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25 de noviembre de 2012

25-N Contra la violencia obstétrica

Por  Ileana Medina Hernández

El día 25 de noviembre, hoy, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Violencia de Género. 

Como todos sabemos, la Civilización Occidental se originó a partir de la unión de las tradiciones judeocristianas y grecorromanas, unidas ambas en el preciso momento de surgimiento y auge del Patriarcado. Si revisamos detenidamente tanto las Mitologías grecorromanas, como las Escrituras judeocristianas, nos encontramos que el principal objetivo de todas es la legitimación de un dominio omnímodo de dioses masculinos, y la anulación, el borrado, del sentido femenino del mapa cultural.

Así, durante milenios, hemos construido una sociedad en torno al predominio de los valores tradicionalmente masculinos, caracterizada no solo por la Dominación, la explotación del hombre por el hombre, la guerra por los recursos, las clases sociales, el dominio de los ricos sobre los pobres, de los hombres sobre las mujeres y de los padres sobre los hijos... sino también por una eterna dualidad Ganador-Perdedor, Abusador-Víctima, donde las mujeres y los niños y niñas hemos llevado todas las de perder, pero es una rueda sin salida en la que en realidad salimos perdiendo todos, incluidos los propios hombres atrapados en el rol de machos dominantes, acorazados emocionalmente, alejados de la naturaleza y de su esencia humana y humanizante.

El feminismo, constituido en su diversidad en una de las principales corrientes humanistas del siglo XX, ya ha alcanzado participación institucional en algunos gobiernos y sociedades democráticas, y ha obtenido importantes éxitos al menos en la denuncia y visibilización de muchas formas de violencia estructural y cultural que se sigue ejerciendo contra las mujeres, e incluso en mayor grado, sobre los niños y niñas.

Queremos hablar hoy sin embargo de una violencia que sigue permaneciendo oculta, y que es una forma cruda de violencia que se ejerce cada día contra las mujeres y también contra los bebés en los momentos más importantes y a la vez más vulnerables de nuestras vidas: el del parto/nacimiento.



La violencia obstétrica sigue sin ser reconocida por los sistemas legales de la mayoría de los países como una forma de violencia sistemática ejercida institucionalmente contra las mujeres, contra los bebés y contra las familias.

Como casi toda las formas de violencia, a veces las víctimas las tenemos tan asumidas que se vuelven invisibles, y muchas veces hasta las justificamos y nos creemos que son "inevitables".

Sólo desde la información, la visibilización y el conocimiento, las mujeres gestantes y próximas a parir y nuestras familias, podemos tomar decisiones verdaderamente conscientes e informadas sobre lo que queremos que ocurra en nuestros partos. No hay una sola forma de parir, o sí: la forma que respeta en todo momento nuestra integridad física y emocional, así como la de nuestras criaturas.

Hoy podéis encontrar mucha información en la blogosfera maternal y en las redes sociales sobre cuántas formas de violencia obstétrica se siguen produciendo  cada día en nuestros hospitales, a pesar de que la Estrategia de Atención al Parto Normal está claramente definida. Muchísimos profesionales desactualizados siguen actuando dejándose llevar por viejos protocolos y rutinas, y por sus propios prejuicios personales, alejados de la evidencia científica que demuestra que un exceso de intervencionismo médico es perjudicial para las mujeres, para los bebés y para el exitoso desarrollo del parto y el puerperio.

Dejo por aquí un pequeño resumen de las formas de violencia obstétrica más frecuentes:

-La práctica rutinaria de la episiotomía es mutilación genital femenina, y violencia obstétrica.

-La separación rutinaria e injustificada de bebés sanos de sus madres en las primeras horas tras el nacimiento, para realizar mediciones y pruebas que podrían hacerse en el regazo de la madre, es violencia contra las mujeres y los bebés, que perturba el momento más delicado del equilibrio oxitocínico, del establecimiento de la lactancia y del vínculo afectivo entre ambos.

-Impedir la presencia de las madres y los padres en las unidades neonatales y las ventajas de la utilización de  los cuidados madre-canguro, es violencia obstétrica.

-La realización de cesáreas innecesarias, es violencia obstétrica.

-Parir en horario de oficina para evitar horarios "inconvenientes" para los profesionales o familiares, es violencia obstétrica.

-Parir maniatadas, sin libertad para movernos, y en posición tumbada (contra la lógica natural y la gravedad) es violencia obstétrica.

-La maniobra de Kristeller es violencia obstétrica.

-Tratarnos desde una postura de superioridad, sin solicitar nuestro consentimiento informado para sus intervenciones, con palabras que nos infantilizan o nos disminuyen en el momento del parto ("cállate y puja"), es violencia obstétrica. El embarazo, el parto y los servicios sanitarios en general no son control ni dominio de los profesionales sobre los pacientes, sino precisamente eso: servicio, donde debe predominar el respeto, el acompañamiento y la ética del cuidado. Más aún si tenemos en cuenta que el embarazo y el parto no son una enfermedad.

-La misoginia aún frecuente entre muchos profesionales de la ginecología y la obstetricia redunda en falta de sensibilidad y en violencia obstétrica, como ha quedado patente cuando el mismísimo Presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia justificó la publicación de aquellas viñetas de mal gusto en la revista de la Sociedad, o cuando hizo declaraciones diciendo que el principal problema de su profesión era la presencia cada vez más mayoritaria de mujeres.

Todas estas prácticas son sin dudas violencia, violencia contra las mujeres, violencia contra los bebés y constituyen una forma eficaz de reproducción de la violencia social de una generación a otra, ya que las secuelas de los traumas del nacimiento sobre el sistema neurológico, el sistema emocional y la capacidad de amar de los seres humanos está siendo cada vez más demostrada por la neurociencia.

Voces contra la violencia obstétrica, video realizado por la asociación argentina Las Casildas:




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Enlaces relacionados: 

Evento Global 25 noviembre en Facebook

En Twitter, bajo el hashtag  #StopViolenciaObstetrica

Test de violencia obstétrica

Petición en Change.org: Violaciones a los derechos humanos en la atención obstétrica europea

La Revolución de las Rosas, Movimiento contra la violencia obstétrica

Estrategia de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud

Guía sobre Atención al Parto Normal, dirigida a mujeres embarazadas, a futuros padres, acompañantes y familiares. 

Plan de Parto y Nacimiento

IHAN, Calidad en la asistencia profesional al nacimiento y la lactancia

Asociación El Parto es Nuestro

Campaña mundial para liberar el parto

Libro La Revolución del Nacimiento, de Isabel Fernández del Castillo

No es lo mismo

Escena de la película El sentido de la vida, de Monty Python (1983)

Derechos y deberes de usuarias y profesionales en la atención sanitaria

3 comentarios:

  1. A mí me parece muy preocupante una escena que se repite en muchas películas: a)primero la madre quiere un parto natural sin anestesia, b) el médico lucha para hacer lo que el considera que debe ante las tonterías que dice la mujer, y c) la madre acaba pidiendo a gritos la epidural.
    Yo no digo que todos los partos estén exentos de intervenciones médicas, al contrario, gracias tenemos de que se puedan hacer cesáreas cuando no hay alternativa razonable, pero sí estoy en contra de tratar a las mujeres como niñas o como tontas que no son capaces de entender lo que les conviene. Saludos!

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  2. Tan lúcida como siempre, mi querida Ile. Gracias!

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  3. Yo he dado a luz hace una semana; ingresé con 4cm y debido a complicaciones en el último momento necesité una cesárea, y desde luego puedo decir que se me trató de una manera digna y respetuosa durante todo mi ingreso,...tanto en planta como en el quirófano, se me explicó todo, se pidió mi opinión en todo momento y las matronas me ayudaron a iniciar la lactancia con una sonrisa, ya que como primeriza tenía muchas dudas. Mi ginecólogo ha sido maravilloso durante todo el embarazo y su labor es impecable.
    Ojalá en breve todas las mujeres puedan decir que disfrutaron del momento del nacimiento de su hijo (sea vaginal o no) y que se llevan un grato recuerdo y podamos dejar atrás todas las prácticas que humillan y mutilan a la mujer hoy en día.
    Y por supuesto, animo a las mamás a que si acuden a un especialista y no les gusta, no las trata bien o no se sienten atendidas cambien de profesional con toda tranquilidad; hay muy buenos profesionales deseando ayudarlas y muchas hojas de quejas que podemos rellenar. No porque sean médicos hay que aguantar todo.
    Saludos!!!!!!!!

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