recuerdo un libro de una americana que se negaba a ir a la puerta a darle un beso a su hijo cuando se iba al cole, porque eso era ser "esclava" y tenía que venir el niño, o ver a padres y madres pacifistas ridiculizando y avergozando a sus niños porque estaban jugando a dispararse.
    Y en el tema del aborto me parece que es el mundo al revés, que los conservadores-católicos, evengélicos, musulmanes etcétera- tienen razón y son los más radicales y progresistas en su defensa de los niños que aún no han nacido pero que ya existen como seres separados y diferentes de la madre, aunque aposentados en su interior.

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  16. Ileana, muchísimas gracias por invitarme a participar en este debate. Es el mejor que he leído en internet sobre el aborto en mi vida. Yo me siento más inclinada hacia las ideas de Juan Campos, que en principio tu compartes porque creo que ambos estáis de acuerdo en que el aborto es el homicidio de un ser humano. El punto de discordancia es en si debe o no ser legal ¿LO previene la ilegalidad? Como tu bien dices, no. Pero ¿Podemos permitir que el homicidio de un ser humano sea legal en ciertas circunstancias? Como dice Juan Campos y opino yo, tampoco....... A mí esto me tiene cogida, os lo confieso. Si prohibir el aborto realmente lo previniera no tendría dudas porque para mí el derecho a la vida, a la oportunidad de desarrollarla, del aún no nacido prevalece sobre los derechos de su madre biológica sobre su cuerpo. Pero la ilegalidad del aborto conlleva toda una serie de efectos muy indeseables sobre las mujeres, especialmente las menos favorecidas, y eso no lo puedo ignorar. Por otra parte, como sociedad tenemos el deber de proteger a nuestros niños, incluso de sus propios padres biológicos si se hace necesario.

    Estoy de acuerdo en que el aborto es otra demostración del adultocentrismo de nuestra civilización: el adulto decide todo, y como tiene la fuerza y el poder, ejecuta. Es la sociedad del "cuando seas padre comerás sopas" como decía mi abuelo. Mientras tanto tu vida está en manos de los adultos que decides si vivirás, como vivirás y hasta cuanto vivirás.... hasta que seas adulto. Incluso me parece que el aborto es la manifestación más cruel y extrema: arrancar al no nacido del único lugar donde puede seguir vivo y desarrollarse y matarlo quitándole cualquier oportunidad de supervivencia.

    Si se pudiera sacar el embrión no deseado del cuerpo de una mujer y ponérselo a otra que quiere ser madre........ aunque me pregunto si, aún así, habría mujeres que preferirían abortar porque uno de los argumentos que me han dicho cuando planteo la adopción como alternativa a un embarazo no deseado, es que el bebé os es de ellas o no es de nadie. Que prefieren matar el embrión que tener un hijo desconocido por el mundo. ¿Como puedo reaccionar con respeto y empatía frente semejantes palabras, sobretodo teniendo en cuenta mi propia historia personal?

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  17. Vaya par de interlocutores que me he buscado, me van a convertir ;-)

    A Juan: no creo que use el término "patriarcalismo" fácil y simplificadoramente. De hecho, creo que no nos estamos entendiendo muy bien sobre la manera en la que lo estoy utilizando.

    Para mí el feminismo no es lo contrario del patriarcado, casi, por no decir todas las feministas que conozco son patriarcales. Es más, todos somos patriarcales en esta civilización, porque es muy difícil salirse del marco "civilizatorio".

    Yo le doy al patriarcado el significado de "civilización", pues es patriarcal la única "civilización" que conocemos, por eso incluyo a la escritura o a la propiedad privada dentro, no porque tenga nada en contra de la escritura y tampoco porque crea que el comunismo (al menos como hasta ahora lo hemos conocido) sea la solución ni mucho menos.

    Mi definición de patriarcado se acerca más a la de Claudio Naranjo (leer Sanar la civilización), patriarcado es el predominio de la mente racional sobre la mente emocional. Patriarcado es separación cuerpo/mente. Patriarcado es pensamiento binario. Patriarcado es represión sexual/emocional.

    De ahí que tampoco cabe la oposición "conservador/progresista" ni "patriarcal/feminista"... superar el patriarcado es precisamente superar el pensamiento binario, y no conozco a nadie que lo haya logrado.

    Para mí lo contrario del patriarcado es el amor, o la espiritualidad, para los que creen en ella. Una síntesis superior que trasciende el ego.

    Ahora, volviendo al mundo real, que es donde creo que se produce el problema. A mí también me tiene "cogida", como dice María.

    Y creo que nos "cogería" a todos los que opinamos sobre este fenómeno, porque para solucionar el tema del aborto HAY QUE ROMPER LA BARAJA. Los juristas y las leyes tal como ahora funcionan, no nos sirven.

    La Ley tiene un límite que es el ámbito del propio cuerpo, como antes decía. No me pueden prohibir por ley que me masturbe, o que coma hasta morir, o que me suicide. Tampoco que aborte... aunque ahí sea el único caso en que interviene otra "persona". Pero es que también es el único caso en que esa persona es solamente una célula y su paso por "mi cuerpo" puede pasar desapercibido para todos los demás. En todas las culturas, incluso ancestrales, las mujeres han buscado formas de abortar.

    Yo insisto en que en el embarazo (con el problema del aborto), el parto y la lactancia están las claves para entender OTRA SOCIEDAD POSIBLE, con otra baraja, con otros códigos, esa que supere el patriarcado, precisamente porque son procesos que tienen que ver con la sexualidad femenina (hoy devastada), porque evidencian que no hay separación entre cuerpo y mente, porque dan las claves de la vida sin represión sexual/emocional, porque "interfieren" con los mandamientos del trabajo, la productividad y la propiedad...y porque es la clave de la vida, de la vida de todos.

    Y este, el cambio civilizatorio que vislumbramos, va hacia una dimensión emocional-espiritual que, en mi opinión, necesitará menos leyes, menos prohibiciones, y no más. Digo yo. Que también estoy "cogida".

    Abrazos :-)

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  18. Hola María,Es agradable encontrar a alguien que no le descalifica a uno por estar contra el aborto.
    No sé cual es tu experiencia personal, pero comprendo la enorme dificultad psicológica de dar un niño en adopción. Nadie duda de que eso sea traumático para una madre, por lo menos para una madre razonablemente sensible y en contacto con sus emociones, pero peor es matar al niño, o sea abortar.
    Tampoco nadie está sugieriendo que la prohibición del aborto legal sea la panacea para crear niños felices, ni mucho menos: son sólo unpaso MÍNIMO, como las leyes contra el maltrato y el abuso para nada garantizan la felicidad de los niños, pero son pasos MÏNIMOS, y su ausencia sería un escándalo.
    Yo creía ingenuamente hace veinte años que se abría una nueva sensibilidad hacia los niños, y que eso, unido a los videos y fotos y ecografías demás conocimientos que hoy tenemos sobre la HUMANIDAD del no nacido haría que el "abortismo" se batiría en retirada y que dejaría de ser sinónimo defender los derechos de la mujer con defender la legalización del aborto.
    Pero pecaba de optimista, aún hoy los medios de cualquier signo ideológico tienden a equiparar una actitud provida con una actitud enemiga de la mujer o de los valores que Ileana resalta.
    Quizá habrá que esperar unas generaciones, pero los que creeemos que el aborto es una aberración y un ataque frontal a los derechos de la infancia no podemos resignarnos a este estado de cosas.

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  19. Ileana: ¿por qué insistes en llamar al niño no nacido "una célula"? Eso es neo-habla orwelliana, como llamar al hecho de matar al no nacido I.V.E: interrupción voluntaria del embarazo. El abortismo abunda en eufemismos de esa clase,!Ahora incluso empiezan a llamar al infanticidio de algunos bebés ya nacidos "aborto postnatal! !Qué hipocresía!
    Si estuviésemos hablando de una mera célula nadie objetaría al aborto. No objetamos nada a las operaciones de apendicitis. El problema es que el aborto destruye una vida nueva, un nuevo, diferente ser humano. Eso es el meollo de la cuestión.
    Como ha dicho un filósofo americano: "Si el no nacido no es un ser humano todos los argumentos a favor del aborto son innecesarios, pero si lo es entonces todos ellos son irrelevantes"

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  20. Juan, lo de neo-orwelliana creo que no procede aquí... Hablo de que al principio todos somos una célula, no con ningún matiz despectivo ni eufemístico, sino para ilustrar que si una mujer desea interrumpir su embarazo, va a ser muy difícil que luego encontremos huellas de ello para "juzgarla" o condenarla.

    Tampoco te estoy descalificando por estar en contra del aborto, como tampoco lo hago con mi amiga María, a la que precisamente invité al debate porque estaba de tu parte, no de la mía, si es que hay dos partes aquí, porque no quiero convertirlo en un enfrentamiento.

    Partí de la base de que sí hay vida humana desde el momento de la concepción, e incluso también puedo admitir que el aborto es una "aberración", como dices, por supuesto, una mutilación de la vida y algo no deseable para nadie.

    A ti -y a muchos- te gustaría tener el poder para obligar a una mujer a seguir adelante con un embarazo no deseado, pero me temo que no lo tienes, ni con una ley ni con muchas, a eso me refiero.

    Cierto es que tampoco el aborto debe banalizarse, ni convertirse en un método anticonceptivo habitual como sucede en Cuba, por ejemplo, pero para eso hay que trabajar en conciencia, educación, autoestima, empoderamiento y conexión con la vida, de las mujeres, de los hombres y de la sociedad en su conjunto.

    Gracias por tus aportaciones.

    Abrazos!

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  21. Ileana, a mí me gustaría "obligar" a las madres a seguir con sus embarazos por los mismos motivos que me gustaría "obligarlas" a no matarlos cuando son ya bebés, o pegarles o abusar de ellos o abandonarles.Me parece que en esas obligaciones estamos de acuerdo.
    En cuanto a que muchas mujeres seguirían abortando a escondidas, lamentablemente sí, también hay muchos infanticidios, maltratos y abusos sexuales que nunca son descubiertos o lo son demasiado tarde.Las leyes , desgraciadamente, no evitan todos los delitos, ni los más horribles, pero eso no las hace irrelevantes. Y, desde luego, las leyes contra el aborto, como las leyes contra el infanticidio salvarían muchas vidas infantiles.
    ¿No es más coherente aplicar una ética de la no violencia y de los derechos humanos a TODA la infancia, sin discriminación de edad?
    Cuando dí el paso de oponerme radicalmente a la legalización del aborto me sentí mucho más a gusto, más en paz con mi conciencia y mis principios en otros terrenos, especialmente en el de la defensa de los niños.

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