23 de enero de 2014

De vuelta al trabajo


Dieciséis semanas de baja maternal. Un mes de permiso de lactancia acumulado. Un mes de vacaciones. 6 meses de permiso sin sueldo. Y, bueno, el lunes tocó volver al trabajo. Fíjate si trabajar es malo, que es por lo único que pagan. 

Agradecida por haber podido estar aunque sea un año disfrutando de mi bebé, y colmando sus necesidades, sin reloj ni límites. Algo que debería ser un derecho para todo bebé y no un lujo. 

Agradecida por tener el apoyo de mi marido y de mi familia extensa, que me hace mucho más llevadera la vuelta. No es lo mismo dejar al bebé dormido y que lo atienda mi madre, que la angustia que sufrí cuando llevé a mi hija mayor a la guardería. Me duró años. 

Agradecida hasta por tener un trabajo al que volver, excelentes compañeros y un horario humano de una sola jornada. 

Nunca es más sangrante el conflicto entre naturaleza y cultura que cuando una madre tiene que separarse de su bebé para reincorporarse al mundo productivo. Pero hay formas de hacerlo menos traumático para ambos, que entre todos podríamos facilitar.