15 de febrero de 2018

La ética del cuidado es la ética de DAR

Por Ileana Medina Hernández 



Hay que ir más allá de la ética de la justicia, de la ética del bien y el mal.
Hay que ir a la ética del cuidado, que es la ética de DAR.
No se trata de qué es justo, de ser igualitarios, de esperar recibir a cambio lo mismo que das.
No de debatir constantemente qué es lo justo ni el reparto equitativo ni la línea del 50%, sino que estás dispuesto a dar, a conceder, más allá de que tengas razón o no.
Es como cuando vas en el coche y el que está delante de ti hace algo mal. ¿Le recriminas o estás dispuesto a ser generoso y pensar que cualquiera se equivoca y dejarlo pasar? ¡Eso pero en la vida! No de qué es lo justo, sino qué estás dispuesto a poner, a concederle al otro/a, a ofrecer, aunque seas tú quién dé más. Que cada uno dé lo que tiene, y complemente lo que el otro no tiene.
La ética de dar sin esperar nada a cambio, la ética de la ABUNDANCIA, DE LA GENEROSIDAD, incluso cuando tienes razón sobre la otra persona, dejarlo estar, dejarlo ser.
La abundancia no es solo material, es también de espacio psíquico, de abrir la mente y el corazón para que quepa todo, lo más posible. La abundancia es tolerancia, generosidad, espacio compartido hacia los otros: el más fuerte es el más compasivo, el más rico es el más generoso. La justicia es necesaria pero no suficiente. No se genera amor sólo desde la justicia.
Solo desde la ética del cuidado generamos amor nuevo:  convertimos el dolor, el miedo o la carencia en amor y el amor en acción capaz de mejorar nuestro mundo interior y exterior.
Solo así generamos suficiente abundancia para que sobre, para que todos podamos convivir en la diversidad, con nuestros defectos y virtudes, con nuestros puntos fuertes y débiles, dando y recibiendo lo que tenemos cada uno/a para dar.

1 comentario:

  1. Felicidades por tanta claridad! Bella descripción de un corazón repletito de amor. Diste voz a un desborde emocional, muchas gracias!

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