29 de octubre de 2012

Hijo Nuestro




Fotografía: © Andres Sunyer


Hijo Nuestro
que creces en mi vientre
santificada sea tu esencia
carnal y terrenal.

Respétese tu integridad
así en la tierra como en el cielo
tus tiempos, tu  necesidad de contacto,
de cuerpo, de amor y de consuelo.

Así como seas amado y respetado
así amarás y respetarás al prójimo.

No perdonarás nuestras ofensas,
nuestra crianza autoritaria y violenta,
ni la transmitirás a la siguiente generación
disfrazada de pecado original.

Hijo Nuestro,
hijo de la vida,
te honraremos y amaremos
te sostendremos con nuestros cuerpos
mamíferos
mientras seas pequeño
y te daremos toda la libertad
cuando vayas creciendo.

Intentaremos no contagiarte
nuestras neurosis, nuestros miedos,
nuestras carencias, nuestra rabia e impotencia.

Porque solo practicando
la libertad y el amor
nos libraremos nosotros mismos del mal.

Amén.

(Ileana Medina Hernández, todos los derechos reservados).