7 de febrero de 2014

Los bebés sí traen manual de instrucciones

Por Ileana Medina Hernández

Los bebés defienden con toda su fuerza lo que necesitan: alimento, sueño, brazos, compañía, juego, movimiento. Básicamente eso. Lo piden primero con señales, luego con gritos, con balbuceos, con llantos fuertes y prolongados, con gritos de nuevo, con todo el aliento a pleno pulmón. Ese es su manual de instrucciones. En los dos primeros años, casi todo es tan fácil como escuchar y atender esas necesidades.

La naturaleza es sabia. Pone el manual de instrucciones en manos de la cría. De modo tal que aunque los padres estén dañados física o mentalmente, estén enfermos o desconectados, sean analfabetos o no vean la televisión, la cría que nace siempre sabe lo que necesita. Y la madre, el padre, solo tendrían que escuchar y complacer.

Sin embargo, la especie humana se ha empeñado en publicar 25 manuales por minuto de psicólogos, pediatras o diletantes explicando que se haga lo contrario: que la teta cada 3 horas, que no le cojan en brazos, que le enseñen a dormir solo... para perpetuar generación tras generación la sociedad neurótica, violenta, deprimida, adicta y necesitada que vemos todos los días.

El vínculo, la crianza segura, se establece correctamente si se siguen las instrucciones que trae la cría. No existe un instinto maternal perfecto (quizás tampoco imperfecto): es la cría quien lidera, quien incita la capacidad de cuidado, de respuesta de la madre (si se le permite). No se crían niños tiranos, ni nos volvemos esclavos, ni se trata de no poner límites ni de no evitar los peligros. Se trata de colmar el cuerpo y el alma, con amor y contacto físico, en un período crítico donde se forja la red neuronal, el sistema emocional y la capacidad de amar de las personas.

«Todo niño suficientemente amparado y adherido al cuerpo de su madre será libre. No tendrá miedo, vivirá dentro de la confianza más absoluta, será generoso porque sabrá que tiene lo que necesita. Será capaz de estar al servicio de los demás, porque estará saciado de amor. Colmado de nutrientes. Rebosante de cuidados. Desapegado de los peligros. 
Dispuesto a amar. »
Laura Gutman, extraído del libro La Revolución de las Madres

8 comentarios:

  1. Precioso post! Por qué será que nuestros bebes nos hablan y no los sabemos escuchar...¿Por qué esta gran verdad está tan escondida en nuestra sociedad?

    Besos!

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  2. Precioso. En mi blog también hablé de este libro de Laura Gutman: http://smallnice.wordpress.com/2014/01/19/del-llibre-la-revolucion-de-las-madres/
    A ver si te gusta (está en catalán)

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  3. muy cierto. es tan simple cuando escuchamos a nuestros hijos...

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  4. Hermosoooooo, cada día hay que escuchar nuestros hijos, si deseamos que ellos nos escuchen también.

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  5. Me ha gustado mucho. Creo que dices una gran verdad que agradezco, celebro y propagaré.
    Un saludo.

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  6. No sé en qué momento se produjo la desconexión... Pero somos muchas las que queremos recuperarla

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