24 de mayo de 2017

Lo más revolucionario que me pasó



Decían que era progre leer a Baudelaire
a Kierkegaard y a Camus
a Beauvoir y a su marido
y a los malditos poetas
Decían que era progre apuntarse
a las Revoluciones con mayúsculas
y trabajar en las cosechas de la papa
pero habiendo estudiado
primero a Carlos Marx
para hacerlo con conciencia
Decían que era pogre fumar
tabaco y maría
y beber alcohol barato
probar la ayahuasca y la campana
y seguir las enseñanzas de Don Juan
Dicen que sigue siendo progre
un profesor de filosofía
que lidera un partido proletario
dicen que sigue siendo necesario
Dicen que es progre follar en grupo
y ser homosexual a ratos o todo el tiempo
ser niña y tener pene
trabajar con el ano
Es progre tatuarse la nalga
y operarse la nariz
coger el propio cuerpo
y convertirlo en otra cosa
meterlo en el gimnasio y el quirófano
someterlo hasta que cumpla
qué se cree
Dicen que es progre triunfar en el trabajo
y ser independiente
y divorciarse
y abortar
y suicidarse
Es progre ser una misma, desde luego
Eso sí que es progre
y aceptar a los demás tal como son
hagamos la prueba
Pero a mí, que cumplí fielmente con casi todo lo anterior
-siempre fui una niña buena-
lo más revolucionario que me pasó
-luego de follar con un hombre a quien le ponen las mujeres inteligentes-
fue hincharme con una vida dentro
y hacerme redondita
eso mismo que había hecho mi madre y mi abuela y mi bisabuela
y todas mis tatarabuelas
hacerlo como ellas
pero distinto
con menos sacrificio
sin hombres que golpearan
ni hambres que aguijonearan
dejarme inflar por la vida latiente
eso sí es crecimiento
crecimiento personal de ese que llaman ahora
crecer hasta duplicarme o triplicarme
y luego abrirme en dos
de pie y sostenida
abrirme sin resistencia
abrir la mente y el cuerpo
para que quepan en ellos
todo el universo
también todos los sexos y todas las ideas
esas que no eran progres ni bien vistas
parir es abrirse a lo desconocido
a la vida y a la muerte
dejar tu vieja vida y aceptar la nueva
y amarla como sea
abrirse abrirse
abrirse hasta no ser
para volver a ser
y coger en los brazos
una criatura tiernecita
que era yo misma pero mejor
perfecta
con todas las posibilidades del mundo en ella misma
y mecerla mecerme
y cuidarla cuidarme
y nutrirla nutrirme
Parir y dar la teta
Ay la teta
Cuánta falta de teta en este mundo
Luego nos pasamos la vida buscándola
en todo eso tan progre
que es ser adicto a todo
a todo lo que nos faltó
cuando éramos pequeños
Dar la teta es fluir
convertirme en leche
licuarme
derretirme
brotar a borbotones
derramarme
tapar los agujeros de los sólidos
hacerme río y mar
y convertir las piedras en arena
la vida líquida
sin moldes ni esquinas
el cuerpo aquí y ahora
incontenible
dar amar nutrir
expandirme hasta límites
que nunca estuvieron allí
qué saben los gurús
desde la cueva o desde el púlpito
Después de hincharme
de abrirme
y de licuarme
ahora puedo contarte
qué significan las drogas y las revoluciones.

7 comentarios:

  1. Vaya poema más brutal que has escrito Ileana. Me ha encantado. Me ha hecho recordar cosas del pasado, de un pasado más lejano y de otro mucho más cercano. Renací con los partos de mis hijas y me sigo expandiendo con nuestras lactancias. Gracias

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  2. Gracias por compartir tu/ nuestra revolución como madres

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  3. Gracias Ileana, la verdad más encarnada es esa y lo demás es mental.
    Gran poema por lo vivido y consciente que es

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  4. Desde luego que la maternidad nos cambia. A mi me ha enseñado muchísimo, he crecido y aprendido y lo seguiré haciendo.
    Me encanta leerte.
    www.rebecacanalda.com
    https://www.facebook.com/rebeca.canalda.fotografia

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